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Según la leyenda, los Santos aparecen cada vez que el mundo
se ve amenazado por las fuerzas del mal.
Los Santos se enfrentan en la segunda ronda del Torneo Galáctico.
Seiya, el Santo de Pegaso, se encuentra en serias dificultades
porque sus meteoros son inútiles contra el escudo irrompible de Shiryu.
Pero arriesgando su vida, Seiya logra destruir el puño y el escudo de Shiryu.
Como sus armaduras resultan inútiles,
los dos Santos se disponen a enfrentarse con las manos desnudas.
''¡Resurrección milagrosa! El Cosmos de la amistad.''
Debo tener mucho cuidado.
Un solo golpe sin mi armadura podría resultar fatal.
Para ganar este combate debo bloquear todos sus ataques.
Sin su armadura, no será capaz de bloquear mi Dragón Ascendente.
Sin su escudo, no podrá bloquear mis Meteoros.
¿Qué hace Seiya? No se mueve.
Es extraño, Shiryu tampoco se mueve.
Están buscando sus puntos débiles. Un sólo fallo de concentración,
y la lucha habrá terminado.
La victoria es mía.
No puedo perder este combate.
Aunque consiga bloquear todos mis golpes con sus manos,
su cuerpo no será capaz de soportarlo durante mucho tiempo.
¡Adelante, Shiryu!
¡Meteoros de Pegaso!
Seiya, tus Meteoros no pueden alcanzarme.
No le he dado ni una sola vez. ¿Cómo es posible?
¡ lmposible!
¿Crees que soy tan estúpido como para bloquear tu ataque sin mi Armadura?
Nadie puede detener el ataque de un Santo con sus manos desnudas.
-Simplemente he clasificado tus ataques. -¿Clasificado?
Muy simple.
-Detenía algunos y otros los esquivaba. -¿Cómo?
No has conseguido que todos tus golpes fueran a la velocidad del sonido.
Algunos eran mortíferos, el resto no.
De los mil golpes que has lanzado, he bloqueado los más débiles.
Un Santo puede hacer algo así. El resto los he esquivado.
Los golpes más poderosos de tu ataque son inútiles contra mí.
Y ahora estás demasiado débil para defenderte.
¡Prepárate para el Dragón Ascendente!
¡Seiya!
¡El Dragón Ascdendente!
-¡Seiya! -¡Shiryu va a ganar!
¡Seiya está perdido!
¡Listo!
¡Shiryu!
lmposible. Si no me ha alcanzado...
¡Le he dado!
Un golpe.
Se me pasó un solo golpe.
¡Prepárate!
¡Meteoros de Pegaso!
¡Esta vez no me has dado!
¡Shiryu!
¡No puedo detenerle!
¡Me ha alcanzado dos veces!
Con cada nuevo ataque, sus golpes son más precisos.
Seiya es un guerrero extraordinario.
Tendré que utilizar el Dragón Ascendente.
Shiryu, he descubierto tu punto débil.
¿Cómo?
Para poder lanzar tu ataque debes bajar la guardia.
Te atacaré en ese preciso instante.
Conoce mi punto débil...
¡Es imposible!
Shiryu, tu ataque es impecable, pero tu defensa tiene un punto débil.
¿ Un punto débil? ¡Es imposible!
Me enseñó que el Dragón Ascendente es un ataque invencible.
El punto débil del Dragón es la garra derecha.
Maestro, no comprendo.
¡Presta atención!
Cada vez que te dispones a atacar, el gran Dragón aparece sobre tu espalda.
Y su garra derecha indica la posición de tu corazón.
lnvoluntariamente, bajas tu puño izquierdo
cuando te concentras para reunir la energía necesaria para este ataque.
Sólo es una centésima de segundo, pero desafortunadamente,
durante ese lapso de tiempo tu cuerpo está indefenso.
¡Ése es tu punto débil!
Entonces no hay de que preocuparse.
Usted es el único en el mundo que sabe que bajo mi guardia en ese instante.
Si alguien más lo supiera ya habría sido derrotado.
No te fíes de eso.
