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Miro el cronómetro, la cuenta atrás de los 18 minutos
deseando imaginarme un mundo sin relojes.
Pero no puedo.
¿Pueden Uds.?
Sin horarios, sin reuniones programadas.
Mucho de lo que hacemos día tras día depende del reloj.
Y sin embargo, este concepto de reloj —es un instrumento muy simple,
una idea muy simple y sin embargo, la sociedad se mueve al unísono con él
hasta el punto de que ya no nos damos cuenta.
Les hablaré de la psicología de los medios de comunicación.
Recuerdo el momento en el que me interesé por primera vez por el tema.
He pasado por el instituto como todo el mundo,
curso por curso, tomando clases de piano,
sin tener la impresión de haber tomado muchas decisiones solo.
Mi primera decisión real fue hacer un intercambio
en la universidad.
Y tenía este deseo de ser independiente,
—no sabía realmente qué significaba eso.
Soñaba vagamente con una moto y un lugar remoto.
Así que cuando tuve la oportunidad, pedí ir a Nueva Zelanda
y cuando llegué allí, me compré una moto,
e iba conduciendo por una carretera rural y llegué a este lugar con vistas panorámicas,
me bajé de la moto, me quité el casco,
me recosté en la moto y pensé:
"¡Dios mío, lo he conseguido!"
Tengo una vaga idea de dónde había salido este pensamiento.
Las únicas decisiones que había tomado hasta entonces eran qué canal de TV ver.
Y sin embargo, tan pronto como tomé esa decisión
de hacer realidad la imagen de independencia que me había forjado en la mente,
se hizo realidad.
Y me pregunté: "¿Cuál es la naturaleza de nuestra realidad?"
¿Hacemos las cosas según las pensamos?
Y me di cuenta de que algunas de esas ideas procedían de los medios de comunicación.
Les suena ese arquetipo de la moto y del lugar remoto.
Ese fue mi coqueteo con la frivolidad antes de volver a la Universidad.
Y empecé a estudiar estas cosas que es lo que hacen los academicos.
Y empezó a interesarme en las historias.
Resulta que existe una razón evolutiva en las historias.
Imagínense en medio del Paleolítico, hace 100 ó 200 000 años,
están en una cueva, con un compañero, Gronck,
que vuelve con un colmillo de jabalí clavado en el brazo
y le dices "¡Hombre,¿qué ha pasado?!"
Él responde: "Estaba cazando por ahí, me atacó un jabalí,
me enfrenté a él y ahora tengo un colmillo clavado en el brazo."
A través de la empatía, en virtud de esta historia,
somos capaces de experimentar y aprender,
sin, afortunadamente, tener que pasar por esa experiencia.
Gracias al acto narrativo, que también vinculado a la empatía y a las neuronas espejo.
—Hay una charla TEd sobre eso—
Pero, también conocemos relatos en el contexto mediático: libros, películas, TV,
y es interesante cómo aprendemos de ellos también.
Existe un patrón ahí también.
Sabemos que siempre hay un punto culminante 20 minutos antes del fin de la película.
Sabemos que tras la crisis nerviosa de Tom Cruise,
podemos ir al baño, porque estará resentido
antes de recuperar a la chica.
E incluso una charla TED necesita una estructura narrativa, así que aquí estamos.
¿Lo estamos inventando, estamos absorbiendo ideas de los cuentos y de los medios?
Quizá esto no lo crean importante, pero quisiera hacer una encuesta rápida en la sala.
¿Cuántas decisiones de compra del ciudadano medio
en esta sala se ven afectadas por la publicidad?
De uno a diez, piensen en un número
—Siendo el uno ninguna y diez todas.
Siguiente pregunta.
¿Cuántas de sus propias decisiones de compra se ven afectadas por la publicidad?
Mismo procedimiento, uno ninguna, diez, todas.
Retengan esos dos números en su mente, y ahora les quiero preguntar
¿Para cuántos de Uds. el primer número es menor que el segundo?
Levanten la mano. Tenemos dos. Ok.
¿Para cuántos de Uds. ambos son iguales?
Levanten la mano. Tenemos entre 15 y 20.
¿Para cuántos de Uds. el primer número es mayor que el segundo?
Así que piensan que están menos influidos
por la publicidad que la mayoría del ciudadano medio de esa sala.
Esto revela un fenómeno psicológico muy fuerte,
donde todos pensamos que somos invulnerables a los medios.
