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Llamado de la unidad.
Ante este espectáculo de confusión,
de anarquia, de dispersión que
ofrece nuestro país, el primer
problema para los chilenos
es el de la unidad.
Es absolutamente necesario
un llamado al orden,
un toque de clarínes
para replegar las fuerzas
en torno a una sola bandera
que pueda unir a toda
la familia chilena.
Todo el país unido junto
a un hombre para emprender
la marcha gloriosa por la
historia del mundo.
Este es el espectáculo que
esperamos en vez de la
confusión y la desorganización.
Chile puede dar este ejemplo a los
pueblos de la tierra y debe darlo.
Los candidatos deberían haber
presentado programas creadores,
programas de armonía, de unión,
en vez de anunciar
luchas intestinas.
En vez de un programa de lucha
contra el comunismo, los candidatos
deben programar la lucha contra
la pobreza, contra la miseria,
contra el analfabetismo y
la ignorancia, contra el robo,
contra el desorden y el abuso.
El futuro presidente de Chile tendrá
que establecer un perfecto equilibrio
de la máquina productora.
Que la cabeza que dirige no puede
abusar de la mano que trabaja.
Alcanzar por medio de este equilibrio
del máximo de rendimiento.
El país quiere trabajar en paz,
pero hay una serie de
pequeños interéses y jugueteos
politiqueros que impiden el trabajo
de los que desean trabajar.
Hay que lograr el modo de que
este anhelo pueda realizarse.
Chile es un magnífico país.
Es necesario que esta
magnificencia puedan gozarla
todos los ciudadanos y no sólo
unos cuantos elegidos.
No más programas de desunión
de la familia chilena.
Queremos la concordia interna
y no la lucha.
Por el hombre que pueda realizar
este programa votaremos
sin herir nuestra conciencia.
Vicente Huidobro