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Estudio Soyuzmultfilm Moscú 1952
LA DONCELLA DE NIEVE
¡Adiós al invierno! Los gallos han cantado.
La Roja Primavera
descenderá sobre la tierra con el alba.
Cuando de la media noche,
mi larga vigilia habrá terminado al fin
y podré descansar.
Una vez más,
podré dormir.
¡Pobres criaturas!
¡Estáis heladas y tiritando!
Vamos amigas, danzad en corro.
Bailad con entusiasmo para que así podáis entrar en calor.
Desde un confín
al otro confín
de este vasto mundo.
Las aves acuden felices,
las aves acuden presurosas
ante la presencia de su reina.
Súbditos obedientes.
Súbditos leales.
Las aves se reúnen.
Súbditos obedientes.
Súbditos leales.
Las aves se reúnen.
Súbditos obedientes.
Súbditos leales.
las aves se reúnen.
ante la presencia de su reina.
¿Quiénes de entre nosotras las aves
son quienes cantan grácilmente, grácilmente?
Grácilmente.
¿Quiénes de entre nosotras las aves
son quienes cantan toscamente, toscamente?
Toscamente.
¡Estuvo nevando!
¡Todo esto es la nieve, la nieve, la nieve, la nieve!
¡Estuvo nevando!
¡Esto son sus copos, sus copos, sus copos, sus copos!
A los arbustos, rápido, a los arbustos.
¡Se está acercando el abuelo Helada!
Cuando golpeo con el frío las casas de los ricos burgueses,
y hago que se agrieten sus paredes,
disfruto a más no poder.
¡Disfruto, disfruto, disfruto!
Cuando la escarcha hace que se rompan
las bisagras de las verjas de sus patios.
Entonces el humo se eleva sobre sus moradas;
el humo asciende hasta desaparecer.
Bajo un soplo de viento,
lo congelo todo de una única vez.
Sí, yo soy Helada,
y lo congelo todo a mi paso.
Desde las extensas llanuras hasta los inmumerables árboles.
Los troncos de los árboles.
Las copas de los árboles.
Atravieso a medianoche montado en mi veloz carro.
Paralizándolo todo con el frío desde mi veloz carro.
Esta será una de esas noches que nunca olvidarán.
¡Por más que vivan,
nunca la olvidarán!
¡Disfruto a más no poder!
¡Disfruto, disfruto, disfruto!
¡Querida Roja Primavera!
¿Te hayas bien?
¿Y tú qué tal, abuelo Helada?
Gracias, no me puedo quejar.
¡La tierra de los Berendeys no olvidará tan pronto este invierno!
¡Ha sido una magnífica temporada!
A noche una capa de nieve
y la luz plateada de la luna
cubrieron al completo las vastas tierras.
¡Semejante belleza se desplegó sobre las tierras rasas!
No suena nada mal tu fiesta...
pero es hora de que regreses al norte.
No hace falta que me lo recuerdes.
Al amanecer cabalgaré en la brisa...
hacia la tundra siberiana.
¿Y con quién se ha quedado nuestra hija de nieve?
Ya es una mujer, tiene 16 años.
Ya puede apañárselas sin niñeras.
Ningún camino conduce hasta su seguro refugio.
Allí puede vivir tranquila.
Me dirijo al bosque a por vayas,
en respuesta al cautivador cántico de mi compañero,
para cantar a coro con Lel,
repitiendo las alegres canciones que celebran la primavera.
¡Oh, amado Lel!
Tal es mi sueño, tal mi deleite; Sin la canción no puedo vivir.
Es ese apuesto Lel quien me las enseña.
Y yo las aprenderé.
Se volverá melancólica viviendo entre búhos y duendes.
¡Qué locura!
Libertad es lo que una chica joven necesita.
No escogí ese lugar por gusto.
Bien sé que el sol podría matar a nuestra querida hija.
Sé que él ardiente sol podría estrechar y derretir
con su fuego celeste,
con sus llamas de pasión,
el corazón de nuestra hija de nieve.
Ni Snegurotchka ni ninguna chica
debe ser excesivamente protegida.
Déjame que cuide yo de ella.
¡Ni hablar!
No creo que sea bueno para ella que esté de un lado para otro.
¿Y entonces, narizota roja, qué sería lo adecuado?
Escucha, acordemos esto:
Lo más importante para nuestra hija es que prosiga su cuidado.
Bobyl, ese pobre diablo, no tiene hijos.
Se la entregaremos a él, y será su hija.
De acuerdo.
Llama pues a la Doncella de Nieve.
¡Doncella de Nieve!
¡Snegurotchka!
