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Quiero presentaros a alguien: Havelock Ellis. Este hombre es muy importante en mi vida.
Empecemos en 1866. Havelock tiene unos 7 años y navega alrededor del mundo con su padre en un barco llamado Empress.
Paran en un puerto en Sudáfrica, conoce a un niño de más o menos su misma edad y este le enseña
a masturbarse sugiriendo que este acto es bueno para su cuerpo.
Havelock no está interesado, pero está agradecido porque Havelock pasó su infancia durante
la época Victoriana (que se refiere al reinado de la Reina Victoria entre 1837 y 1901) en la que la masturbación era mala.
Los médicos creían que causaba acné, ceguera, impotencia, locura y, finalmente, muerte.
¡Ilustración médica desastrosa! Así que ahora tiene 13 años. Havelock está empezando a enamorarse.
Y a reprimir sus instintos ¿verdad? Porque la masturbación es mala. Y boom: ***.
13 años es una edad típica para que los hombres biológicos empiecen a producir ***. Algunos chicos se encuentran con este fluído
corporal al masturbarse, muchos otros a raíz de sueños eróticos. Sueña, sueña, sueña
, una sustancia viscosa sale de un agujero en sus penes y ¡French the Llama!* * (expresión que John Green intenta popularizar)
alquien tiene que hacer la colada.
En la caso de Havelock, está evitando masturbarse porque recordad que es malo. Y el sexo es malo. Havelock
tiene muchas emsiones nocturnas (sueños húmedos) porque su cuerpo quiere expulsar
el *** y, de este modo, tenemos una crisis médica. Los médicos de una época menos erudita pensaban
que las emisiones nocturnas eran un síntoma de espematorrea; pensaban que podía estar relacionado
con la gonorrea y otros pensaban que era un pérdida perjudicial de un precioso fluído corporal...
todo lo cual se pensaba que provocaba ceguera, locura y muerte.
¿Te suena? Havelock, parece que estás ahogándote en las aguas entre el monstruo de
seis cabezas de los sueños húmedos y el torbellino de la masturbación.
"Todos los oscuros misterios del sexo se removían fuertemente dentro de mí. Me sentía
tanteando desesperanzado entre las dificultades de la vida".
Demasiado asustado para prevenir el desastre mediante el suicidio, Havelock, tipo listo, escribió
un diario para documentar su deterioro. Pero no hubo ningún deterioro
en su salud durante los siguientes meses o los siguientes 12 años que siguió tomando notas:
"¡Eso es! Voy a dedicar mi vida a ahorrar a otros el trauma de los malentendidos médicos"
"Voy a penetrar esos misterios y arrojar algo de luz sobre estas dificultades, para que los que vengan detrás
de mi lo tengan más fácil que yo".
Havelock se convirtió en médico con el único propósito de estudiar la sexualidad humana respetuosamente.
Dirigió investigaciones sobre la sexualidad humana, incluida la masturbación.
Havelock compartió con el público sus 7 volúmenes constantemente actualizados llamados "Estudios sobre la psicología del sexo".
He puesto un enlace a la versión electrónica en mi falda.
¿Qué otras cosas admiro de él? Havelock también consiguió
reafirmarse como una autoridad en el tratamiento de problemas sexuales. Determinó que la homosexualidad,
al igual que la masturbación, deberían considerarse normales. Y reconoció una gran variedad de comportamientos sexuales
que son parte del hermoso espectro de la natural diversidad humana.
Usted es normal, y usted es normal y usted también es normal y usted es normal.
Conozco a Havelock como sexólogo. Un sexólogo meticuloso, objetivo, seguro, altruista y que no juzga a los demás.
Aunque no soy la única con una opinión. Una elegante revista médica escribió:
"[Los Estudios sobre la psicología del sexo] no deben venderse al público.
La lectura y discusión de dichos temas es peligrosa. Los jóvenes
y débiles no fortalecerán su pureza con el conocimiento que obtendrán
de estos estudios, sino que ciertamente podrían estar más abiertos a la tentación tras una lectura atenta
de más de un capítulo".
Pero no vamos a dejar que esas cosas nos detengan ¿verdad?