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Subtítulos: Pato7 y Cecilia
UN DULCE SABOR A MUERTE
Es mi primera sangría.
¡Espere! ¡Usted sabe que no podemos tocar la sangre!
Vaya a llamar a un criado. ¡De prisa!
¡Hermano Cadfael, es Columbanus!
¡Ayúdeme, Oswin!
No derrame más. Póngala en la fuente y llévesela.
Asegúrele la cabeza.
Trataré de darle un poco de opio. Ya lo calmó antes.
¿Tuvo otra visión, Hermano Cadfael?
Su alma está espantosamente atribulada.
O su cabeza está débil debido a la hemorragia.
¿Niega los beneficios de la sangría, Hermano Cadfael,
que calma el cuerpo y, por consecuencia, el alma?
Encuentro que incluso en la Casa de Dios
hay peligros en el exceso.
Voy a dejar el opio aquí,
pero dudo que necesite más.
- ¿Alguien se puede quedar con él? - Yo me quedaré.
Puede irse.
¿Columbanus?
¿Está bien, Hermano?
Tuve una visión maravillosa.
Ella era tan hermosa, de vestidos blancos y dorados.
¿Vio a la Señora?
Aún siento su esplendor.
¿Es la misma que vio antes?
Me llamó, como si me llevase hacia la bendición.
Hermano Columbanus,
¿dijo como se llamaba, esta vez? ¿Se llama Winifred?
¿Winifred?
Es su nombre, ¿no es así, Hermano? Winifred. ¿Santa Winifred?
¡Santa Winifred!
- Abad, otra gracia divina. - ¿El Hermano Columbanus se recuperó?
Mejor aún, Abad, mucho mejor. Por favor, venga.
Soy el más bendecido de todos los hombres.
Dijo el nombre de Santa Winifred.
La virgen mártir, Padre Abad, la que está en Gwytherin, en Gales.
- Ella me llama. - ¿Lo llama?
Le dijo que no está bien en su sepulcro.
Es la Santa de la que le hablé,
la que ha sido tratada negligentemente por los galeses.
Si, gracias, Prior Robert.
Recuerdo todas conversaciones que tuvimos sobre el tema.
¿No cree que estamos siendo divinamente guiados,
si una Santa nos visita en persona?
Ella desea estar aquí, en Shrewsbury.
¿Recuerda que los monjes de Wenlock
colocaron reliquias sagradas en su altar
y su fama aumenta debido a eso?
Es verdad que son visitados por muchos peregrinos.
Abad, le solicito que emprendamos una expedición sin demora,
por los huesos de Santa Winifred, para alojarlos aquí,
donde podrá descansar en paz y traer gloria a nuestro monasterio.
¿Qué gloria existe en desenterrar los restos de una joven?
¡Si los galeses cuidasen de ella no pediría nuestra ayuda!
Usted es galés, Hermano Cadfael, debe sentir vergüenza.
No siento vergüenza, no soy yo el que usa al Hermano Columbanus.
Hermano Cadfael, ¡suficiente!
Deseo hablarle.
Atención con los visionarios, no siempre son fiables.
¡Hermano Cadfael!
No llamará mentiroso al Hermano Jerome.
Nadie acusará al Prior Robert de orgullo. Es mi brazo derecho.
Y su superior.
El asunto de Santa Winifred puede verse como conveniente,
pero podría ser realmente milagrosa.
El Hermano Columbanus podría haberla visto.
Participo de su reticencia a perturbar los huesos de una Santa.
Si es tratada con negligencia, tal vez sea la voluntad de Dios.
No tanto para la gloria de la abadía, sino para beneficio del peregrino,
al que nunca ayudará donde se encuentra.
Pero puede ayudar a todos los que rezan, estén cerca o lejos.
Se organizará una expedición y usted será parte de ella.
¿Yo, Padre?
Posee sangre galesa y conocimiento del mundo.
El Hermano Prior no posee ninguna de ellas.
Obtendrá los permisos necesarios
del Príncipe Owain y del Obispo David.
Y le confío esto, para que lo guarde.
Como el viaje es largo e incierto, podrían necesitarse fondos.
Que los ojos de sus hermanos se dirijan al cielo, Cadfael,
y mantenga sus pies firmes en la tierra.
El éxito del viaje depende de usted.
Gracias Abad.
Que Dios lo proteja Hermano.
- Que Dios lo proteja Hermano. - Gracias.
Hermano Columbanus.
¿Hermano Columbanus?
¿Aún tiene el opio que le di?
Si, Hermano.
Pero no tendré necesidad de él en la presencia de Santa Winifred.
- ¿Está todo listo? - Sí.
Excepto el Hermano Oswin.
Los asuntos de Dios no esperan a los que se atrasan.
El Abad nos ha dado su bendición. Partimos ya.
¡No, papá! ¡No, no, no!
- Sioned. - ¿Por qué insiste?
- ¿Por qué razón insistes? - ¡Porque están prometidos, te adora!
También yo, como una hermana. ¡Tiene que contentarse con eso!
No, mi rebelde niña. Ninguno de nosotros está satisfecho con eso.
¡Como única heredera, tienes deberes conmigo y hacia nuestra familia!
