Tip:
Highlight text to annotate it
X
Aquí vemos una imagen de 1856 de Roger Fenton llamada "Nubes tras la lluvia"
o "Atardecer", no lo sabemos exactamente pero no importa realmente,
porque tengo
una reacción directamente emocional hacia ella.
Es del tiempo en que la fotografía no estaba industrializada aún;
es aún más cocina que ciencia.
Es la única
impresión conocida de esta imagen,
parte de un
álbum personal de Fenton.
La imagen está acotada en un triángulo perfecto.
La parte superior incluso tiene una especie de
ligera curvatura, que sugiere la bóveda celeste o la cuadratura de la tierra.
Hay pequeños objetos que parecen como cometas volando por el cielo;
simplemente son fallos técnicos que no retocó.
Y es esa misma característica de no haber sido
terminada le añade una intimidad que me conecta de algún modo con el artista.
En los primeros tiempos de la fotografía,
cuando un fotógrafo
retrataba un paisaje y lo exponía correctamente, el cielo normalmente quedaba sobreexpuesto. Fenton hizo lo opuesto.
No es sobre un lugar en particular, es sobre un estado del espíritu...
algo muy mínimo y elemental
e increíblemente amplio.
Deja que la tierra se oscurezca. Apenas puede verse la oveja pastando o los árboles en el horizonte
En la mayoría de paisajes del siglo XIX
la línea del horizonte está más o menos a la mitad de la imagen
Y aquí él baja el horizonte a la parte inferior de la imagen,
creando este mar
de cielo de ensueño
con olas de nubes yendo hacia el infinito.
Y la fotografía de Fenton me recuerda
lo pequeño que es el mundo humano dentro del universo.
Nos recorta hasta achicarnos.
Es una cura de humildad y al mismo tiempo un estímulo.