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Recientemente quizás hayas oído que las discográficas y algunos artistas
están intentando ampliar los derechos de autor de las grabaciones sonoras en Europa.
Si quieres entender mejor lo que está pasando
sigue mirando:
Cómo funciona realmente la extensión de los derechos de autor en obras sonoras
Antecedentes
El copyright es un monopolio asegurado a los artistas por un tiempo limitado
para fomentar la creación de obras.
Proteger al creador para que sus ideas no sean copiadas
La sociedad se beneficia porque tenemos garantizado
el acceso a nuestra herencia cultural una vez el copyright expire.
Shakespeare, Goethe, Mozart, Proust, Beethoven, Galileo, Newton, Da Vinci
Blake, Johnsson, Darwin, Tolstoi, Keats, Wordsworth…
todos pertenecen en dominio público
Este dominio público genera una enorme riqueza cultural y económica.
Tanto el Gowers review del Gobierno Británico de 2006
como el Information Law Centre de la Universidad de Amsterdam
encargado por la Union Europea
investigaron las consecuencias de ampliar
los derechos de autor de las grabaciones sonoras
Descubrieron que su amplificación implicaría una subida de precios para los consumidores
obstáculos para la competencia
y los beneficiarios principales serían los propietarios de grandes catálogos.
Por eso ambos se posicionaron en contra de ampliar el plazo de derechos de autor
pero la Union Europea ignoró estas investigaciones argumentando
que la prolongación del plazo beneficiaría a los artistas.
Basaron su argumento en un solo estudio encargado por la industria musical británica
un estudio que ha sido criticado por el independiente Gowers review
Entonces ¿quién se beneficia realmente?
¿Los artistas?
¿Las discográficas?
¿Los consumidores?
La Comisión Europea calcula que el 90% del crédito de ventas
producido por la extensión iría a las discográficas
Del restante, casi todo iría a artistas y vendedores.
Sólo 1% iría al artista medio europeo.
Para la gran mayoría de los artistas, el beneficio es escaso
desde sólo 50 centimos anuales durante la primera década
hasta unos 26,79€ anuales.
Suponiendo que las tarifas de licencia son constantes,
lo que gana un artista con emisiones, actuaciones públicas y copias privadas
estará cortado en finas rodajas para aportar más
a las propiedades de artistas difuntos.
Los artistas en vida ganarán menos en total.
Para evitar este problema,
la Comisión ha propuesto la creación de un fondo para músicos de sesión,
pero según el impuesto del 400%, por cada euro que gane el artista,
la discográfica gana cuatro veces más.
Para las discográficas grandes esto significa unos beneficios
de hasta 163 millónes de euros durante los primeros diez años
y hasta 758 millónes de euros durante el plazo ampliado de 45 años.
Unos beneficios enormes y no previstos que van a las discográficas.
Los beneficios de los productores y de los artistas los pagarán los consumidores.
Según los académicos independientes
el coste de esto será de 240-480 millones de libras sólo en Gran Bretaña.
Si la Comisión realmente quisiera apoyar a los artistas,
lo podría hacer regulando los contratos de derechos de autor
y desarrollando una seguridad social a los artistas.
Se podría examinar la posibilidad de unos derechos de renumeración
sólo destinados a artistas en vida.
Se podrían regular las tarifas y las sociedades de gestión de derechos de autor.
Estos no son los únicos problemas de la propuesta.
A veces cuando alguien desea reutilizar los derechos de autor
de una obra que queda potencialmente libre de copyrights,
no puede hallar al autor original para solicitarle permiso.
Esto se llama el problema "de las obras orfanas".
La extensión del copyright aumentará la cantidad de este tipo de obras.
La Comisión ha intentado buscar una solución,
pero debido a la dificultad del asunto, no ha podido ofrecer ninguna.
Las directivas sobre las obras audiovisuales son aún menos claras:
no existe ningún estudio – ni por la parte de la industria – sobre ello.
Los centros de investigación de propiedad intelectual más importantes de Europa
han condenado unánimemente la propuesta.
Incluso han opinado que fue un intento de engañar intencionadamente
al Parlamento Europeo.
Si la propuesta es aceptada, los ciudadanos europeos se preguntarán
¿en interés de quién actúa la nueva ley sobre propiedad intelectual?
Apoya la campaña Sound Copyright de Open Rights Group y EFF.
Oponte a la extensión de plazo y contacta con tu eurodiputado HOY MISMO!