Te quiero casada y bien casada antes de mi muerte.
¡Prefiero ver a mi padre morir, antes que casarme con Peredur!
¡Vete a tu canil, fiel perro de caza!
¡Sioned!
¿Lo ves, Peredur?
Definitivamente, se está ablandando.
Encuentro que usted es demasiado indulgente.
Un padre debe ser obedecido.
Peredur.
La obediencia, como el amor de una mujer, tiene que conquistarse.
Si hubiera obstáculos en el camino, suprímelos.
Milord Rhysart, perdóneme.
¿Padre lanto? Desgraciadamente, el matrimonio no será pronto.
- Creo que debería saber. - ¿Los monjes ingleses?
Están apenas a dos valles de aquí. Llegarán a Gwytherin mañana.
En ese caso, deben tener la bienvenida que merecen.
Dile a tus bueyes que también cierren sus ojos.
Cuidado, acabo de repararlos.
Santa Winifred nos llamó hasta aquí.
¿Saben, o les importa dónde yace?
Sabemos.
Y nos importa.
Siga adelante, por la colina.
- ¿Aquí? - Sí, aquí. Conocemos el lugar.
El Obispo David y el Príncipe Owain podrán aprobar esta empresa,
pero la Santa Winifred no les pertenece.
¡Ella nació en Gwytherin!
¡Murió en Gwytherin!
Y desde entonces nos protege. ¿Por qué habría de querer dejarnos
para ser llevada a una abadía inglesa?
¿Aún lo pregunta? ¿De esta forma le rinden homenaje?
Ella era una muchacha de campo y está en el campo. ¡En suelo galés!
¿Conoce al menos su historia?
Sé que fue muerta por su devoción,
por un joven príncipe al que no cedió su honra.
Si, él le cortó la cabeza.
Y ahí el milagro.
La cabeza volvió a nacerle, y ella no murió.
Mientras que el príncipe se derritió como cera en una fogata.
A pesar de que después haya hecho milagros,
de naturaleza misericordiosa,
encuentro que se olvida la moraleja de esta historia.
¿Qué moraleja es esa?
Aquellos que pretenden perseguir a Santa Winifred,
corren el riesgo de perecer.
¿Duda de los presagios que nos llamaron hasta aquí?
No,
no dudo de que este devoto Hermano haya visto cosas prodigiosas.
Mas digo que fue engañado, como todos los ingleses lo fueron,
¡por demonios!
¡Los santos no buscan su propia veneración!
Lord Rhysart, respeto, y alabo su elocuencia y devoción,
no somos muy diferentes. Ambos tenemos estima por la Santa.
Entremos en esta capilla y hablemos con calma, de hombre a hombre,
y evitemos este pecado de ira.
Después de decir lo que tengo que decir,
no diré más.
Podrá persuadir a su pueblo como guste, sin impedimentos.
Es razonable, ¿no es así, Lord Rhysart?
Muy bien.
¿Dónde está el dinero que le dio el Abad?
¡El dinero! ¡Démelo!
Yo...
Lord Rhysart,
la Iglesia y el Estado están de nuestro lado.
Y sabrá mejor que yo, que el deber de un noble de Gales es hacia ambos.
Lo comprendo.
La partida de la Santa de Gwytherin ocasionará una gran pérdida.
Eso lo entiendo perfectamente.
Mi intención es compensarlos debidamente.
¿Compensar...
.. a Gwytherin?
Y a usted señor, si revoca su oposición.
Es suyo,
si convence a su gente de renunciar a la Santa.
Puede usarlo por supuesto, en beneficio de Gwytherin.
¿Dinero?
¿Se atreve a ofrecer dinero para comprar la Santa?
¿Y comprarme a mí?
Y en este lugar sagrado...
No, usted se equivoca, lo sagrado no se compra.
Solo le ofrecí un regalo, como gesto de gratitud y como compensación.
Ya escuché lo que estos monjes ingleses tenían que decir,
y esta es mi decisión.
Estoy mil veces más convencido de que tenía razón en oponerme al sacrilegio
que desean hacer.
¡Declaro mi oposición a cualquier tentativa de llevarse a la Santa,
hasta la muerte!
Tienen hasta mañana en la madrugada para dejar este lugar,
con las manos vacías.
¡Ahórreme su piadosa desaprobación, Hermano Cadfael!
Podría haber utilizado un argumento y apelar a su generosidad, ¡no esto!
¿Dónde está su lealtad? Parece más galés que benedictino.
¡Necesitaba su consentimiento, no su desprecio!
¡No me estorbará un advenedizo!
Partiremos cuando yo lo ordene, no Rhysart.
¡Impío, desdeña a nuestro Prior y nos amenaza con violencia!
Debería ser excomulgado. No, ¡debería ser muerto!
No diga tales cosas.
Lord Rhysart es un hombre honorable y devoto.
Hermano Columbanus, hoy queda usted de vigilia.
Con todo gusto, Prior.
Hermano Jerome, también quedará de vigilia.
Padre lanto, provéanos de alojamiento, por favor.
Y no se olvide, fuimos convocados por Santa Winifred.
Los que desafíen su voluntad enfrentarán las consecuencias.
Que Lord Rhysart reflexione sobre eso.
