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El Presidente: Ayer, la Cámara de Representantes aprobó
una histórica medida legislativa que dará paso a una economía
basada en energía limpia y a un futuro mejor para Estados Unidos.
Durante más de tres décadas, hemos hablado
sobre nuestra dependencia del petróleo extranjero.
Y durante más de tres décadas, hemos visto el aumento de esa dependencia.
Hemos visto que nuestra dependencia de hidrocarburos
compromete nuestra seguridad nacional.
La hemos visto contaminar el aire que respiramos y amenazar a nuestro planeta.
Y más que nada, hemos visto que otros países se dieron cuenta
de un hecho crucial: el país que sea el líder
en desarrollar una economía de energía limpia será el líder
de la economía mundial del siglo XXI.
Es hora de que Estados Unidos de Norteamérica también se percate de ello.
Es hora de ser líderes.
El proyecto de ley de energía que aprobó la Cámara de Representantes
creará finalmente un conjunto de incentivos que propiciará una transformación
hacia la energía no contaminante en nuestra economía.
Impulsará el desarrollo de fuentes energéticas de todo tipo
con bajas emisiones de carbono, desde energía eólica, solar y geotérmica
hasta energía nuclear más segura y energía de carbón más limpia.
Dará lugar a nuevas formas de ahorrar energía, como ventanas
y otros materiales eficientes que reducen el costo de la calefacción en el invierno
y del aire acondicionado en el verano.
Más importante aun, hará posible la generación
de millones de nuevos puestos de trabajo.
Que no quepa la menor duda: esta medida generará empleos.
Ya estamos viendo que esto es cierto por las inversiones en energía limpia
que estamos realizando con la Ley para la Recuperación.
En California, se contratarán a 3000 personas para construir
una nueva planta solar que generará 1000 empleos permanentes.
En Michigan, se tiene previsto que la inversión en turbinas
de viento y tecnología eólica genere más de 2,600 empleos.
En Florida, se espera que tres nuevos proyectos
de energía solar empleen a 1400 personas.
La lista continúa, pero el hecho es éste: esta ley
finalmente hará que la energía limpia sea un tipo rentable de energía.
Eso llevará a que se establezcan nuevas empresas y nuevas industrias.
Y eso generará empleos estadounidenses bien remunerados que no se puedan mandar al extranjero.
A menudo he hablado sobre la necesidad de construir nuevos cimientos
para el crecimiento económico, de manera que no regresemos al ciclo vicioso
de auge y crisis que nos llevó a esta recesión.
La energía limpia y los empleos que genera serán
de suma importancia para esta nueva base.
Esta ley también ha sido redactada cuidadosamente para abordar
las preocupaciones que muchos expresaron en el pasado.
En lugar de aumentar el déficit, es financiada
por quienes contaminan, quienes actualmente producen
peligrosas emisiones de carbono.
Proporciona ayuda a empresas y familias a medida
que realizan la transición gradual a tecnología de energía limpia.
Les da a las comunidades rurales y a los agricultores la oportunidad
de participar en soluciones que favorecen al clima y generan nuevos ingresos.
Y sobre todo, protegerá a los consumidores de los costos de esta transición,
de modo que, en una década, el precio para el estadounidense promedio
sea aproximadamente el de una estampilla al día.
Como esta ley es tan equilibrada y razonable,
ya ha atraído a una coalición extraordinaria
de grupos ambientalistas y de defensa de consumidores;
líderes empresariales y sindicales; demócratas y republicanos.
Y quiero agradecerle a todo miembro del Congreso que puso de lado
la politiquería para respaldar este proyecto de ley el viernes.
Ahora, mi llamado a todos los senadores, así como a todos los estadounidenses
es éste: No le temamos al futuro.
Y no seamos prisioneros del pasado.
No crean en la información engañosa por allí que insinúa que,
de alguna manera, la inversión en energía limpia
y el crecimiento económico se contradicen.
Eso, simplemente, no es cierto.
Venimos hablando de energía por décadas.
Pero ya no hay desacuerdo en que nuestra dependencia
del petróleo extranjero amenaza nuestra seguridad.
Es un hecho.
Ya no hay debate sobre los riesgos de la contaminación
por carbono para nuestro planeta.
Está sucediendo.
Y ya no hay duda de que los empleos e industrias
del siglo XXI deben centrarse
en energía limpia y renovable.
La pregunta es: ¿Qué país creará estos empleos y estas industrias?
Y quiero que la respuesta sea: Estados Unidos de Norteamérica.
Y creo que el pueblo estadounidense y los hombres y mujeres
que fueron elegidos al Congreso comparten esa visión.
Así que quiero felicitar a la Cámara de Representantes por aprobar este proyecto de ley,
y quiero exhortar al Senado a aprovechar esta oportunidad
para unirse y cumplir con nuestras obligaciones
con nuestro electorado, nuestros hijos, la creación divina
y las generaciones futuras.
Gracias por escuchar.