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Recortada en el ancho horizonte de la planicie del Alentejo, Évora mantiene el esplendor de un brillo cultural que la convierte en una ciudad única.
Nos espera un mundo lleno de contrastes: calles laberínticas, plazas inundadas de luz, fuentes del Renacimiento, patios moriscos, portales góticos, miradores...
Évora es el eco de las memorias históricas de más de dos mil años.
La época romana nos dejó el templo, las murallas y termas; de la "Yeborah" musulmana, el barrio de la Morería.
Conquistada en tiempos de D. Alfonso Henriques, Évora fue la favorita de los reyes de Portugal. D. João II la eligió para la boda de su heredero con la hija de los Reyes Católicos.
Fue en aquella época cuando se erigieron el palacio real donde el gótico se mezcla con la influencia del Islam, y grandes conventos como el de S. Francisco
Fue la "edad de oro" de una ciudad que atrajo a artistas de Flandes, Italia y España.
Maestros venidos desde Salamanca a París acudieron a la Universidad fundada en 1553, que todavía hoy en día está abierta.
Son tantos los vestigios de los templos de gloria que la UNESCO declaró a la ciudad Patrimonio de la Humanidad.
La ciudad, donde calles estrechas de recuerdo morisco contrastan con plazas llenas de luz, se asienta sobre los recuerdos imborrables de más de dos milenios de historia.
Conquistada por los romanos en el año 59 a.C. -estos le dieron el nombre de "Liberalitas Julia"- Évora adquirió gran importancia, como atestiguan los vestigios todavía visibles y ...
de los que son ejemplo las ruinas de un precioso templo de finales del siglo II, varios tramos de muralla y la puerta llamada de Doña Isabel, así como ...
las ruinas del balneario de la ciudad bajo el edificio del Ayuntamiento.
Excelentes restaurantes, bares, terrazas, buenas tiendas de arte popular y gente joven que frecuenta la reconocida Universidad son la expresión dinámica ...
de un presente que se fortalece en las raíces del pasado.
No debe faltar una visita al mercado municipal, donde podemos comprar el producto típico local: el queso de Évora, de sabor ligeramente picante y algo ácido.
En Évora hay más de 300 edificios de interés histórico, treinta y seis de ellos son monumento nacional, por eso,
para descubrir Évora hay con pasear con calma y tiempo; así podremos disfrutar de los pintorescos rincones que encontramos a cada paso.
Más información en www.gulliveria.com