¿Usted es Bened?
Soy el hermano Cadfael. Este es el Hermano Oswin.
- El Padre lanto nos ordenó venir. - El me habló de dos, no de tres.
Yo me quedo con el Padre lanto. Hermano Cadfael, hablaremos mañana.
Hermano Prior.
Rhysart regresará de madrugada, no lo olvide.
Y todo el pueblo sabrá lo que ha sucedido entre ambos.
Una oferta, Hermano, Hice una oferta a Gwytherin.
No subestime el peligro que corremos.
En ese caso, vaya a ver a Rhysart. Hable con él, de galés a galés.
- ¿No fue para eso que vino? - Para calmar los ánimos, parece.
En ese caso, esperemos a mañana.
- Hermano Columbanus. - Su comida y bebida, Hermano.
Será una noche larga. Nos quedaremos hasta que el Hermano Prior nos llame.
- ¿Es mi comida y bebida? - Será apenas un pequeño sacrificio.
Estaré en ayunas hasta que este caso sea resuelto.
Yo también podría hacer el mismo sacrificio.
¡Papá! ¡Papá!
No, ¡no lo toque!
- ¡Tiene aún cosas que revelarnos! - ¡Papá!
¿Hermano Jerome?
El Hermano Prior mandó llamarlos de inmediato.
- ¿Nuestras oraciones fueron concedidas?
No, a menos que hayan pedido un homicidio.
¡Vean!
¡Es la venganza de la Santa!
¿No dijo que su ira recaería sobre quien impidiese su voluntad?
¡Santa Winifred mostró su descontento! ¡Y su poder!
La flecha no vino del cielo, Hermano. Fíjese en el ángulo.
Entró por las costillas y penetró el corazón. El atacante era humano.
Alguien con un arco corto, que estaba escondido en los arbustos.
Los santos vengativos usan instrumentos terrenos.
Ese instrumento no deja de ser un asesino.
Hay algo que debe ser dicho. La flecha, tiene plumas azules,
Es del forastero, de Godwin.
Se sabe que tuvo una desavenencia con Rhysart sobre cierto asunto.
Por mi causa.
Hable abiertamente.
- Pero Godwin jamás haría esto. - Sioned.
Un hombre apasionado es capaz de todo cuando está fuera de sí.
- Creí que eras su amigo. - Y lo soy.
Aquello que digo se aplica a mí tanto como se aplica a él.
Ese Godwin debe ser interrogado, es obvio que tuvo un motivo.
¿Motivo? ¿Habla de un motivo, Hermano Prior?
Cuando todos en el pueblo saben lo que hizo para llevarse a la Santa.
Mi padre me contó lo de la "oferta".
Cuidado, muchacha. Está a punto de poner su alma en peligro.
En cuanto a los restantes, ¿por qué dudan? Los indicios son claros.
Vuestro Lord Rhysart murió gracias a la flecha de Godwin. ¡Encuéntrenlo!
El Hermano tiene razón, Godwin tiene que responder por esto.
¿Un galés haría esto?
Que el forastero pruebe su inocencia, ¡si puede!
¡Godwin! ¡Godwin, por amor de Dios!
¡Huye!
- ¿Por qué? - Vienen por ti.
Rhysart murió, fue asesinado.
Te han culpado, Godwin. Sioned no te puede salvar.
- ¿Sioned? - ¡Huye!
¿Fue Godwin al que vi ayer con sus bueyes?
¿Es pecado amar un hombre que no es galés?
- Godwin huyó. - Tal vez sea mejor así.
No fue la flecha de Godwin la que mató a su padre.
Mire en la tierra, donde su padre estaba tendido, hay sangre.
Más, la flecha no traspasó su cuerpo.
Y observe esta camisa.
¿Ve este orificio? Fue hecho por un puñal.
Rhysart fue apuñalado por la espalda.
- ¿Y la flecha? - Fue introducida a mano,
por el frente, después de muerto.
Pero si no fue la flecha de Godwin la que mató a mi padre,
¿de quién es el puñal?
Ustedes los monjes portan puñales.
Y dos de ellos estaban cerca, en la capilla.
Hermano Prior, es mi culpa. La culpa es mía.
- Hermano Columbanus. - Deseo confesarme.
Hermano Columbanus, ¿qué es lo que dice?
No puede culparse, no más que yo.
Estuvimos toda la noche en la capilla,
hasta que el Hermano Oswin nos ha venido a llamar.
Sí, nos quedamos rezando por la amistad y la paz.
Pero mi carne fue débil.
Llevaba sólo media hora rezando cuando me empecé a adormecer.
Y para mi mayor vergüenza, debo haber dormido la noche completa.
Solo recuerdo que usted, Hermano Jerome,
me despertó para avisar que había llegado el Hermano Oswin.
¡Y ahora, en vez de paz, hay desgracia y muerte por mi falta!
Entonces, Hermano,
¿pasó la madrugada rezando reverentemente,
o salió a hacer algo mientras este Hermano dormía?
¡Cállese! ¡Dice blasfemias, mucho más venenosas que las de la muchacha!
¿Podemos ver si su puñal tiene sangre?
Le juro que no.
¿Jura por la Santa Winifred?