Uds. se creen superiores a la media de esta sala
y esto es matemáticamente imposible,
pero creemos que los demás son los autómatas afectados.
Para el resto de la charla, quiero que abran su mente
a la posibilidad de que quizás, sólo quizás,
todos estamos más influidos por los medios de lo que nos damos cuenta.
Esto no habría sido tan malo en los años 20, por ejemplo.
Los medios tendían a ser informativos. Les mostraré unos anuncios para demostrarlo.
Si alguien quería que Uds. compraran un auto, partían de que Uds. eran seres racionales,
y, por tanto, les informaban sobre las cualidades del auto.
¿Así que, qué cambió?
Bueno, dándoles la guía más rápida posible de Freud, les diría
que las grandes ideas de Freud: deslices orales, asociaciones libres, los sueños
todos apuntaban al inconsciente, a la mente irracional que no reconocemos.
Y Freud, que había sufrido
la Primera Guerra Mundial y los prolegómenos de la Segunda,
sacó conclusiones sobre la naturaleza humana profunda y reprimida
y la definió como animal, violenta y ***.
Su sobrino, Edward Bernays, llevó sus ideas al otro lado del Atlántico,
y comenzó a usarlas en publicidad y relaciones públicas.
Y allí donde, antes solo se describía sencillamente
lo que estaba a la venta, ahora comenzó
a darse en los anuncios, indicios sexuales y de clase social.
Por supuesto todos sabemos ahora hasta dónde hemos llegado con esto
en la publicidad de hoy, y me encantaría decirles que no es cierto,
que los humanos no tienen estos impulsos sexuales y agresivos
y que la publicidad basada en eso no funciona.
Pero hay que recordar que la publicidad mueve 500 000 millones de dólares al año
y para poner en contexto esa cifra
con 2000 millones de dólares se puede comprar una nave espacial.
He estado ahorrando para una. (Risas)
Así que cada año, se gasta en publicidad
el equivalente a lanzar 250 naves al espacio.
Más bien intentan manipularnos que conquistar galaxias.
Así que empecé a preocuparme.
A medida que se estudia las psicología de los medios, uno nota esos efectos negativos.
La televisión incrementa el materialismo,
la sensación de aislamiento, la soledad,
la depresión, el pesimismo sobre el matrimonio.
No entraré en temas como las agresiones y la sexualidad.
Me asusté y tuve que volver a mi rincón feliz.
Así que me fui de viaje a África, y en ese viaje,
recorrimos el continente en bici de una punta a otra,
de El Cairo a Ciudad del Cabo, Les pondré un vídeo.
Y en ese viaje, cada mañana nos levantábamos y empezábamos a hacer el equipaje,
cargábamos el material en nuestras bicis y seguíamos nuestra ruta.
Las primeras mañanas era muy interesantes, pero a medida que transcurría el viaje,
y hacíamos lo mismo una y otra vez,
estábamos acostumbrados de tal forma, que tuvimos que buscar formas
de romper la monotonía. (Risas)
Aprendí en ese viaje que, ante todo, somos seres sociales,
y nos sintonizamos con los que nos rodean
y con lo que hacen.
En segundo lugar, nos aclimatamos a las situaciones muy rápido,
y eso me preocupó. Porque alguien de mi edad pasa
más rato interactuando con los medios: tele, Internet, móviles, libros...
que con cualquier otra cosa, incluyendo dormir.
Filmé un documental de ese viaje y estudié cómo los medios
pueden tener efectos positivos.
Resulta que se pueden usar los medios para hacer sentir a la gente
que tiene más control sobre sus vidas, y eso tiene ser algo bueno.
Sucede siempre con oradores motivacionales, se ve en el programa de Oprah,
intentan infundir la sensación de que Uds. tienen el control.
Porque si sienten eso,
emprenden acciones, empiezan a hacer cosas para mejorar sus vidas.
Lo que es mucho mejor entonces, si uno siente que su vida
es una serie de circunstancias al azar, porque entonces, no hay lugar para la acción.
Esta idea me entusiasmó,
la idea de que los medios tienen efectos positivos,
así que empecé a investigar en la literatura de la psicología positiva.
—Hay una gran charla TED sobre el tema, de Martin Seligman.
Y resulta que se han hecho estudios
sobre la satisfacción personal, y hallaron que hay 3 modos
de buscarla que parecen funcionar.
El primero es perseguir el placer.