¡Snegurotchka, hija mía!
¡Auuu!
¡Auuu!
¡Oh pobre Doncella de Nieve, tan campechana!
¡Ven aquí rápido, a mis brazos!
¡Preciosa!
¿Te gustaría ser libre,
vivir con la gente?
Sí, quiero.
Sí, quiero. Déjame por favor.
¿Qué te motiva a abandonar mi palacio?
¿Y qué encuentras tan envidiable fuera de Berendeys?
¡La canción de los humanos!
Consiente, querido padre,...
...y cuando regreses con el invierno y cubras por completo el bosque,
cantaré una canción al final de la noche.
Para colmar nuestra soledad del necesario júbilo cantaré
la más alegre. Fue el apuesto Lel quién me la enseño.
¿Y de qué conoces a ese Lel?
Le he visto pasar desde mi escondite.
Mientras guía el rebaño por el bosque canta todo tipo de canciones.
¡¡Eh, tú, menudo guardián!!
¿Y este apuesto Lel, quién te lo presentó?
He visto como las chicas se dirigen al pastor
prometiéndole
los más dulces besos si él les canta.
Y afectivamente lo llaman:
¡"Apuesto Lel" y "Guapo Lel"!
¡"Encantador Lel" y "amado Lel"!
¿Y dices, que ese Lel canta bien, mi cielo?
Mamá,
estoy preparada para escuchar día y noche el cántico del pastor.
Conozco, querida madre mía,
todas las canciones de amor más bellas.
La de la alondra, que se eleva risueña hacia los cielos,
y la llamada lastimosa del cisne,
sonando sobre lagos de ensueño.
Y conozco...
Y conozco
la voz pura del ruiseñor,
su sublime canto,
capaz de hechizar la noche más profunda.
Pero adoro las de Lel.
Sí, adoro las de Lel por encima de todas.
Y día y noche, sin descanso o reposo,
las escucho y oigo.
Y siento que mi corazón entero se derrite.
Oyes eso...
¡¡SE DERRITE!!
¡Temible palabra llena de mal agüero!
Snegurotchka,
evita a Lel.
¡No te fíes de su cántico ni de sus dulces palabras!
Un sol ardiente se desprende de ellas.
De las distintas palabras inventadas por la gente,
la más terrible para mí, Helada, es
"Derretirse".
Doncella de Nieve, evita a Lel.
Soy una chica prudente y discreta,
y aun así desconfías de Lel y del sol.
Pero yo no le temo ni a Lel ni a sus canciones.
Snegurotchka,
si las cosas cambian algún día,
y te sientes llena de angustia y pena,
llámame hija.
¡Sea lo que sea,
haré lo que me pidas!
Emitiré una orden para que velen por ti.
¡Auuu, amigos!
¡Duendes del bosque!
¡Escuchadme un minuto!
¡Despertad,
y obedeced mi llamada!
¡Snegurotchka necesita protección!
Escucha, Fauno.
Si el pastor Lel o cualquier otro hombre
persigue alguna vez
a la hija de la nieve defiéndela de sus sucias intenciones.
¡Extravíalos a través de la enmarañada espesura y déjalos titubeantes en los pantanos!
¡Lo haré, señor!
¡Oh, bello carnaval!
Son los alegres cánticos entonados por los Berendeys.
¡Vayámonos Helada!
Snegurotchka,
¡Adiós!
¡Adiós, hija de nieve!
Adiós, padre mío.
Durante todo un largo año te irás a dormir.
Y despertarás de nuevo al siguiente año.
¡Adiós, adiós! ¡Santo Carnaval!
¡Adiós, adiós! ¡Santo Carnaval!
El verano dentro de poco volará.
¡Adiós, sol de doradas llamas!
¡Adiós, adiós! ¡Santo Carnaval!
¡Adiós, adiós! ¡Santo Carnaval!
El otoño se ha fugado.
¡Adiós, cosechas!
¡Adiós, adiós! ¡Santo Carnaval!
¡Adiós, adiós! ¡Santo Carnaval!
Luego vienen los meses de largas noches.
El invierno con sus nevadas.
¡Adiós, adiós! ¡Santo Carnaval!
Ya, sin embargo, el día se alarga,
el sol calienta más.
¡Adiós, adiós! ¡Santo Carnaval!
¡Adiós, adiós! ¡Santo Carnaval!
¡Cuando comience el deshielo,
y los pájaros beban una vez más del agua de los arroyos,
nos veremos de nuevo!
¡El más miserable es Bobyl!
Ni pincha, ni corta.
Ni pincha, ni corta.
Es un don nadie.
