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Vaya estrés.
Vaya semanita que he llevado.
El lunes llego al trabajo y, a primera hora, bronca...
Buff, ya tenemos aquí a la pesada...
Anda. Hola, tú echas pinta de tranquila.
A ver... Quita, quita, quita, ¡que no veo!
Vaya, parece una cosa larga eso.
Uhm, ¿y por qué no te esperas a que hagan la peli?
¿Es interesante?
¡Hombre! ¡El deportista!
Corre, corre... ¡Corre!
El martes, seguimos.
Caravana, otra vez bronca, reunión con los alemanes... Cuatro o cinco horas perdidas...
Y sigue... Necesitas unas vacaciones.
Hola, hola. ¿Pero tú qué tanto chateas, mujer?
¡Que te va explotar el teléfono!
Dí que sí.
Uno...
Dos.
¿Ya has estirado? ¿Sólo eso?
Cuidado no te canses, ¿eh?
"Ola ké ase, ¿corré o ké ase?"
¡Oh! ¡Me ha oído!
¡No puede ser!
Ah, pues no.
Otra vez los tortolitos. ¿Qué pasa? ¿Que no tenéis casa?
Iros a un hotel.
El miércoles, a mediamañana, se me pone malo el niño y tengo que ir corriendo a la guardería.
- Y encima, luego tres horas de cola en el médico. - No para, no para, no para...
(I will always love you...)
¿Eh?
Dí que sí. Ahora una buena ración de chuches.
¿Tanto correr para esto?
Pero, ¿tú no has oído hablar de las barritas energéticas?
Pues tú mismo con tu organismo.
Me preocupas. Me preocupas.
Me preocupas seriamente. Háztelo mirar. Busca amigos.
Y el jueves se me rompe la nevera y la lavadora y encima estamos a fin de mes y aún no he cobrado.
Vaya dramón.
Qué tio más chungo.
Y el que viene ni te digo.
Pero qué pinta de mafiosos tenéis los dos.
¿De dónde habéis salido vosotros?
Y, ¿eso que... ?
Uh, vaya pinta de trapicheo... Vaya trapicheos os traeis.
¿Eso qué es? ¿Una contabilidad B o qué?
Uff, mafia, mafia... Valgo más por lo que callo que por lo que hablo.
Estos... Mañana enfadados. Y luego vendréis: que si roncas,
que si te huelen los pies, que si dejas los pelos en el baño,
que si el fútbol, que si la suegra,
que si no me escuchas, que si eres un despistado...
¿Ya te vas?
Corre, corre. A ver si quemas las chuches.
Ay, para, para, para, para, para... ¡Hay un mundo fuera!
Para, para, para, ¡para!
Y para colmo, hoy, tengo que preparar la boda de mi amiga Mónica.
No sé qué ponerme, no tengo hora en la peluquería, no tengo zapatos... ¡No tengo nada!
Si todos los problemas del mundo fueran eso...
Perdona pero es que eres el único que me escucha.
No te preocupes.
Gracias.
Cuando quieras aquí estoy.
La gente es muy rara. A veces, van solos a todos lados. Van haciendo cosas en secreto.
Piensan que están solos con sus problemas.
Pero luego acaban encontrando a alguien que les escucha.
¡Hola! ¡Hola! Vaya día he tenido... Ahora os cuento, ahora os cuento.
... bueno, pues mañana más entonces...