¡Ha mencionado su nombre en vano muchas veces!
Bened! Bened!
Si uno de ustedes mató a Rhysart,
¡olvídense de la tumba de la Santa y preparen la vuestra!
¡Bened! ¿Llama a esto justicia?
¿Acusar a quien odiamos sin pruebas?
Son tan sospechosos de este crimen como nosotros, ¡todos ustedes!
Rhysart les ordenó irse. Ahora yo les ordeno quedarse.
Se quedarán hasta que tengamos nuestras pruebas,
y entonces, ¡sentirán la fuerza de la justicia!
¡Usted!
No tiene ninguna autoridad sobre mí, al igual que Rhysart.
Llévenselo a su casa. Lloren su muerte, decentemente.
Y no cometan más pecados.
Prior, ¡enfrente la realidad! No podemos dar la espalda a esto.
No debemos. No estoy usurpando su autoridad.
Pero si queremos salir de aquí vivos, sin hablar de los huesos de la Santa,
tenemos que descubrir la verdad.
Nuestra muerte en esta circunstancia no sería martirio.
Sea amable con ellos y deme tiempo.
Tres días. Deme tres días.
¡Hombres de Gwytherin!
No tenemos nada que esconder y, consecuentemente, nada que temer.
He decidido que nos quedaremos tres noches más.
En este tiempo, haremos más vigilias y rezaremos a Santa Winifred,
para que ella pueda mostrar a todos que nuestro objetivo es correcto
y bendito.
¿Hermano Cadfael?
Nos quedaremos, le doy mi palabra.
Sioned, ¿dónde estará Godwin?
No sé, Hermano.
¿Peredur?
¿Usted es el monje galés?
Soy el Hermano Cadfael. Lo vi salir con toda calma
cuando se pronunciaron contra Godwin.
- ¿Tuvo participación en su fuga? - Es mi amigo.
Entonces actuó por pura lealtad,
¿y no por conocimiento de los hechos?
- No fue Godwin el que lo asesinó. - ¿Quién lo dice?
Yo, tenía una puñalada en la espalda.
En ese caso, me da la razón.
Godwin sería incapaz de apuñalar, a nadie, no más que yo.
¿Peredur? ¿Por qué habría de matarlo?
Rhysart era su aliado más fiel,
lo defendía sin cesar frente a Sioned.
¿Entonces él y Godwin eran rivales? ¿Habrá sido la impaciencia?
¿O tal vez se desesperó?
Si hubo impaciencia, fue del forastero.
¿Es verdad que él es heredero de tierras en Inglaterra?
Su padre tiene tierras en Cheshire, según dice.
Godwin tuvo que huir.
Lo sorprendieron cazando venados del Conde de Chester.
Eso fue hace dos años. Rhysart le dio trabajo.
Pero no le concedió la mano de su hija.
¿Cómo podría un señor galés casar a su hija con un forastero?
La costumbre y la afinidad no lo permiten.
Y Rhysart tomaba muy en serio el papel de hidalgo galés.
Sin duda, hablaba con gran pasión contra nuestro propósito.
Su voz era la primera y la última en ser oída en todos los asuntos.
Tenía un gran corazón, pero era dado al despotismo.
Comprendo. ¿Y usted sufrió en ese aspecto?
Sí, tuvimos una disputa por tierras cerca del río y por ganado.
Por mí, la pelea habría sido olvidada, si Rhysart no me hubiese intimidado.
En realidad, había poca diferencia entre ambos.
Exacto. Yo soy herrero, un artesano.
El era un agricultor, pero le gustaba hacerse pasar por terrateniente.
No, Hermano. ¿Algunos metros en tierras?
¿Algunas cabezas de ganado, perdidas?
¿Cree que mataría por eso?
Si no obtenemos aquí lo que entendemos como justo, somos capaces de todo.
"Un hombre puede obrar fuera de su naturaleza. "
Son palabras de Peredur, no mías.
No, tienes que quedarte aquí. Te traeré todo lo que necesites.
- Godwin, cuando todo se clarifique... - ¿Cuando...?
¿Tendré que vivir aquí como un animal?
Escucha.
Ya no eres un criado forastero. Ese lazo ya no existe.
Por la muerte de mi padre y por mi consentimiento.
Ya no existe ninguna razón para que no nos casemos.
Piensa en eso.
No tengas miedo, no hay pruebas contra ti.
Bien, Hermano Cadfael, parece que Rhysart dijo la verdad.
Fueron guiados hasta Gwytherin por demonios.
Lo lavé, Hermano. Espero que no sea un problema.
Claro. Dudo que tuviese mucho más para revelarnos.
- Entonces, ¿porqué está aquí? - Hoy la seguí...
.. hasta Godwin y les oí hablar.
Un hombre menos liberal que yo podría sospechar complicidad,
que tú y Godwin vieron las ventajas de la muerte de tu padre
- y que se encargaron de ella. - ¿Cómo se atreve?
- Dijo que no sabía donde estaba. Mintió.
- ¿Cómo confiar en usted? - Y yo, ¿puedo confiar en usted?
Si tuve parte en la muerte de mi padre,
que su sangre me acuse.
¡Que salpique esta mano de sangre y me marque como asesina!
