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Pescador, pescador,
pescador, prepara el cebo,
que la profundidad te sea fiel, feliz noche y buena pesca...
¿Quién está ahí?
La canción debería decírtelo: un pescador que espera la marea,
tengo la barca allí, en el agua baja.
Mañana es día de ayuno, para suerte mía;
la mesa magra y el pescador engorda.
¡Ja, ja, ja!
¡Estamos a salvo! Están riendo.
Son ochenta entre marineros y mozos.
Tienes tres decenas de remos y nada más;
dos culebrinas de pequeño calibre.
Ahora vete, tan rápido como puedas,
y dispón a los centinelas allí donde los arbustos son más espesos.
Yo me quedo aquí para hacer mi trabajo.
¡Vete con Dios!
¡Ah! Pescador, prepara el cebo,
que la profundidad te sea fiel,
feliz noche y buena pesca te promete el mar, el cielo.
Vete, plácida centinela, por la azul inmensidad.
¡ah! ¡ah! una gentil sirena caerá en las redes.
¡ah! ¡ah! una gentil sirena caerá en las redes.
Espía con tus ojos de águila, y entre las tinieblas cuenta tus muertos.
Sí, de esta isla desierta y sombría debe surgir tu fortuna.
¡Permanece alerta!
Desvía la rápida sospecha, y ríe y vigila y canta y espía,
¡Ah! Venus brilla plácida en un cielo voluptuoso;...
...Una espléndida sirena caerá en las redes.
¡Bravo por los cantos de los navegantes!
¡Esta noche, levamos anclas!
¡Viva nuestro príncipe y capitán!
¡Ho, he! ¡Ho, he! ¡Velas a babor! ¡Izad!
¡Remos a estribor! ¡Izad! El cielo tronó.
La, la la la, la...
En medio de los rayos de la tempestad,
nosotros sumergimos nuestras cabezas en las nubes.
¡Osamos escalar las ondulantes velas!
¡Somos las ardillas del mar!
Y ahora bajad a descansar.
Yo vigilo solo en el puente a la flota enemiga.
Es tarde.
¡Buena guardia!
¡Buenas noches!
¡Cielo y mar!
El etéreo velo resplandece como un santo altar.
¿Vendrá mi ángel del cielo? ¿Vendrá mi ángel del mar?
Aquí la espero; ardiente sopla hoy el viento del amor.
¡Ah! Ese hombre que suspira por ti, te conquista,
¡Oh, sueño, oh, sueño de oro!
En el profundo espacio no aparece ni suelo, ni montes.
¡El horizonte besa las olas! ¡Las olas besan el horizonte!
Aquí en la sombra, donde espero con el corazón anhelante,
ven, mujer, al beso de la vida, de la vida y del amor.
¡Ah! ven; ¡Ah! ¡Ven!
¿Quién viene?
No es un fantasma de la mente.
Es una barca.
Ya oigo el ritmo de los remos, volando hacía mí...
¡Capitán! ¡A bordo!
¡Adelante! ¡Dios, sostén aún mi alegría!
Navegantes, poneos a lo largo de la carena.
Aquí... la cuerda... cogedla... atadla... ¡no caigáis! ¡A bordo! ¡A bordo!
¡Enzo!
¡Laura! ¡Laura!
¡Enzo! ¡Enzo mío! ¡Enzo! ¡Mi amor! ¡Cielo! ¡Amor! ¡Cielo! ¡Amor!
¡ Buena suerte!
¡Oh, la siniestra voz!
¡Fue él quien te ayudó a escapar!
¡Pero sonreía como un demonio!
Es el hombre que nos ha abierto el paraíso.
No turbes con temores la pura embriaguez de estos instantes;
háblame sólo de amor, es el cielo, amada mía, que se abre para mí.
¡Ah! el dulce encanto de tu beso, alegría celestial... se transforma en llanto,
Dios no tiene piedad de los sufrimientos si el amor no perdona,
Háblame de amor, es el cielo, querida, que se abre para mí.
Pero dime, ángel mío, ¿cómo me reconociste?
Reconocí a Enzo en el marinero.
Igual que yo supe que eras tú al oír tu voz.
¡Adorado Enzo!
Pero el tiempo vuela... ¡Alerta! ¡Alerta!
No temas; estamos en una isla desierta,
entre el cielo y el mar.
Veremos ocultarse a la luna dentro de poco.
Cuando desaparezca y todo esté a oscuras levaremos anclas;
con los besos en la frente, y con las velas al viento.
Allí, entre las brumas lejanas,
allí, entre las tinieblas desconocidas está la señal de nuestro camino...
En las olas, en las sombras, en los vientos favorables, favorables,
sonrientes, huidizos, volaremos, volaremos a la vida y al destino
La luna desciende, desciende,
vestida con una banda roja,
como una esposa ante el altar, la esposa ante el altar.
Y oculta su lánguido rostro en las olas,
con lenta cadencia la luna desciende al mar.