Vamos a casa,
borracho desvergonzado.
¡Mira ahí!
¡Mira ahí!
¡Qué chica más singular!
¡Qué idiota eres!
Menudo borracho,
casi me matas del susto Bobyl.
¡Una princesa...
de verdad!
¡Bobyl, a sus pies!
Díganos adónde se dirige,
en qué podemos ayudarla,
y cuál es nombre.
Snegurotchka.
¿Adónde voy?
¿No lo sé?
Más si sois amables, llevadme con vosotros.
Deseo vivir en el pueblo
y que me toméis por vuestra hija.
Adiós, padre mío.
Adiós a mi madre.
Bosque, adiós a ti también.
¡Adiós! ¡Adiós!
¡Adiós! ¡Adiós!
¡Adiós! ¡Adiós!
¿Canto para vos?
Cantar aquí en medio.
Será todo un honor para mí.
Oír tus canciones es una auténtica a legría para mí.
Pero a cambio de mi canción
quiero que me regales una flor.
¿Bromeas?
¿Te burlas de mí?
¿Por qué querrías una flor?
Si necesitas una,
tienes muchas ahí.
La flor en sí no es lo importante.
Lo que apreciaría es que sería un regalo suyo, Doncella.
Aquí tienes.
La guardaré en un lugar prominente.
Para que todas las chicas la vean.
Si me preguntan quién me la dio
les diré
que fuisteis vos.
El bosque despierta en alegría.
Y más allá el pastor canta...
¡Qué agradable es vivir!
El sol brilla radiante.
Tienes razón, apuesto Lel.
Corre a donde te adoran.
Busca el amor,
allí donde estás.
El corazón de la Doncella de Nieve es frío por naturaleza.
Aunque no está cerrado a tu amor.
¡Oh, mi amado Lel!
¡Oh, mi amado Lel!
¡Eres tan apuesto y salado!
¡Eres tan apuesto y salado!
¡Oh Lel, eres nuestro!
¡Oh Lel, eres nuestro!
¡Oh Lel, únete rápido a nosotras!
¡Oh Lel, únete rápido a nosotras!
Traje frutos secos y dulces recién llegados por barco.
Arrojádselos amigos.
Lo siento, pero vine a tomar en matrimonio
a una de vosotras.
Y no arrojaré rublos como rescate.
Arrójales monedas.
Si no arrojas dinero por mi rescate
mis amigas las doncellas no me dejarán marchar.
No juegues con Kupava.
No destroces mi corazón de niña.
Doncella de Nieve,
ven a divertirte con nosotras.
Dancemos en corro hasta tarde.
No me queda mucho para seguir jugando
y divirtiéndome.
Los últimos días de mi niñez han llegado.
¡Doncella de Nieve,
los últimos!
Te acompañaré.
Deja que lleve mis bayas a casa, y vendré corriendo.
¡Tráete a Lel también!
Una cosa es que llames a Snegurotchka,
¿Pero a Lel también?
Snegurotchka sin Lel estaría muy triste.
¿Eso piensas?
Pues con Mizguir, Snegurotchka será mucho más feliz que con Lel.
¿Y yo?
¡Quédate con tu Lel!
¿Cómo querido?
Después de todo, soy tuya.
¿Acaso te di mi palabra?
El corazón no puede ser sujeto con alfileres.
Te habría amado, pero ahora amo a otra...
a la Doncella de Nieve.
Eres un canalla.
¡Eres un canalla traidor!
Oh, Rechenka,
de aguas heladas.
Eres profundo,
y fluyes rápido.
Recíbeme.
Recíbeme y cubre mi tristeza.
Tomad mi intenso dolor.
Mi entusiasta corazón ansioso de utopía.
¿Por qué se haya abatido tu entusiasta corazón?
Esto sólo te conducirá a la miseria,
y mi corazón no podría soportarlo.
Existe un patrón para las chicas desengañadas, el zar de Berendeys.
Implórale justicia a él, Kupava.
Vibrante y profético es su torrente de voz.
¡Canta, o zar nuestro, a ti la grandeza y la gloria!
Nuestros ciegos ojos tienen su mirada puesta hacia la tierra,
atrapados para siempre en una noche que no conoce el amanecer.
¡Gloria a ti! ¡Gloria a través de los tiempos, para el sabio zar,...
para el protector de la paz!
Nosotros cantaremos incesantemente con nuestro laúd.
¡O señor y zar, a ti la grandeza y la gloria!
¡Gran zar del afortunado Berendeys!
¡Vida eterna!
En su vasto reino todo marcha muy bien.
¿Eso crees?