En psicología positiva definen el placer como ese sentimiento hedonista
en el que consigues todo lo que te propones en el momento,
pero que puede conducir a antojos o a desearlos aún más, como postres, drogas,
masturbación, sexo sin amor, todo esto entra en la categoría del placer hedonista.
El siguiente nivel es la vida significativa.
Y lo significativo se define como parte de algo
más grande que uno mismo.
Ser parte de la comunidad, parte de algo espiritual,
parte de tu familia, algo que te sobrevivirá.
Tu carrera puede tener mucho sentido si crees que estás contribuyendo con algo a la humanidad.
La tercera manera de alcanzar la felicidad es a través del compromiso.
estar plenamente involucrado, estar presente en cada aspecto
de lo que sea que estés haciendo.
Puede ser jugar al ajedrez, haciendo de cirujano,
una conversación interesante con un amigo,
estudiar unas células bajo el microscopio.
La idea es que tu poder consciente cognitivo
te involucre del todo en lo que estés haciendo.
Por eso, perseguir esencialmente una vida significativa y de compromiso,
colmada con un poco de placer si es que buscas la satisfacción personal,
es lo que recomienda el estudio.
De todos modos, soy cauteloso en lo que atañe al compromiso.
La idea detrás de esto es que si uno tiene muchas habilidades
y también muchos desafíos, uno se encuentra plenamente comprometido.
Así que lo de ver la tele, aunque puede parecer una actividad donde el tiempo vuela
y donde uno no es consciente de uno mismo, porque la mayor parte del tiempo es una distracción,
esos cortes rápidos, esas imágenes sucesivas
distraen el cerebro de otros asuntos,
y por supuesto, zapear rápidamente por los canales no resultará suficientemente rápido para nosotros.
Los videojuegos consiguen que te impliques más,
hay más potencial para el compromiso,
y desde luego, con las computadoras, hoy por hoy, se puede hacer casi cualquier cosa.
Siempre advierto "Tengan cuidado con el compromiso"
porque los psicólogos de los medios de comunicación están al otro lado del asunto,
intentando volverles adictos.
Esos juegos en línea como Farmville, Mafia Wars,
recogen datos sobre la gente los chicos que juega a eso,
y saben cuando la gente dejan de jugar, cuanto dinero gastan
cuando invitan a sus amigos, y programan estos juegos
como si fuéramos ratas en un laberinto.
Céntrense en el sentido
Es interesante observar los nuevos medios, los nuevos instrumentos
porque se pueden poner en contexto con unas de las cosas
de las que hemos hablado.
Piensen en lo que es Facebook o Twitter, combinaciones de historias
que nos gusta crear, combinaciones de significados
donde participamos en una comunidad más grande que nosotros,
y en el feedback que percibimos al pasarlo a un iPhone
casi parecen un videojuego.
Parece que pueden funcionar de esta manera, pero a veces no lo hacen.
Claro que podemos decir que los nuevos medios pueden
derribar gobiernos corruptos, como se ha visto recientemente,
pero a la vez, se emiten también programas sobre los hábitos digestivos de las mascotas,
más a menudo de lo que yo quisiera ver en estos medios.
Así que, cuando se usan, siempre tomamos una decisión.
Ahora, además de elegir con cuidado el medio de comunicación,
me fascina la segunda parte de todo esto,
la idea de que estamos contando nuestras historias más a menudo que nunca.
Participamos en la creación de nuestros propios medios.
Y resulta que hay un enorme campo de investigación en este tema.
Cómo narramos nuestra propia historia — esto es psicología narrativa
y lo que se ha averiguado es que cuando la gente cuenta su propria historia
de forma coherente, que tenga sentido
tienden a tener mejores cualidades psicológicas y ser más productivos.
Cuado cuentan historias redentoras de la vida, una vida en que el propósito de la misma
es una manera de enderezar algo que hicieron mal en el pasado,
la gente también tiende ser más productiva
contribuyen a la sociedad, son mejores psicológicamente.
Hay todo tipo de coincidencias interesantes
entre el modo en que creamos nuestras historias y la forma de crear entretenimiento.
Las historias de la vida de la gente tienden a caer en arquetipos
como los dioses griegos, el Creador, el Guerrero, el Árbitro, el Naturalista.
Las historias de la vida de la gente se dividen, según los géneros literarios
en romance, comedia, tragedia, ironía.
Y resulta muy interesante al pensar en lo que es el entretenimiento
porque, de algún modo, ha sustituido a la filosofía,
escogen a gente con un punto de vista particular
y los confrontan entre sí, y ven qué sucede.