¿Eso no le basta? ¿No acepta estas creencias antiguas?
¿Que un cuerpo pueda arrojar sangre al ser tocado por el asesino?
Aquello en lo que yo creo no importa. ¿Lo cree usted?
Sí. Como ve, no hay sangre.
¿Y Godwin se atreve a someterse a tal desafío?
¿Y sus devotos Hermanos?
Veo que me estaba espiando,
mas es obvio que el asesino es uno de los vuestros.
Que sean sometidos a la prueba, como Godwin.
¿Niega esa posibilidad?
¿Que un Hermano pueda matar? No.
Ninguno de nosotros es santo sólo porque lo afirma.
- Ruego a Dios que esté equivocada. - Pruébelos.
¿Qué es esto?
Quién sabe, Prior.
- ¿Viene a hacer una petición, hija? - Sí, Reverendo Prior.
Pido, por la paz del alma de mi padre,
si es que ha ofendido a Santa Winifred,
nunca fue su intención,
pido que lo deje pasar estas tres noches delante del altar,
al cuidado de los Hermanos.
Y pido que recen una oración por su alma.
Sólo una oración en una larga noche de rezos.
Espero no estar pidiendo demasiado.
Muy bien.
Hermano Cadfael, encárguese del asunto.
¿Q-Qué es esto?
- Es mi padre. - Realmente.
El Reverendo Prior me prometió que rezarían por él.
- Con mucho gusto. - Le pido además una gentileza.
Antes de rezar por él,
¿podría poner su mano sobre el pecho de mi padre,
como gesto de perdón?
Hija mía, no dudo que su padre haya sido un hombre religioso,
pero murió violentamente.
Y esta muerte coloca la salud de su alma en peligro.
No soy la persona adecuada para satisfacer tal pedido. Lo siento.
¿Ve?
¿Alguna vez vio un pez debatirse tanto en el anzuelo?
Tenía miedo.
Sabía que la sangre de mi padre saldría y probaría su culpa.
- Él es el asesino. - El probó que puede serlo.
Pero todavía hay otros sospechosos.
Hermano Oswin, ¿qué está haciendo?
Bendiciendo a Lord Rhysart, Hermano Prior.
¿Entonces, porque está temblando?
¿Qué ocurre aquí?
Explíquese, Hermano Cadfael.
¿El Hermano Jerome no le dijo?
¿Que teme tocar el cuerpo de mi padre?
¿Se atreve usted?
¿Quiere someternos a una prueba pagana?
¿Y usted es cómplice de esto?
Es una prueba antigua, Prior, no es pagana.
Coloque la mano sobre el pecho de mi padre, si es inocente.
¡Me niego! Hermano Cadfael, se está excediendo.
¿Cede a todas estas cosas profanas?
Si no fuera por las cosas profanas, ¡mi padre todavía estaría vivo!
¡Salgan de aquí! ¿Todos!
- Hermano Cadfael. - Hermano Prior.
No encontró ningún asesino y ya gastó la mitad de su tiempo.
Aproveche lo que le resta. Y cuando esté de vigilia esta noche,
evalúe su futuro.
En esta vigilia, hemos sido muy privilegiados.
La historia de nuestra abadía registrará nuestros nombres
y Hermanos y generaciones futuras nos envidiarán.
Sí, si volvemos a Shrewsbury, vivos y con la Santa Winifred.
¿Tiene dudas?
Estamos acusados de homicidio, Columbanus.
Usted como el resto.
El homicidio es un crimen terrenal y no nos dedicamos a cosas terrenas.
A pesar de no dedicarnos a cosas terrenas, Columbanus,
nuestro éxito le agradaría, ¿no es verdad?
La única cosa que me da placer es glorificar a la Santa Winifred.
¿Entonces nunca ambicionó la mitra de Obispo?
- ¿Alguien en nuestra Orden lo hace? - Claro que sí.
Para algunos, santos y mártires tienen usos que jamás ha soñado.
Sueño sólo con la luz. Sueño con estar junto a Dios.
Hay santidad en el aire.
Es el aroma de la flor de saúco.
¿Vamos a bendecir a Lord Rhysart?
¿Hermano Columbanus?
Piedad de Cristo.
¡Mi señora!
Un día de estos, muchacho,
serás absorbido por esa luz y nunca más volverás.
¿Su alma ha sido realmente elevada, Hermano?
Hermano Prior, fue felicidad sin límites.
¿Cómo vine a parar aquí?
No tema, Hermano.
Estaba de vigilia en la capilla de la Santa, con el Hermano Cadfael.
¿Se acuerda?
Fui llevado de la oscuridad de la noche
hacía una luz gloriosa,
para un mundo más allá del que merezco.
A pesar de ser débil e indigno,
seré un instrumento de reconciliación y paz.
Ella estaba allí en la capilla,
nuestra bendita Virgen Santa.
Se movía en una milagrosa lluvia de pétalos blancos
y dulces olores emanaban de su vestido
y de su largo cabello dorado.
¿Y le habló?
Con palabras de intensa dulzura, Padre.
Aprobó nuestro cometido.
