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Te engañé, la culpa fue mía.
Lo amaba tanto, y ahora muero por él.
¡Dios tremendo, ella ha sido herida...
por los dardos de mi venganza.
Mi ángel bien amado. Mírame, escúchame.
¡Háblame hija dilecta!
¡Déjame callar! Perdóname a mí, y a él.
Bendice a tu hija, padre.
Allá en cielo, cerca de mi madre...
rezaré eternamente por ti.
No te mueras, tesoro mío, piedad.
Paloma mía, no debes dejarme.
Allá en el cielo, cerca de mi madre...
-Hija mía. -Rezaré eternamente por ti.
No debes dejarme.
-Eternamente... -No te mueras.
Rezaré por ti.
Si te vas, quedaré solo. ¡No te mueras, o moriré contigo!
-Es el fin, perdónalo. -¡Hija mía!
-¡No me dejes! -¡Adiós!
-Allá en el cielo... -No te mueras.
-Allá en el cielo... -No debes dejarme.
-Rezaré... -No te mueras.
Por ti...
¡Gilda! ¡Gilda mía!
¡Está muerta!
¡Ah, la maldición!