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Presidente Obama: Tras la peor recesión desde la Gran Depresión,
nuestra economía vuelve a crecer, y el número de empleos en el sector privado
ha aumentado en casi 2 millones en los últimos 13 meses.
Pero también sé que mucha gente no se siente tan optimista como debería
según lo indican algunos datos estadísticos.
Todavía es demasiado difícil encontrar empleo.
Incluso si tienen trabajo, lo más probable es que tengan mayor dificultad
para que les alcance el dinero pues todo está más caro,
desde la comida hasta la gasolina.
En algunos lugares, la gasolina cuesta ahora más de $4 por galón,
lo que significa que llenar el tanque puede costar más de $50 o $60.
Por supuesto que mientras el aumento del precio de la gasolina implica verdaderas dificultades
para las familias, también significa utilidades más altas para las empresas petroleras.
Esta semana, las mayores empresas petroleras anunciaron que ganarían
más de $25,000 millones en los primeros meses del 2011,
un aumento de aproximadamente 30 por ciento desde el año pasado.
Ahora bien, no tengo ningún problema en que se recompense
a las empresas o sector industrial por su éxito.
El incentivo de buenas utilidades es lo que alimenta el sentido empresarial
y ayuda a impulsar la economía.
Pero no me parece que se justifique darles a las empresas
de gas y petróleo subsidios con dinero de los contribuyentes
que ascienden a $4,000 millones al año.
Cuando las empresas petroleras ganan enormes utilidades
y ustedes pasan apuros para llenar su tanque de gasolina,
a la vez que buscamos intensamente en el presupuesto federal
gastos de los que podemos prescindir, estas dádivas tributarias no están bien.
No tienen sentido.
Y debemos eliminarlas.
Por eso, esta semana, volví a hacer un llamado al Congreso
para que deje de subsidiar el sector de gas y petróleo.
Comprendan que no me opongo a que produzcamos petróleo.
Pienso que si realmente queremos solucionar nuestro problema de energía,
debemos operar al máximo, y eso significa
buscar una gran variedad de medidas energéticas,
incluida la producción segura y responsable de petróleo dentro del país.
De hecho, el año pasado, la producción de petróleo de Estados Unidos
alcanzó su más alto nivel desde el 2003.
Pero también considero que en vez de subsidiar la energía del pasado,
debemos invertir en la del futuro,
y eso es lo que hemos estado haciendo.
Ya hemos visto que las inversiones que estamos haciendo en
energía limpia pueden generar nuevos empleos y nuevas empresas.
He visto algunas personalmente: pequeñas empresas que
están aprovechando al máximo la energía solar y eólica,
y tecnología de consumo eficiente de energía;
grandes empresas que están incorporando
a sus flotas autos y camiones eficientes.
Y para promover este tipo de vehículos,
hemos implementado nuevos e históricos estándares de consumo eficiente de combustible,
que podrían ahorrarles hasta $3,000 en gasolina.
Ahora bien, sé que en esta difícil situación fiscal,
para algunos en Washington es tentador recortar
nuestra inversión en energía limpia.
Y estoy absolutamente de acuerdo en que la única manera en que podremos pagar
lo que necesitamos es recortar lo que no necesitamos
y gastar dentro de nuestras posibilidades.
Pero me rehúso a recortar rubros como energía limpia que ayudarán a Estados Unidos
a ganarse el futuro al propiciar nuestro crecimiento económico
y generar empleos bien remunerados; que ayudarán a que Estados Unidos tenga mayor seguridad,
y que al mismo tiempo, contribuirán a descontaminar el ambiente.
Una inversión en energía limpia hoy es una inversión
en un futuro mejor.
Y considero que es una inversión que vale la pena hacer.
Gracias por escuchar y que tengan un buen fin de semana.