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Equisetum arvense es más conocido como cola de caballo.
La cola de caballo está considerada una mala hierba, aunque tiene usos como planta medicinal.
Crece en zonas húmedas y arenosas, desde el nivel del mar a los 1800 m de altura.
Suele crecer alrededor de los ríos, arroyos o paredes húmedas.
Crece en zonas frías y templadas del hemisferio norte.
Es una planta herbácea de hoja perenne con rizomas.
Contiene tallos fértiles y estériles bien diferenciados.
Tallos fértiles de hasta 30 cm, acabados en estróbilos donde se encuentran los esporangios.
Tallos estériles de hasta 60 cm, estriados.
Los tallos estériles contienen hojas características llamadas microhilos agrupados en verticilos.
Entre sus componentes destacan ácidos, campesterol, equisetrina, equisetonina, tiamisina, minerales y alcaloides.
Para el uso interno, es un gran diurético. Se utiliza toda la planta.
Se considera como uno de los mejores depurativos metabólicos.
Para el uso externo, es un gran astringente y vulnerario. Se utiliza una decocción de hojas secas.
Otras propiedades son las de anodina, antihemorrágica, antiséptica, carminativa, diaforética y hemostática.
Su ingesta, sin embargo, provoca la disminución de la tiamina y del potasio del organismo.
Es potencialmente tóxica, ya que contiene alcaloides, destaca la palustrina.
Por este carácter tóxico no se recomienda tomar la cola de caballo durante un tiempo prolongado.
El líquido resultante de la decocción se puede utilizar como insecticida ecológico.