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¿Qué tienen la seda,
el ADN,
la madera,
los globos
y la boligoma en común?
Son polímeros.
Los polímeros son tan importantes en nuestra vida
que es prácticamente imposible
imaginar un mundo sin ellos,
pero, ¿qué son?
Son grandes moléculas
formadas por pequeñas unidades llamadas monómeros
unidas entre sí como los vagones de un tren.
Poli significa 'muchos'
mono significa 'uno',
y mero significa 'partes'.
Muchos polímeros se forman repitiendo
el mismo pequeño monómero una y otra vez
mientras que otros se forman a partir de 2 monómeros
enlazados en un patrón.
Todos los seres vivientes estamos hechos de polímeros.
Algunas moléculas orgánicas de los organismos
son pequeñas y simples,
y tienen solo uno de pocos grupos funcionales.
Otros, sobre todo los que juegan un papel estructural
o almacenen información genética,
son las macromoléculas.
En muchos casos, estas macromoléculas son polímeros.
Por ejemplo, los hidratos de carbono complejos
son polímeros de azúcares simples,
las proteínas son polímeros de aminoácidos,
y los ácidos nucleicos, ADN y ARN,
que contienen nuestra información genética,
son polímeros de nucleótidos.
Los árboles y las plantas están hechos
de polímeros de celulosa.
Es la materia dura que encontramos en la corteza y los tallos.
Las plumas,
la piel animal,
el cabello
y las uñas
están hechos de la proteína queratina,
también un polímero.
Y no termina ahí.
¿Sabías que los exoesqueletos
del filo más grande del reino animal,
los artrópodos,
están hechos del polímero quitina?
Los polímeros también son la base
de fibras sintéticas, cauchos y plásticos.
Todos los polímeros sintéticos son derivados del petróleo
y se producen mediante reacciones químicas.
Los 2 tipos más comunes de reacciones
usadas para hacer polímeros
son las reacciones aditivas
y las reacciones de condensación.
En las reacciones aditivas,
los monómeros simplemente se unen para formar el polímero.
El proceso empieza con un radical libre,
una especie con un electrón desapareado.
El radical libre ataca
y rompe los enlaces para formar nuevos lazos.
Este proceso se repite una y otra vez
para crear un polímero de cadena larga.
En las reacciones de condensación,
una molécula pequeña, como la de agua,
se produce con cada reacción de extensión de cadena.
Los primeros polímeros sintéticos
se crearon por accidente
como subproducto de diversas reacciones químicas.
Pensando que eran inútiles,
los químicos casi los descartaron.
Al final, un químico llamado Leo Baekeland
decidió que quizá su subproducto inútil
no era tan inútil después de todo.
Su trabajo dio como resultado un plástico
que podía ser prensado y adquirir formas
a altas temperaturas.
Como el nombre de este plástico,
polioxibencilmetilenglicolanidrido,
no era muy pegadizo,
los anunciantes lo llamaron baquelita.
La baquelita se usó para hacer teléfonos,
juguetes para niños,
y aislantes para aparatos eléctricos.
Con su desarrollo en 1907,
explotó la industria del plástico.
Otro polímero familiar, la boligoma,
se inventó también por accidente.
Durante la Segunda Guerra Mundial
Estados Unidos necesitaba desesperadamente
caucho sintético para apoyar a los militares.
Un equipo de químicos de General Electric
trató de crearlo
pero obtuvo una masilla blanda pegajosa.
No era un buen sustituto del caucho,
pero tenía una cualidad extraña:
parecía rebotar mucho.
¡Había nacido la boligoma!
Los polímeros sintéticos han cambiado el mundo.
Piénsalo.
¿Imaginas pasar un día entero
sin usar plástico?
Pero los polímeros no son todos buenos.
La espuma de poliestireno, por ejemplo, está hecha principalmente de estireno,
identificado como un posible carcinógeno
por la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.
Conforme se fabrican productos de espuma de poliestireno
o a medida que éstos se deterioran en vertederos o en el mar,
pueden liberar estireno tóxico
al medio ambiente.
Además, los plásticos creados
por reacciones aditivas de polimerización,
como la espuma de poliestireno,
las bolsas de plástico,
y el PVC
se construyen para ser duraderos y seguros para los alimentos
pero eso significa que no se descomponen
en el ambiente.
Cada año, se arrojan al vertedero
millones de toneladas de plástico.
Este plástico no se biodegrada,
solo se descompone
en trozos cada vez más pequeños,
afectando la vida marina
y, finalmente, encuentra su camino de vuelta hacia los humanos.
Los polímeros pueden ser blandos o duros,
blandos o sólidos,
frágiles o fuertes.
Esa gran variación entre ellos
implica que pueden conformar
un conjunto muy diverso de sustancias,
desde ADN
hasta medias de nylon.
Los polímeros son tan útiles
que llegamos a depender de ellos a diario.
Pero algunos están contaminando
nuestros océanos, ciudades y vías fluviales
con efectos sobre nuestra salud
que recién estamos empezando a entender.