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Trajeron un carro para los enfermos y comenzamos a caminar.
Yo estaba con los enfermos.
No sé exactamente
si eso ocurrió en el primero o en el segundo día.
Yo tenía una buena amiga en el campo de Gruenberg
pero con el tiempo, mi asistencia, tal como podía ofrecerle, ya no servía más.
Yo podía ayudar cuando estábamos en camino,
con mi overol, a veces podía por la noche
salir y pedir un poco de comida.
Eso es lo que hacía.
Si me atrapaban eso hubiera significado una bala en la cabeza.
Ella sintió... se estaba desangrando.
Su nombre era Basha Wechsler.
Su nombre era Basha Wechsler.
Y yo quería salvarle la vida.
Pensaba que cuando caminásemos quizás habría algún lugar, una choza,
alguna familia, algún lugar, donde podría dejarla,
así que tomé una manta, y se dieron cuenta porque la llevé a ella,
conmigo, la sostenía.
Había allí una mujer de las SS, llamada Inge,
era de Berlín,
Creo que tenía 20, 22 años, una niña,
y ya había sido muy cruel en el campo,
y ella notó que la estaba cargando.
Vino hacia mí, y por la fuerza
me la arrancó de las manos, y estábamos caminando cerca de un bosque.
La mató.
Unos segundos más tarde... la llevó al bosque
y después de algunos segundo regresó.