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Desde comienzos de los años 90's,
los astrónomos han conocido a los planetas extrasolares o "exoplanetas",
que orbitan estrellas a años luz de nuestro sistema solar.
Debido a que varios exoplanetas están tan lejos para ser vistos directamente, las características como el tamaño,
composición y constitución atmosférica deben ser determinados a través de varios métodos indirectos.
Por ejemplo, cuando un planeta pasa en frente de su estrella o lo transita,
bloquea una fracción de la luz de la estrella y causa un descenso en el brillo.
Los planetas grandes bloquean más luz; entonces, el tamaño del descenso puede usarse para determinar el tamaño del planeta.
Observando el jalón gravitacional en un exoplaneta, los astrónomos pueden determinar la masa del planeta,
y así calcular su densidad, para ver si está compuesto de roca como la Tierra o de gas como Saturno.
Pero para comprender completamente a un exoplaneta, los astrónomos deben estudiar su atmósfera,
y la información que ellos necesitan está codificada durante un tránsito.
Como el planeta cruza su estrella, su atmósfera absorbe ciertas longitudes de onda o colores,
mientras deja pasar otras longitudes de onda.
Debido a que cada molécula absorbe diferentes longitudes de onda,
los astrónomos descomponen la luz de la estrella en su espectro de colores para ver cuáles longitudes de onda han sido absorbidas
Las bandas oscuras de absorción actúan como huellas, revelando la composición química de la atmósfera.
Saber la profundidad y la densidad de la atmósfera es también importante.
Para hacerse una idea de esto, los astrónomos observan el tránsito en diferentes longitudes de onda.
En longitudes de onda donde ocurre más absorción, el planeta aparecerá más grande,
con el cambio en el tamaño indicando cuán profundo se extiende la atmósfera y su densidad a diferentes altitudes.
Medir la profundidad de absorción en cada longitud de onda le da a los astrónomos la curva de profundidad del tránsito del planeta
el cual les permite modelar la composición, altura y densidad de la atmósfera,
proveyendo una imagen detallada del planeta.
Estudios recientes sugieren que los exoplanetas y sus atmósferas se encuentran en una gran variedad.
En un extremo están los "Júpiters calientes" como el WASP 19b, un gigante de gas hirviente que orbita su estrella
mucho más cerca de lo que Mercurio orbita al Sol.
Los visitantes que sobrevivan al calor podrían quejarse de la calidad del aire:
el abrupto tránsito de profundidad del planeta sugiere una profunda atmósfera de hidrocarburos venenosos,
con metano y cianuro de hidrógeno mucho más abundante que el agua.
En contraste, el planeta Gliesse 1214b es comparativamente un tentador "mundo de agua".
Es casi plano la curva de profundidad del tránsito lo que indica una poco profunda atmósfera de vapor puro,
cubriendo un océano de miles de kilómetros de profundidad, con un interior de hielo caliente:
agua solidificada por la extrema presión bastante más que por el frío.
Como mejora de los métodos de detección, los astrónomos buscarán las atmósferas de planetas del tamaño de la Tierra
por signos de vida tanto como por vapor de agua, oxígeno y metano,
llevándonos un paso más cerca para encontrar un mundo como el nuestro, todo gracias a algunos rayos de luz parpadeantes.