La luna desciende al mar.
desciende al mar.
Y tu piloto prepara tu fuga.
Amada mujer, quédate aquí
Tengo el corazón lleno de lágrimas.
¡Esa luz!
¡Ah! ¡Una Madonna!
¡Estrella de los marineros!
Virgen santa, tú me defiendes en esta hora suprema,
tú ves cuánta pasión y cuánta fe me llevó a tan audaz extremo.
Bajo tu velo,
que cubre a los suplicantes, protege a ésta que reza y teme
¡Ah! Dame como respuesta a esta ferviente plegaria el perdón,
haz descender una Bendición. Que sobre mí descienda tu bendición.
¡Es una blasfemia!
¡Ah! ¿Quién eres?
¿Quién soy, me preguntas? ¡Soy un fantasma que te espera!
Mi nombre es Venganza. ¡Amo al hombre que tú amas!
Allí esperé la ocasión propicia, como una fiera en su jaula,
¡ah! la fuerza sobrehumana del furor bulle por mis venas.
¿Quieres huir feliz rival? ¿Te consumes de amor?
Sí, las velas y el timón están preparados,
¡Está bien! está bien... vete, vete, vete, ¡huye!
¡Furia horrenda!
Ah! ¡Te asusto! ¿Y osas consumirte de amor por ese héroe?
¡Desafío a tu corazón, rival!
¡Blasfemas! ¡Mientes! ¡Mientes!
¡Le amo como el fulgor de la creación! ¡como el aíre que da la vida!
como el sueño celeste y feliz de donde viene mi primer suspiro.
Y yo le amo al igual que el león ama la sangre,
y el huracán el torbellino y la luz las cimas,
y la tranquilidad la vorágine, y el águila el sol.
Por su dulce beso...
Como la luz las cimas... Soy más fuerte, es más fuerte mi amor
...desafío el horror de la muerte, el horror de la muerte...
Le amo como el fulgor de la creación... Como el aire que da la vida.
Por su dulce beso, Soy más fuerte,
desafío el horror de la muerte,
…es más fuerte mi amor. ¡Ah! Soy más fuerte, más fuerte es mi amor.
¡Mi brazo te detiene! ¡Ven, déjame ver tu cara!
¡Al suelo! ¡No hay salida! ¡No hay salida! este puñal...
¡No! tendrás por destino un golpe más fatal...
¡Allí!... ¡Mira...!
...allí, en aquella barca oscura, ¡Allí, está tu marido!
¡Cielos! ¡Estoy perdida!
¡La maldición se ha cumplido! No hay ni un dios que pueda salvarte.
- ¡Virgen! ¡Ayúdame! ¡Virgen! - ¿Qué? ¡Ese rosario!
Rápido... ¡Huye! Toma... ¡Ponte esta máscara!
- ¿Qué haces? - ¡Te salvo!
- ¿Me dirás quién eres? - ¡Soy la Gioconda!
¡Maldición! ¡Ha huido!
¡Patrón! En el canal muerto...allí. Allí... ¡Fuerte los remos! ¡Fuerte!
¡Está salvada!
¡Oh, madre mía! ¡Oh, madre mía!
¡Cuánto me cuestas! ¡Cuánto!
¡Laura! ¡Laura! ¿Dónde estás?
¡Laura se ha ido!
¡Gioconda! ¡Oh, cielos! ¿Qué sucede?
¡En vano a tus culpables besos tu deseo la llama!
¡Mientes! ¡Mientes, cruel!
¡No, ya no te ama!
¿Ves allí, en el canal muerto, una barca que navega a toda fuerza?
¡Es ella, que huye! ¡Su remordimiento fue más fuerte que el amor!
Este paraje es para ella funesto, pues la muerte está en su entorno.
¡Ella huye y yo me quedo aquí! ¿Quién de las dos ha amado más?
¡Calla! ¡Calla! ¡Ay!
desde el momento en que te vi, sospeché alguna maldad;
no me digas que me amas, ¡sólo odio tienes en tu corazón!
Pero mi amor sabrá escapar de su cruel marido, ¡sabrá escapar!
- Allí está la vida... - ¡Allí está la muerte!
- ¿Qué dices? ¿Qué dices? - ¡Mira al mar!
Las galeras! ¡Las galeras! ¡Sálvese quien pueda!
¡Has sido traicionado! Un infame reveló tu nombre al Consejo.
¡Me es familiar el rumbo del fiero navío!
¡No hay esperanza! ¡No hay esperanza!
¡No lo dudes más, fuerza las velas, el cielo todavía puede salvarte!
¡Yo ignoro qué es la fuga y la rendición! ¡Huyamos! ¡Ah! ¡No hay escapatoria!
¡Mientras yo viva, no! ¡Daremos al enemigo cenizas y tizones!
¡Fuego! ¡Guerra! ¡Muerte! ¡Carnicería!
¡Oh, Laura, adiós!
¡Siempre Laura! ¡Pero al menos podré morir contigo!