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Una niñez, que pasó por aquí
Los valles repiten ecos de risas lejanas
de pequeños fantasmas que un día, sus cuerpos, por aquí jugaban
hoy, les han prohibido jugar y reír
calles y barrios llenos de ruido y sonidos de balas y bombas
ladridos de perros que guardan lo que queda de estos angelitos
Los muros de los colegios que antes no cabían sus ilusiones ni sus dibujos coloridos,
hoyestos muros, lloran y gimen al recibir el aire cargado con sus heridas y penas
¿por qué no estás en el colegio ahora?
porque nos bombardea, nos manda los aviones
nos bombardearon esta escuela
sus inocentes mentes, viven su dura, pobre y triste realidad
fabrican sus juguetes con la esperanza de vivir una vida tranquila y con cierto calor
Quizás estos juguetes, puedan traerles una seguridad que los mayores, no les pudieron dar
Los cuadernos de dibujos, ya no están aquellas manos que les daban un poco de calor
aquellas manos, están ahora buscando ramas esparcidas para quemar y calentarse
ya no disponen de aquellas pequeñas monedas para comprar chuches y así su felicidad
tenemos un puesto para ganar algo
Una felicidad, que como mínimo, podemos llamarla, una felicidad perdida en un gran vacío
que alcanza hasta los campos, columpios, casas y parques..
Un chillido que rompe el silencio, chillidos de hierros y no precisamente de pájaros
Tristes los hierros, que por su soledad que perdura, se oxidaron