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Con la independencia, ¿qué pasaría con un boicot?
Se ha oído que con la independencia,
Cataluña sería mucho más pobre
porque perdería el 9, el 16 e incluso el 19% del PIB
a causa de de un boicot de España a los productos catalanes.
Pero estas cifras son palabrería sin fundamento.
Son para asustar.
Analicemos el porqué.
Hoy en día el PIB de Cataluña está repartido de la siguiente forma:
el mercado interior representa un 40% y las exportaciones un 60%.
De estas exportaciones, aproximadamente la mitad
son al Estado Español y la otra mitad al resto de países.
Y la tendencia es ir exportando cada vez más al mundo.
Aunque, como que para producir muchos de los productos que se exportan a España
previamente se han tenido que comprar productos al exterior,
el valor real de las exportaciones a España es menor, del 22,5%
Así que, veamos que tendría que pasar para, como han dicho algunos,
tener un 9% de reducción del PIB.
España tendría que dejar de comprar el 80% de los productos de Cataluña.
Los empresarios catalanes, al verlo, no tirarían todo el producto a la basura,
sino que rebajarían su precio,
en el peor de los casos al 50%, y lo venderían al exterior.
Mitad de precio, mitad del efecto del boicot.
Con estos datos se reduciría un 9% el PIB de Cataunya.
Pero igualmente, pensar que un boicot
puede afectar el 80% de las exportaciones a España es absurdo.
¿Por qué?
En primer lugar, porque un boicot de esta envergadura
también traería consecuencias gravísimas para la economía española.
En segundo lugar, porque el 40% de las exportaciones a España
son de multinacionales localizadas en Cataluña
-del automóvil, de la alimentación, petroquímicas-
y para los consumidores finales es difícil distinguir si provienen de Cataluña,
de España o de cualquier otro lugar del mundo.
Y en tercer lugar, porque solo un tercio del resto de exportaciones
son de bienes de consumo.
Es decir, los productos que se encuentran en las tiendas y donde es más fácil hacer boicot.
Los otros dos tercios son de bienes de capital o intermedios,
como por ejemplo la harina que una empresa utilizará para hacer pan.
Para este tipo de bienes, comprados por empresas,
no es tan fácil encontrar un buen sustituto a buen precio.
Sabiendo esto, ha llegado el momento de plantear el peor de los boicots posibles.
El boicot que se hizo al cava hizo caer un 6,5% las ventas.
Pues imaginaos que España hace un boicot 7 veces mayor: del 50%.
Y no sólo del cava, sino de todos los bienes de consumo.
Y también hace un boicot del 20% de los bienes intermedios.
Es decir, imaginaos un boicot brutal y sin precedentes.
Pero recordemos que todo lo que no comprase España
no lo tiraríamos sino que lo venderíamos al mundo a un precio rebajado,
en el peor de los casos, a la mitad.
De esta forma, el peor de los boicots posibles
sólo sería capaz de rebajar un 2% el PIB de Catalunya.
Aunque la independencia saldría económicamente a cuenta
porque Cataluña ganaría un 8% del PIB gracias a la recaptación de sus propios impuestos,
como os hemos explicado en uno de los vídeos anteriores.
Así pues, un boicot no es un problema
para convertir Cataluña en nuestro propio Estado.
Mira los vídeos anteriores
Basado en el artículo del Col·lectiu Wilson "Dos más dos son mil. Los efectos comerciales de la independencia"