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Imagínate esto: te meten en una sucia habitación y te dicen: "No puedes salir hasta que
crees el material más fino conocido por el hombre." "No solo eso, además debe ser el más fuerte,
el mejor conductor térmico y tan bueno conduciendo la electricidad como el cobre."
Lo se, parece imposible,
pero por suerte, sabes algo sobre nanotecnología. Conoces dispositivos y materiales muy muy pequeños
que tienen un tamaño menor a 100 nanómetros. Por supuesto que no tengo que decirte que un nanómetro
es una billonésima parte de un metro, aproximadamente el tamaño de 10 átomos.
¿Pero cómo creas algo tan pequeño? Es hora de que salga el MacGyver que hay en ti.
Vas a necesitar un lápiz, cinta adhesiva y una buena dosis de esfuerzo.
Un lápiz no tiene plomo, si no grafito, el cual consiste en capas de carbono en un entramado
hexagonal. Cuando escribes, las capas de grafito se desprenden de la punta del lápiz y se pegan
al papel. Normalmente se apilan varias capas unas encima de otras, pero de vez en cuando
se obtiene una única capa de átomos de carbono. Esta capa se conoce como "grafeno".
En 2004, Andre Geim y Konstantin Novoselov crearon grafeno usando solo grafito
y cinta adhesiva. Colocaron una lámina de grafito en la cinta, la doblaron y partieron
la lámina en dos. Repitieron este proceso varias veces y estudiaron los fragmentos obtenidos.
Para su sospresa, observaron que algunas muestras tenían solo un único átomo de espesor.
Esto fue particularmente inesperado porque se pensaba que una única capa de grafito
no sería químicamente estable. Sobre todo, a temperatura ambiente.
El grafeno conduce electrones más rápido que cualquier otro material a temperatura ambiente.
Esto se debe a la extraordinaria gran calidad del entramado del grafeno. Los científicos no han encontrado todavía
algún átomo que este fuera de lugar en el grafeno. Puesto que los electrones no se dispersan a causa de
defectos en el entramado, van tan rapido que hay que usar la relatividad de Einstein, para entender
su movimiento. Este perfecto entramado se crea mediante enlaces muy fuertes, a la vez que flexibles, entre
átomos de carbono, haciendo el material flexible pero más duro que el diamante.
El grafeno es increíblemente fuerte. Si pudieras poner en equilibro a un elefante sobre un lapiz, y colocases
el lapiz sobre grafeno, el grafeno no se rompería. El lápiz sí, naturalmente.
Por su descubrimiento, Geim and Novoselov recibieron el Premio Nobel de Física en 2010.
Y esto es solo el comienzo para el grafeno. Los científicos trabajan duro para explotar sus
propiedades únicas para crear pantallas táctiles finas, transparentes y flexibles,
ordenadores más pequeños, más rápidos y con más eficiencia energérica, materiales compuestos resistentes
y células fotoeléctricas más eficientes.
Ahora piensa que esto es solo una parte de la nanotecnología. Así que para pensar a lo grande,
antes hay que tener en cuenta lo muy pequeño.