Si un solo hombre llega a saberlo, dejarás de ser invencible.
Si te ataca en ese preciso instante... ¡Morirás!
Es el único que puede derrotarme. Sabe que moriré si bajo mi guardia.
Tengo que impedirlo.
-Son unos rivales temibles. -¡Éste será el ataque definitivo!
¡Prepárate, Seiya!
¡Dragón Ascendente!
¡Te tengo!
¡Shiryu!
El combate ha terminado y el vencedor es... ¡Pegaso!
-¡Seiya ha ganado! -¡Es genial!
¡Ey! ¿Dónde está Makoto?
No lo sé, estaba aquí y de repente ha desaparecido.
Seiya, eres maravilloso. Estoy tan orgullosa de tí.
¡Seiya!
¿Qué pasa?
¡Seiya!
¡Seiya!
Debe ser trasladado inmediatamente al Hospital de la Fundación.
Quiero que se me informe de su estado lo antes posible.
Ha perdido mucha sangre y debemos examinar su cabeza.
-¡Lleváoslo! -¡Sí!
Doctor, su corazón se ha detenido.
¿El Santo del Dragón ha muerto?
¡Un momento, por favor!
¡Si no le ayuda, Shiryu morirá!
¿Quién eres tú?
Seiya, eres el único que puede salvarle. ¿Me oyes?
El maestro dijo que si el corazón de un Santo dejaba de latir, era posible
revivirlo si recibía un golpe de igual intensidad en el sentido contrario.
No queda mucho tiempo. Ha de recibir el golpe en los próximos minutos.
Si no, la sangre dejará de llegarle al cerebro.
¡Y su muerte será inevitable!
Te lo ruego, Seiya, ayúdame...
Por favor, cálmese, señorita.
Comprenda que no puede oírle.
Debe ser operado de inmediato.
O él tampoco sobrevivirá a este combate.
Lo lamento, no hay nada que podamos hacer.
Dejenme bajar...
Debo ayudar al Santo del Dragón...
¿Estás loco? ¿Es que quieres morir?
Por favor, doctor.
No quería matarlo, ¿comprende?
Seiya...
-¿Qué ha pasado? ¿Han muerto los dos? -No, pero no les falta mucho.
Una persona normal no lo soportaría. Sólo un Santo puede revivirle.
Seiya, golpea la espalda de Shiryu. Tiene que ser un golpe de la misma
fuerza que el anterior. ¡Sólo tienes una oportunidad!
¡Mirad la espalda de Shiryu!
¡El Dragón está desapareciendo!
Cuando eso ocurra,
¡Shiryu morirá!
¡Debo darme prisa!
Seiya, espera un segundo. Estás demasiado cerca,
tu puñetazo sería demasiado fuerte. Si es más fuerte que el anterior,
su corazón explotará. Es mejor que des 3 pasos atrás.
Aunque el combate ya ha terminado, el público continúa en sus asientos.
Pegaso va a intentar revivir al Caballero del Dragón.
A pesar de que él mismo está gravemente herido.
¿Lo conseguirá?
¡El tiempo casi se ha agotado!
Seiya.
¡Seiya!
No lo conseguirá.
-Ha perdido demasiada sangre. -¡Por favor, Seiya, levanta!
¡Debes levantarte!
¡Ánimo, Seiya!
¡Ánimo, Seiya!
¡Seiya!
¡Seiya!
¡Seiya!
Seiya, ¿puedes oírles?
¡Todos creen en ti! ¡No les decepciones!
¡Seiya!
¡Seiya, puedes hacerlo!
¡El Dragón casi ha desaparecido!
Te salvaré, Santo.
¡Shiryu, no vas a morir!
Lo has conseguido, Seiya. Su corazón late de nuevo.
¡El Santo del Dragón está vivo!
¡Gracias! ¡Gracias, Seiya!
Ahora es tu turno. Ve al hospital para que te examinen.
Sí, te mereces el descanso.
Pero recuperate y vuelve al Torneo.
¡Porque yo seré tu próximo adversario!
¿Qué sucede...?