Y, después, oh bondad maravillosa,
colocó la mano sobre el pecho de Rhysart,
tal como su hija nos había pedido, como señal de perdón,
y le concedió la absolución divina.
Eso sobrepasa nuestras esperanzas.
Hasta los perdidos tienen salvación.
Después de concederle su gracia, pidió que le hablase a los presentes,
lugareños y forasteros.
"En el lugar donde se retirarán mis huesos", dice ella,
"se hará una tumba, en la que será enterrado Rhysart,
"para que su descanso sea garantizado y mi voluntad sea cumplida. "
Habitantes de Gwytherin, ¿oirán la palabra de Santa Winifred?
Me parece una visión del asunto muy diplomática,
que le concede lo que pretendía y nos manda enterrar a Rhysart.
Y, con él, las sospechas.
Está detrás de todo esto, están simulando.
- Columbanus no simula. - Tal vez no. ¿Y estos dos?
¿Son tan honestos como píos, estos hombres de Dios?
Cuidado, Bened, está muy cerca de la blasfemia.
- ¿Está de su lado, Padre lanto? - No estoy del lado de nadie.
¿Será posible que Santa Winifred
esté contenta con estas constantes peleas?
¿Será posible que desee que su sagrada persona sea motivo de peleas
como un hueso disputado por perros?
Piensen bien.
Si el Hermano Columbanus no expresa Su voluntad,
ella lo corregirá.
Confiemos en ella. Vamos a enterrar a los muertos.
Su sabiduría es un gran ejemplo para su pueblo, Padre lanto.
Aunque desentierren los huesos de nuestra Santa,
permanecerán en Gwytherin,
hasta que el asesino de Rhysart sea descubierto.
Les mostraré donde está.
Hermano Jerome.
Calma, muchacho. Con cuidado.
Yo termino.
Está profundo, Hermano Cadfael.
¿Estará aquí?
Tengo mis dudas de que esto sea lo correcto,
pero será maravilloso encontrar a la Santa.
La hemos encontrado.
Cuidado.
Déjeme a mí.
Deme un paño de lino.
No saldrá de aquí en trozos
sino como una mujer entera, tal como entró.
Tenemos que retirar la tierra y ponerla en un lienzo limpio.
Si le sacamos esta tierra galesa, se deshará en nuestras manos.
Si somos sensatos, la colocaremos en el relicario tal como está.
Saquémosla de este aire lo más rápido posible.
Ajusten los sellos. Háganlo rápido.
Dudo que huya ahora.
Después de cumplir este sagrado deber,
corresponde cumplir el otro deber
que nos fue encargado por la Santa,
enterrar a Lord Rhysart honorablemente.
Peredur.
Te hemos extrañado.
Voy a pedirte algo.
Es un último ofrecimiento u homenaje que deseo hacer a mi padre.
Me gustaría que fueses tú, Peredur, quien haga ese homenaje.
Fuiste como un hijo para él.
¿Podrías colocar esta cruz en su pecho,
donde la flecha lo hirió?
Quiero que sea enterrado con ella.
Es mi despedida.
Que sea también la tuya.
Vamos, muchacho, no dejes a los muertos esperando.
Sabemos que participa del dolor de Sioned, como nosotros.
¡No me puede acusar!
¡No soy culpable de homicidio!
- ¿Entonces de qué es culpable? - No maté a Rhysart.
Lo encontré muerto.
Tenía razón,
fue apuñalado en la espalda
y no herido por una flecha en el pecho.
¡Mi crimen fue poner la flecha!
- ¿Trataste de culpar a Godwin? - Creí que huiría.
Que regresaría a Inglaterra y que nos dejaría en paz.
Nunca le deseé un mal mayor que eso.
Creí que con él ausente, con el tiempo, tú...
Ven.
Dale tu bendición.
Él no te acusará de nada que no hayas hecho.
Basta. Enterrémoslo.
Si el hombre que mató a mi padre me está escuchando,
que tenga cuidado.
Aun pagará por eso.
Tenemos aquí un homicidio que es obra del demonio.
¿Son tan honestos como son píos, esos hombres de Dios?
¡No, debería estar muerto!
¡Milord Rhysart!
- Iba a llevarlo a casa, pero... - ¡Por favor! ¡Perdón!
Me temo que se dañe si no lo calmamos.
¡Por favor!
¿Dónde se alojan el Hermano Jerome y Columbanus?
Detrás del patio, pero no están.
¡Godwin, perdóname, ¡no quise hacerte daño!
Es aquí donde duermen.
Columbanus tiene un frasco con opio.
Se lo di antes de partir de Shrewsbury.
¿Qué ocurre?
Ya tomó tres cuartos de opio, y debería estar lleno.
No necesitó usarlo.
Las visiones de la noche anterior fueron de las más tranquilas.
- ¿Hay suficiente para Peredur? - Sí, con un poco de hidromiel.
En fin, la Santa es nuestra. Lord Rhysart está enterrado.
¿No podemos partir ya para Shrewsbury, Hermano Prior?
Es casi de noche.
No podemos andar dando vueltas por estas colinas en la oscuridad.
Partiremos de madrugada.
Y aquellos que traten de impedirlo, que le rindan cuentas a Dios.
Hermano, si vamos a quedarnos hasta mañana, ¿aún puedo redimirme?
