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Un testimonio personal
Un testimonio personal de un discípulo de Jesús
Para mí Jesús es muy real.
No es sólo un personaje que leo en la Biblia
y que jamás podré llegar a una vida como Él.
Jesús está realmente de tu lado.
Él quiere ayudarte. Quiere decirte cada cosa que tienes que hablar.
Y decirte lo que tienes que hacer, o cómo tienes que tratar a los demás
Y a este es el que sigo.
Él ha ido al frente. Ha preparado un camino, y yo lo sigo.
Él también me muestra dónde tengo que ir.
La relación con Jesús
Jesús no quiere que las personas le adoren sólo por causa de la adoración.
Él quiere a aquellos que realmente lo siguen,
los que son sus hermanos y hermanas.
Así es como he experimentado a Jesús en mi vida diaria,
en mis situaciones.
Para mí es un Dios vivo, y muy cercano en mis situaciones.
Cuando voy al trabajo, en la oficina,
o cuando regreso a casa, a mi departamento,
Él está ahí -- siguiendo mis pasos, para ayudarme.
Jesús me dice lo que tengo que hacer a través de su palabra.
Personalmente he experimentado que me vienen versículos,
no sólo versículos de la Biblia,
sino también cosas que he escuchado o cosas que otros me han dicho para alentarme
o también ejemplos que he visto en otros,
cómo lo han tomado en situaciones similares.
Te das cuenta que: ¡Así es como lo debo tomar!
¡Así Jesús lo hubiera tomado!
Entonces experimentas que cuando necesitas ayuda
entonces recibes la ayuda que necesitas.
Estas palabras que vienen no son coincidencia,
yo lo he vivido, es una instrucción.
Estas palabras son en realidad una instrucción.
Es Dios quien me dice «Sarah, hazlo así,
¡esto quiero que hagas!»
Entonces llegas a un crecimiento espiritual.
Y a varias de las virtudes,
y a varios de los frutos.
Mi meta como discípulo
es llegar plenamente a la vida que Jesús vivió.
Cuando pienso en el final de su vida,
cómo tuvo que ser fiel en todo,
y al final de su vida no pudo ser más tentado.
Esta es realmente una vida a la cual quiero llegar.
Cuando me veo a mi misma, en mi vida diaria,
en los pensamientos, y cuando estoy con otras personas, lo fácil que es
que me falte más amor
que me falte más sabiduría, y ese cuidado verdadero,
y más reposo.
Con poco me vuelvo intranquila y salgo del reposo.
Esta es mi meta: Sé que si elijo seguir este camino que Jesús anduvo,
llego a la misma vida que Él vivió.
Y esto quiere decir reposo.
¡No puedo pensar en vivir una mejor vida que ésta
donde realmente tienes reposo! Reposo interiormente, y gozo interiormente.
Es algo que nadie te puede quitar.
Esto lo tienes dentro de ti. Como está escrito: haceos tesoros en el cielo.
Nadie puede hurtarlo.
Ésta es realmente mi meta.
Cuando vives una vida de discípulo, además ves la necesidad en ti mismo.
Como discípulo miras al Maestro,
Miras a quien estás siguiendo,
y ves que esto no corresponde.
Y esto tendría que darte un anhelo,
de seguirlo. Tú sabes lo que te falta
y esto debería estar muy lejos del desánimo,
o creer que esto no va a funcionar.
¡No! Ésta es mi meta, y debo trabajar en pos de ésta meta.
Pienso en cómo Jesús lo tomó,
está escrito que Él clamó cuando fue probado,
con ruegos y súplicas.
Y el hecho de ver mis debilidades, que soy rápidamente tentado
que con rapidez me vuelvo intranquila y salgo del reposo,
o bien con facilidad me preocupo y estoy intranquila por lo que los otros piensan,
el hecho de poder ver estas cosas debería ser motivo de gozo.
Si no las veo, tampoco veo la meta con claridad.
Ser consciente de tus debilidades, y estar despierto,
Entonces ves que tu vida aún no corresponde a la del Maestro,
esto significa que tú eres un discípulo.
¡Realmente me alegro del día que Jesús regrese!
¡Él ha sido un Dios vivo para mí. Y siento que lo conozco muy bien!
Me ayuda, y me da su palabra la cual puedo usar en mi vida diaria,
y en mis situaciones cotidianas.
Así que me alegro del día que me encuentre con Él.
El día que Jesús regrese a buscar su esposa.
La esposa -- esto quiere decir los que son sus discípulos,
los que lo han seguido y visto cómo Él ha vivido,
los que han visto su ejemplo y lo han seguido.
¡Me alegro por este día!
No tengo miedo que llegue este día que el final se acerca y
que en realidad debería tener mucho miedo. ¡No es así en absoluto!
Yo sé por qué he vivido,
y sé que he vivido una vida de un discípulo consciente.
Un discípulo de Jesús -- ¡Me alegro que pueda ver a Jesús!
Me alegro de encontrar al único que he seguido,
Por quien he vivido mi vida.
Y de hablar con Él, cara a cara,
de cómo le va en su vida diaria
¡Me alegro por todo esto!
¡Yo sé que me conoce!
¡Yo sé que Jesús me conoce!
Está escrito de los que llamaron a la puerta
y Jesús les dijo «no sé de dónde sois».
Pero es claro que si he conocido a Jesús
entonces he utilizado tiempo en Él
¡Esto quiere decir entonces que Él también ha utilizado tiempo en mí y me conoce!
Así que de esto estoy segura -- que cuando lo vuelva a ver,
no me encontraré con alguien que jamás había visto antes.