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Bueno, romper el hielo es la parte más difícil
así que simplemente voy a decir: hola a todos.
Cuando pienso en "el equilibrio",
hay una frase de los Rolling Stones
que resuena en mi cabeza:
"No siempre puedes conseguir lo que quieres,
pero cuando lo intentas, encontrarás lo que necesitas".
Una simple, pero brillante idea
que es completamente cierta,
y aun así tendemos a luchar contra ello,
o al menos yo lo hacía.
Durante años quise ser perfecta
en todo sentido,
a pesar de saber que es imposible,
esa es la lógica que les traigo.
De niña, esta meta me entusiasmaba,
pero me destrozó por completo.
La peor parte era que, en ciertos aspectos,
me había rendido antes de empezar.
Sabía que físicamente
no tenía la imagen de la "belleza perfecta"
según la definición que le da la cultura pop.
Así que me hundía en mi propia lástima,
en vez de enfocarme en los aspectos
que me agradaban de mí misma.
Uno de los únicos ámbitos
en los que creía que podía alcanzar la perfección
era en el colegio.
Ya saben, soy una buena estudiante,
siempre me esmeraba por conseguir buenas calificaciones,
sólo que esta vez no estaba satisfecha
con nada menos que un resultado perfecto.
En cierto modo, esta determinación no era mala,
estaba completamente enfocada
en algo que afectaría mi futuro,
sólo que, claro, esta actitud no era muy sana.
En vez de celebrar mis éxitos,
los esperaba,
y cuando fracasaba
me derrumbaba y estaba demasiado enredada en mis sentimientos
como para aprender de mis errores,
y esto generaba una extremadamente estresante
y agotadora psicosis
por la que fracasaba debido a mis estándares estrictos,
no aprendía de mis errores
debido a mi desorden emocional
y, por supuesto, fracasaba otra vez.
A la larga, empecé a luchar contra mí misma
y ni siquiera quería hacer el intento
porque tenía miedo a fracasar.
Había perdido noción de todo lo demás
que era igual de importante:
las actividades extracurriculares que adoraba,
mi relación con otras personas,
y lo más importante, cuidar de mí misma
y apreciar el mundo a mi alrededor.
Pensé que apuntar a alguna forma de perfección
me haría feliz,
me ayudaría a estar en paz conmigo misma.
En su lugar, logré exactamente lo contrario.
Esta situación me alejó cada vez más del equilibrio
y la paz interior,
y me llevó más cerca de la negatividad y la tristeza.
Así que lo que aprendí de Mick Jagger
fue que no podía, y no puedo,
obtener siempre lo que quiero,
pero, si lo intento, puedo conseguir lo que necesito.
Lo que quería era perfección.
Lo que necesitaba era amarme a mí misma
y saber que nadie puede ser quien soy
mejor que yo misma,
y que soy perfecta siendo yo misma.
Entonces entendí que tendré 17 años sólo una vez en la vida,
y que lo mejor que puedo hacer por mí misma es:
recordar que no se puede lograr nada
si ni siquiera lo intentas;
que la vida no es puro azar,
sino que todos estamos aquí por una razón;
que el equilibrio es lo clave para una vida feliz,
sin importar cuántas cosas tengas, muchas o pocas;
que cuando las cosas vayan mal
en algún momento mejorarán
y todo tiene una razón de ser;
y, sobre todo, que hay cosas que no podemos controlar,
como el clima o las acciones de otras personas.
Lo que sí podemos controlar
es cómo vivir nuestras vidas,
si podemos mantener el equilibrio
y lidiar con los problemas que la vida nos arroja,
o desperdiciar nuestras vidas en perseguir lo que queremos
como si fueran metas inalcanzables,
preguntarnos qué hubiese pasado si esto o aquello fuera distinto.
La vida es lo que uno hace que sea,
persigámosla felices,
en equilibrio
y aceptándonos a nosotros mismos.
Muchas gracias.
(Aplausos)