¿Redimirse?
Aun no hice penitencia por la noche en que me dormí.
- Déjeme quedarme de vigilia. - ¿Otra vez?
Muy bien.
¿No debo quedarme también, con Columbanus, Hermano Prior
para que la humildad de nuestra devoción sea duplicada?
No, el Hermano Columbanus ganó el derecho
de venerar a la Santa a solas.
Con lo cual entonces,
los monjes de Shrewsbury son expertos en paz, además de arrogancia.
Lamento que les hayamos traído tantos problemas, Padre lanto.
Hermano Cadfael, usted no tiene la culpa.
No, pero no descubrí la verdad que pueda impedir más muertes.
Y queda muy poco tiempo. Pero Peredur se recuperará.
La confesión es un remedio amargo, pero sana más las heridas que esto.
Hermano Cadfael, Jerome regresó.
Perdón, Hermano. No sabía que estarían orando.
- Es la hora de Vísperas, Hermano. - ¿Dónde está el Hermano Columbanus?
Está preparándose.
Hoy va a la capilla, de vigilia a solas junto a su Santa Winifred.
¿Su Santa Winifred? ¿Ya no es suya o nuestra?
Hasta parece que él es dueño de ella y ella, de él.
Le diré, Hermano, comienzo a pensar que es fuente no de amor y gracia,
sino de celos, orgullo y odio.
¿Cuántas vidas se perdieron desde que nos convocó aquí?
Ninguna, porque ella no nos convocó hasta aquí,
como bien usted sabe.
Hermano Jerome, la muerte de Rhysart parece pesarle en la conciencia.
¿Por qué será?
¿Fue el autor del crimen?
¿Lo fue?
- Prácticamente. - ¿Prácticamente?
Me escuchó decir que merecía morir, por rebelarse.
¿Por rechazar un soborno?
No, por difamar a nuestro Reverendo Prior.
¿En un acceso de furia, deseó su muerte y ahora se culpa?
¿Cree que las cosas funcionan así?
¿Que la voluntad de Dios cambia al ritmo de los caprichos del hombre?
Da demasiada importancia a sí mismo.
O tal vez haya algo más,
algo que no haya contado,
que lo relacione con el crimen de manera más directa que la oración.
- No. - ¿Este frasco, lo conoce?
Columbanus lo guarda en su morral, es opio.
- Usted se lo dio. - Sí. ¿Lo vio beberlo aquí?
- No. - ¿Lo sacó él de su morral?
No.
Entonces ¿por qué falta lo suficiente como para dormir a alguien por horas?
Podría haber estado débil por ayuno y beberlo por equivocación.
¿Habrá hombre más hipócrita o más egoísta?
En la primera noche de vigilia, por ejemplo,
me trajo de comer y beber, nada para él. Ni una gota.
Se puso a rezar piamente y me observó comer y beber,
como si yo fuese un glotón pecaminoso.
Se lo garantizo, Hermano,
si Columbanus fue bendecido por Dios, me alegro de ser apenas humano.
¿Qué ocurrió? ¿Descubrió la verdad, Hermano?
Tal vez.
Tenemos mucho que hacer y poco tiempo.
- Hermano Columbanus. - Hermano Cadfael.
Me pidieron que le trajese otra vela.
Sabe, ya gastamos todas las velas de Gwytherin en nuestras vigilias.
Como es obvio, me alegro que sea el escogido de la Santa
y que sea su derecho, no, deber,
pasar esta nuestra última noche aquí en contemplación solitaria.
Más si no le importa, me gustaría mortificar un poco mis huesos,
sólo por algunos momentos.
Gracias.
Columbanus.
Columbanus.
¿Siente la presencia de la Santa?
Yo la siento como nunca antes.
¿Será que también yo participo de la luz que le fue revelada?
Bendita Señora.
Columbanus, ella está con nosotros.
Dígame que no estoy siendo engañado.
Mire hacia la luz. ¿Consigue ver lo que yo no logro?
Mire hacia la luz y dígame que ella está cerca.
Columbanus,
¿es verdad?
Sí.
¿La ve?
Sí.
Si al menos yo fuese digno de verla, pero no lo soy.
Más, la escucho.
Columbanus, yo la escucho.
Que voz tan dulce.
Pero te habla a ti, Columbanus, no conmigo.
¿Columbanus, la oye?
Ella está preocupada por usted.
Ella no entiende.
Pregunta por qué razón hace penitencia,
ya que no durmió la noche en que Rhysart fue asesinado.
Columbanus, ella dice que no durmió.
Su carne no fue débil.
Ella se aproxima.
Fue Jerome el que durmió durante la vigilia,
aunque no se acuerde de eso.
Durmió un sueño profundo e inducido,
de quien bebió opio.
Jerome durmió,
pero usted no lo hizo. - Virgen Santa, soy vuestro siervo.
Ella lo está mirando, Columbanus. Ella sabe lo que lleva en su corazón.
Diga la verdad. Ruéguele, por su alma.
Hable.
Rhysart desafió la voluntad de Dios.
Hable con claridad, diga lo que ocurrió. Dígalo.
Hágale comprender.
Usted no comió pero trajo comida y vino para Jerome.
