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Se ven muchos finales ajustados en las carreras de velocidad:
las de 100 m, de 200 m, de vallas...
Las victorias por un pequeño margen son propias del atletismo.
A los seguidores les encantan.
Los gente de ahora siempre enganchados al móvil.
¿Qué?
Para los velocistas,
los microsegundos son importantes, juegan con ellos.
Para ellos, una décima de segundo en la final de los 100 m.
es una eternidad.
Es cuestión de proporción.
No se ven muchos empates en los maratones.
Pero hubo una carrera de larga distancia,
que duró dos horas,
y en la que tuvo que analizarse quién cruzó primero la meta.
Hablamos de una diferencia muy ajustada.
El triatlón se ha convertido rápidamente
en una de las competiciones más simbólicas
de los JJ. OO. de Verano desde su inclusión en el 2000.
Se divide en tres secciones: natación, ciclismo y atletismo.
Para darle sabor a la vida, consta de incómodas etapas de transición
que suponen que se gane o se pierda.
Es un evento prácticamente diseñado para provocar el caos,
para dispersar a los participantes en un tormento atlético.
La carrera de la categoría femenina se ganó por más de un minuto.
No hizo falta hacer una foto.
El triatlón femenino de Londres en 2014 fue diferente.
Estas dos atletas son las que hay que tener en cuenta.
Lisa Norden de Suecia y Nicola Spirig de Suiza.
Apenas se las puede ver en la prueba de natación
porque no es la mejor disciplina de ninguna de ellas.
Algunas son muy buenas nadadoras, como sería el caso
de la británica Lucy Hall, con el número ocho.
Lo más posible es que se lleve a Vicky Holland con ella.
Lucy Hall salió del agua bastante adelantada.
Información anticipada: Hall terminó en el puesto 33.
Es un deporte cruel.
Por sus marcas de tiempo, sabemos que Norden y Spirig
completaron la prueba de natación al mismo tiempo.
La mejor disciplina de Spirig es el ciclismo.
Es increíble sobre la bicicleta,
recuperando el tiempo perdido en la prueba de natación.
Pero Norden está haciendo una buena carrera.
Se siente fuerte, igualando a Spirig en su mejor disciplina.
Una nueva transición.
Aquí llega Nicola Spirig.
Empieza la carrera.
Los últimos 10 kilómetros de un triatlón olímpico
son toda una proeza.
Los atletas se esfuerzan al máximo,
exprimiendo sus reservas de energía y autodeterminación.
Spirig tiene de ambas
y se coloca en primera posición para la prueba final.
Parece que vuela.
Y si nos fijamos en las corredoras,
Nicola Spirig, por ejemplo podría literalmente terminar
en un sprint final por las tres medallas.
Frena a la australiana, Erin Densham.
Pero, aunque lo intentara, no pudo librarse de su rival sueca.
Lisa Norden, ¿será hoy su día?
Aquí vienen. Es el sprint final.
Todo se decide aquí.
Tras dos horas de carrera,
Nicola Spirig y Lisa Norden hacen su aparición.
La australiana ha desaparecido.
Spirig se fija en las zancadas de la noruega.
Le está comiendo el terreno a la suiza.
Están muy igualadas para cruzar la línea de meta.
Empate.
Densham recibe el bronce,
mientras que Spirig y Norden tienen que esperar a que los jueces
analicen las pruebas fotográficas.
Incluso así es difícil ser juez.
Al final, se toma una decisión. Lo mismo para Spirig y Norden.
La misma marca dentro de una centésima de segundo,
pero Nicola Spirig gana por un margen escaso.
Aún no le he asimilado. Creo que aún no soy consciente
de que soy la campeona olímpica. ¡Es increíble!
Ha sido una competición de altos y bajos.
Es increíble.
Tenía tantas lesiones por los entrenamientos
que nunca pensé que me recompondría en las últimas 10 etapas.
Me siento genial. Creo que podría haber conseguido una medalla
y hasta el último par de metros...
Es realmente increíble.
La foto aclara que la victoria ha sido por un pequeño margen,
puede que dos centímetros para ser generosos.
Eso es más de una carrera,
es 51 millones y medio de centímetros de largo.
Ya has calculado el porcentaje, ¿verdad?
Digamos que se tratase de una carrera de 100 metros.
Equivale a ganar por un margen tan pequeño
que es casi imperceptible para un ser humano.
Para ser más exactos, 38.8 microcentímetros.
El diámetro de un pelo humano es de 50 micrómetros.
¡Menos ancho que un pelo!
Podrías ver 1 000 triatlones
y nunca verías una final tan ajustada como esta.