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"El pellizco"
Estaba aburrido.
Realmente aburrido.
Luego Benjamin llamó, y preguntó si me gustaría ir con él a una fiesta.
Era una mega fiesta... pero aún así, aburrida.
Me quedé colgando de mis rodillas para pasar un rato un poco menos aburrido.
De cualquier modo no fue de mucha ayuda,
pero de pronto ocurrió un accidente.
De repente allí estaba, en un brillante mundo de fantasía.
Veía varios colores diferentes y escuchaba música psicodélica.
Un ángel y un centauro se acercaron hasta mi.
El ángel me preguntó si quería conocer a Dios,
luego se inclinó y me besó...
y casi pude ver sus tetas.
El centauro comenzó a hablarme, "¡Vamos Robin! No puedes estar tirado allí toda la tarde, por el amor de Dios!"
"¡Vamos Robin! ¡No puedes estar tirado allí toda la tarde, por todos los cielos!"
Era Benjamin, el centauro se había ido.
Pero el ángel... ella seguía allí.
¡Qué muñeca!
¡No podía creer lo que veían mis ojos!
Nos pellizqué a los dos muy fuerte en los brazos, fue muy doloroso e incluso gritamos.
"Realmente me gustaría conocer a Dios" le dije a la chica,
"¡Por supuesto que no!", llamó a un taxi de inmediato...
¡Y me empujó dentro de él!
Luego nos fuimos a su casa.
Ese asunto de los pellizcos... le gustaba.
Realmente le gustaba.