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Muchas dudas y pocas certezas: ¿qué se sabe hasta hoy de la muerte de Débora Pérez Volpin?
A más de una semana de la muerte de Débora Pérez Volpin, pocas son las certezas, muchas las dudas y las sospechas.
La causa está caratulada como homicidio culposo y la investigación está a cargo de la Fiscalía N° 51.
Se esperan los resultados de la autopsia para comenzar con las declaraciones testimoniales y la indagatoria.
La periodista y legisladors porteña, tenía programada una endoscopía para el miércoles 7, pero como los dolores abdominales se intensificaron fue a la guardia de La Trinidad.
La examinaron y decidieron internarla.
Le hicieron estudios y planificaron la endoscopía para el día siguiente.
Débora avisó por WhatsApp a sus compañeros de trabajo.
Chicos no se asusten, estoy internada.
Me voy a hacer una endoscopía porque me duele mucho el abdomen.
Luego de realizados otros dos estudios por imágenes y con los resultados prequirúgicos de rutina requeridos para la endoscopía -que no presentaron ninguna anormalidad- se inició el procedimiento de observación y diagnóstico.
Se trata de un estudio de bajo riesgo y que suele demorar entre 8 y 15 minutos.
Se realiza con un tubo flexible de menos de un centímetro de diámetro, que se introduce por la boca, pasa la tráquea y el esófago y permite ver el interior de los órganos que necesitan ser evaluados.
A los 5 minutos de iniciado el estudio, la anestesista detectó una caída brusca en la saturación de oxígeno y se suspendió el procedimiento.
Débora sufrió un paro cardiorespiratorio y no pudo ser reanimada.
Falleció a las 18.15.
Trascendida la noticia, la clínica emitió un escueto comunicado firmado por el Servicio de Gastroenterología y la dirección médica.
La versión de la clínica no conformó a la familia y se inició la causa judicial que lleva adelante el Juzgado Criminal y Correccional N° 57, que implicó el traslado del cuerpo de la periodista a la morgue judicial para realizar la autopsia.
Horas más tarde, la Justicia ordenó el primer allanamiento a la clínica.
Hubo un segundo allanamiento, el viernes 9, donde se secuestró el endoscopio, el CPU, dos sondas e información médica.
Y se constató que no se habían grabado las imágenes durante el estudio.
La única comunicación oficial de la clínica fue aquel parte.
Después, trascendió una versión del sanatorio, publicada por Clarín, que indica que Débora padecía hepatitis, entre otras cosas.
Esta versión indignó a la familia.
Los abogados de los profesionales que participaron en el procedimiento, la anestesista y el endoscopistas, aseguran que no hubo errores en la sedación ni en la práctica.
Tras la autopsia, trascendió que había dos perforaciones: una en el esófago y otra en el estómago, aunque aún resta determinar si eran previas al estudio.
La versión principal es que la perforación del esófago habría ocasionado que el aire insuflado para realizar el procedimiento, haya pasado al tórax, lo que habría producido un neumotórax que le habría causado la muerte.
Los abogados de la querella son cautos pero creen que la periodista murió como consecuencia de una mala praxis.
En medio del dolor, la familia, cientos de colegas y amigos la despidieron en la Legislatura porteña, y luego en el cementerio de La Chacarita.
Es muy difícil entender lo que ha pasado, queremos la verdad, dijo emocionado, en la puerta de la Legislatura, Enrique Sacco, la actual pareja de Pérez Volpin.
A una semana de la muerte de la periodista, Sacco le dedicó este mensaje en las redes.