Toman a alguien con un punto de vista determinado
y una situación determinada, y lo presentan.
Así que la idea de crear su propia historia me fascina,
la idea de reinventarnos a medida que avanzamos.
Eso es lo que hacemos, nos creamos a nosotros mismos.
Especialmente porque es un método muy distinto al de cómo se hacían las cosas antes.
Y eso se ve también en los medios.
donde antes nos llegaban ya elaborados,
pero ahora creamos los medios nosotros mismos.
Fascinado con todo esto, empecé mi doctorado y la investigación
y decidí que quería entender cómo nos creamos de una manera realmente positiva.
Y me interesa cómo se crean y se escriben los medios.
Así que decidí entrevistar a escritores famosos de ficción,
gente que se dedicaba todo el día a crear historias.
Pensé que si alguien tuviera una historia propia,
un modo de ver que su vida tiene mucho sentido,
esto sería muy enriquecedor,
gente experta en sacar historias de su mente
y plasmarlas en papel, y venderlas a millones de otras personas,
cambiando millones de vidas en el proceso.
Entrevisté a esos escritores pues, en busca de sus historias,
de la manera en la que podríamos narrar luego nuestra propia vida,
lo que nos permitiera básicamente, ser como ellos,
ser creativos, ser productivos, capaces de crear historias y medios sociales
que pudiera inspirar a la gente a que cambiasen sus vidas.
Y averigüé muchas coas interesantes,
pero para resumir, la versión TED de aquello
es que ellos reconocen que vivimos en esa burbuja
creada por las narrativas que nos contamos a nosotros mismos,
y que los medios nos influyen a nosotros y a nuestras narrativas.
En virtud del hecho de que ellos emplean la mayor parte de su tiempo
imaginando y pensando en las burbujas de otros, en las narrativas de los otros,
y escribiendo esas narrativas,
son capaces de salirse de sus propias burbujas un poco,
pueden salir y ver
cómo creamos sentido en nuestras vidas, cómo las narramos
como las historias de nuestro alrededor influyen en nuestras propias narrativas.
Esto fue muy interesante para mí.
Recuerden que empecé todo esto preguntándome
"¿Nos los inventamos todo? ¿De dónde proceden las ideas?"
y he llegado de vuelta a este punto donde resulta
que las ideas surgen de nosotros.
Si sabemos qué medio hay que escoger y cómo contar su historia
podemos lograrlo.
Mi ultima entrevista fue con el escritor canadiense Nino Ricci.
Este es mi mejor retrato suyo, por cierto.
No me han salido las manos muy bien.
Hablamos del propósito evolutivo de las historias,
y el me explicó algo en lo que yo no había caído antes.
Dijo: "Usamos las historias para dar sentido a nuestra vida
por lo tanto, las historias son mecanismos evolutivos."
Así que, si estoy junto a mi amigo Gronck
y tengo una historia que da sentido a mi vida, y Gronck no,
es probable que yo trabaje más e intente sobrevivir
gracias a haber creado esta historia que da sentido a mi vida.
El problema es que si son las historias las que dan sentido a nuestras vidas,
una vez que nos libramos de ellas, una vez que reconocemos que son de fabricación humana,
lógicamente tenemos que aceptar que de hecho, nuestras vidas no tienen un sentido por si mismas.
Ya está.
(Risas)
Esto me dejó bien molesto, porque había pasado toda mi vida
intentando entender su significado, intentado comprender cómo fuimos creados,
y llegué a esta conclusión ineludible de que no existía tal significado.
Hasta que uno sube con la bici a una atalaya y mira desde allí.
O hasta que uno ve a 5 monjes budistas trabajar durante 5 días en un tapiz
hecho de granos de arena de todos los colores para luego barrerlos cuando están hechos.
O hasta que uno se acurruca al lado de alguien a quien ama,
o uno ve cómo un niño de dos años intenta comerse un cenicero.
(Risas)
Y es entonces cuando te das cuenta de que, no que no hay sentido en la vida
sino que realmente no encaja tal sentido en nuestras historias.
Los historias que creamos.
Así que, no estoy diciendo que no exista,
solo digo que lo que necesitamos es intentar entender a los medios
y el cómo nos afectan y escoger aquellos que más nos convienen,
y crear una vida que queramos, y también recordar
que las cosas, realmente importantes y bonitas,
no siempre van a encajar en nuestras proprias narrativas.
Gracias
(Aplausos)