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Kimi-Mattias Räikkönen nació en la localidad finlandesa Espoo en 1979.
Con 6 años, y mucho frío en la calle, sus padres le daban puzles de niños mayores para
fomentar su inteligencia. A veces los terminaba, pero cuando no le salían,
el pequeño Kimi se desesperaba. Trato de quitarse la frustración y quemaba
la adrenalina con el hockey sobre hielo, pero lo dejo, porque había que madrugar mucho
para ir a los entrenamientos y fue entonces cuando todos descubrieron uno de los grandes
defectos de Kimi, siempre asido muy perezoso. El joven Räikkönen debió pensar que competir
con coches, le iba a permitir olvidarse de los entrenamientos físicos, así después
de disputar 23 carreras en distintas categorías menores, de las que gano 13, Peter Sauber
lo ficho para correr en su equipo en 2001. En su primera carrera en Australia consiguió
1 punto y cuando termino la temporada, Mclarent lo llamo para sustituir a otro finlandés
Mika Häkkinen. Después de 5 años, se vistió de rojo y
en Ferrari de puntillas y sin hacer ruido, se llevó el mundial de 2007, la guerra civil
dentro de Mclarent, se lo había puesto en bandeja.
En 2010 a Ferrari llego Fernando Alonso y Kimi se fue.
Harto del mundo de la Formula 1, cambio los circuitos por los bosques y se marchó al
mundial de Rally. Muchos árboles vieron de cerca a Kimi, que
solo pudo lograr un quinto puesto como mejor resultado en 2 años.
En 2012, el hijo prodigo volvió a la Formula 1, no había cambiado Ice-Men seguía siendo
como antes, inexpresivo, borde con la prensa e indisciplinado. La juerga y su exceso con
el alcohol son conocidos por todos. Odia las entrevistas, los eventos publicitarios con
el equipo y sobre todo, que le hablen por la radio, "Dejadme en paz, sé lo que estoy
haciendo". Difícil siempre de entrevistar, cuando le
preguntas, que va a hacer en el parón del verano él te contesta, "Pescaré y hare el
amor", y en invierno, "la pesca está muy mala en invierno". Sí le pides una opinión
del trazado del circuito de Singapur, Kimi te dice: "Es estrecho en unos sitios y ancho
en otros, depende de donde este". Si falta una foto menaje donde han estado
todos los pilotos, excepto él y le preguntas donde ha estado, te suelta: "Estaba cagando".
Así es Kimi, capaz de disfrazarse de gorila para irse de juerga y que no lo conozcan,
capaz de tomarse un helado en bermudas, en un periodo de bandera roja, capaz de perderse
en el circuito de Brasil y hacer pensar a sus ingenieros, que necesita un GPS en el
coche. "Recalculando ruta, de la vuelta en cuando pueda".
Díscolo, perezoso, a veces antipático, despreocupado, impertinente, despistado, pero terriblemente
rápido. Kimi ha vuelto, como un piolo.