¿Puso opio en su vino?
Lo hice.
El es un necio.
No es digno.
No siente nada, no se conmueve con nada.
Su alma es mezquina, terrena.
El no comprendería, por eso, necesitaba que durmiera.
¿Y qué hizo cuando él se durmió?
Fui hasta el camino del bosque y esperé a Rhysart.
Dulce Señora,
él era vuestro enemigo, no su amigo.
Era un hombre profano.
¿Que hizo, Columbanus?
Esgrimí mi daga.
Y lo herí de muerte.
Por vos, querida Señora.
Y después me regocijé.
¡No!
¡Sioned!
¡Sioned!
Debe ser testigo, no un ángel vengador.
Godwin, ¡cuidado!
Sioned, ¡apártate!
- Godwin, ¡no! - ¿No mató a tu padre?
¡Apártese! ¿Quiere que la autoridad tenga motivos reales para prenderlo?
Está fingiendo, es un maestro en ese arte.
Tiene el cuello partido, está muerto.
- ¿Que hace aquí, muchacho? - Le pedí que estuviese cerca.
Ayúdeme a esconderlo.
No veo cuál es el problema. No fue mi intención matarlo,
y no siento ninguna culpa. El no vale nada.
Sufría de una enfermedad mental.
Una enfermedad alimentada por un celo que nosotros jamás conoceremos.
Tengan piedad, aún de él. Su alma lo necesitará mucho.
Con o sin piedad, mató y ahora está muerto.
¿Suponen que porque nos unimos para aclarar un crimen,
el mundo nos felicitará?
Nuestra única prueba de la culpa de Columbanus era su confesión.
- Sí, que nosotros dos oímos. - Sí.
Pero que nunca podrá repetir.
Y no hay ninguna otra prueba.
Si acusamos a Columbanus, provocaremos un escándalo.
Manchará no sólo a la abadía, sino a toda la Orden Benedictina.
- ¿Le teme al escándalo? - No.
¿Creen que las autoridades lo aceptarán?
Porque si lo creen, ambos son tontos.
El Prior, el Obispo y el Príncipe estarán unidos contra eso.
Será dictaminado un homicidio por parte de un fugitivo
que ya es buscado por otro crimen. Resumiendo, será ahorcado.
Por eso, desistan de esa idea de contar la verdad.
Hasta que yo les avise.
Debemos alcanzar la justicia por otro camino.
Sioned, ve a buscar flores de saúco, todas las que puedas.
Necesitamos pétalos blancos y olores dulces.
Y usted Godwin, póngase a cavar. No tema, será un trabajo fácil.
La tierra fue cavada hace poco tiempo.
Espero que no le importe compartir la tumba con mi padre.
Que Santa Winifred y Lord Rhysart descansen en paz, juntos.
- Para siempre. - Amén.
¿Y Columbanus?
Desvístalo.
¡Hermano Prior!
Pido disculpa por el atraso, me quedé dormido.
Ya dispuso de sus tres días, Hermano Cadfael, y más.
No encontró al asesino. y su tiempo acabó, en vano,
como yo ya esperaba. Partiremos ahora para Shrewsbury.
Y no vuelva a acosarme con la bandera de la verdad.
La voluntad de la Santa es clara. Si Gwytherin no está satisfecha,
que busque la justicia por su cuenta.
Y el Padre Abad será informado de sus excesos.
Estamos partiendo, Padre lanto. Mantuvimos nuestra palabra.
Dígale a su gente que nos deje pasar.
Hermano Prior, venimos de reunirnos.
No hay aquí nadie que dude
que el contenido de esa capilla sea vuestro.
Llévenselo, con nuestra bendición.
En ese caso, la gente de Gwytherin será loada por su buen sentido.
Venga, vamos a terminar la vigilia del Hermano Columbanus.
¿Será posible, Hermano Prior?
Ha sido maravillosamente favorecido.
Esta vez fue realmente llevado hacia la luz de la mayor bendición.
Vean.
La Virgen Santa consideró al Hermano Columbanus
el más digno de los hombres.
Muy bien.
Llevemos...
.. esta carga bendita...
.. y agradezcamos a Dios por el peso que cargamos.
¿Quién diría que sus delicados huesos pesarían tanto?
¿Será otro milagro, Hermano?
El "peso" del valor de la Santa aun está por demostrarse.
- Vaya en paz, Hermano Prior. - Vamos felices, Padre.
Felices.
Dios lo bendiga, Hermano Cadfael.
Y esto es por Godwin.
Debería avergonzarse, Hermano Cadfael.
Ahora mismo, su comportamiento...
¿Es impropio, Hermano Prior?
Cuando le cuente mis excesos al Abad,
¿le devolverá el saco de monedas o lo hago yo?
Hermano Cadfael, ¿puedo hacerle una pregunta?
Puedes preguntar lo que gustes, Oswin.
¿Realmente cree el poder milagroso...
...de los huesos?
Bueno, Hermano Cadfael, responda al novicio.
¿No hace mal al dudar de nuestra rectitud?
¿No ayudará la Santa a aquellos que lo necesiten?
En verdad, Hermano Prior.
Supe que ella aún hace milagros en Gales.
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