Claro que sí.
No opino igual, Bermyata.
Tu juicio es muy a la ligera.
¿Estás seguro de todo anda bien ahí fuera?
Tan sólo unos ladrones y unos pocos hurtos.
¿Los atrapaste?
Claro que los atrapé.
A todos ellos.
Al final los ladrones
siempre acaban siendo atrapados.
No obstante, "que todo va bien" es mucho decir.
Desde hacía mucho no había visto esto en mi reino.
No desde hacía 15 años.
Nuestro verano es más corto.
Y año tras año lo es cada vez más.
La primavera es más fría,
nublosa y cruda, como el otoño.
El dios sol Yarilo está enfadado.
¿A qué, sabio rey, se debe su enfadado?
El motivo es...
en los corazones de la gente ha surgido la frialdad.
Abandonaron su pleitesía a la belleza y la alegría
y se entregaron a otras muchas pasiones.
La vanidad, la envidia entre ellos,...
En resumen, amigo,
lo fríos que se han vuelto nuestros sentidos
es lo que enfureció a Yarilo, el dios sol.
La frialdad es su venganza.
¿Lo comprendes?
¡Muy astuto, zar!
Emitió ese decreto
para que ellas luzcan más engalanadas
y ellos valoren más su cándida belleza,
de modo que se empleen a fondo por conquistar
a aquella de la que estén profundamente enamorados.
Es una solución bastante simple.
¿No crees que surtirá efecto?
No lo sé.
¿Por qué lo dudas?
Ante el dios sol aquí presente...
le confieso que
ninguno de ellos
me hizo caso.
Estuve pensando toda la noche
hasta que se hizo de día.
Y llegué a esta conclusión.
Mañana,
en el festival de Yarilo,
les hablaré sobre ella en el bosque sagrado, donde se reúne toda mi gente,
tanto a las mozas
como a los mozos casaderos.
No se enfade zar.
Las novias discutieron y se pelearon con los novios.
¿Quién se casará ahora?
En estos momentos se hayan muy enojados unos con otros.
¿Y sobre qué discutieron?
Se trata de algo que ha perturbado la paz en la aldea.
La Doncella de Nieve fue acusada
de haber enchochado a muchos jóvenes.
Llevadas por los celos, las novias agredieron a los novios.
¡Y la batalla todavía continúa!
Sólo podría detenerse separándolos.
Una muchacha ruega a lágrima tendida...
...que se le conceda audiencia.
¡Mi puerta siempre está abierta
a los jóvenes de mi pueblo!
¡Padre mío, rey de la luz!
Habla, te escucho.
¿Qué te ha pasado?
¿Quién te deshonró?
Permítame preguntarle, brillante zar.
¿Son los juramentos algo en lo que debemos creer?
¿Debemos confiar en la conciencia de las personas?
¿No deberíamos perder la fe si no la hallamos?
¿Cómo no creer en algo, mi querida muchacha?
¿De qué sirve nuestra luz guía
si no creemos en la verdad y la conciencia?
¿Puedo entonces hablar francamente, brillante zar?
Habla, te escucho.
¡Escuchen mis palabras,
valientes, poderosos y nobles boyardos!
Majestuosos boyardos de largas y fluidas barbas.
¡Señores tanto de hermosos castillos como de siervos descalzos!
Oigan, todos ustedes, el llamamiento de vuestro zar.
¡Conoced el pronunciamiento de su soberana disposición!
Acercaros a su magnífico trono.
¡Acercaros hasta el sublime trono
de palacio donde...
habéis sido emplazados por vuestro zar!
¡Venid al patio...
del zar, venid todos...
a su tribunal de justicia,
donde imparte justicia!
¿Se encuentra aquí el acusado?
El señor Mizguir espera su veredicto.
¿Conocéis todos de qué se le acusa?
¡Sí, lo sabemos!
¿Y tú, admites de que se te acusa?
Lo admito.
¿Mizguir,
te gustaría pedirle perdón?
¿Deseas a Kupava como esposa?
En el corazón de Mizguir sólo esta Snegurotchka.
¡Honrado pueblo!
Esas palabras justificarían una pena de muerte.
Pero en nuestra raza no hay lugar para leyes crueles.
Así pues, nosotros el tribunal popular,
condenamos a Mizguir
al exilio para siempre de su tierra natal.
Que sea despachado
de cada puerta, de cada casa
que guarda sagradamente las costumbres de antaño.
No tengo nada que decir en mi defensa.
Pero si, o brillante zar, hubieseis visto aparecer a Snegurotchka...
¿No me hace parecer una gran dama?
Todos admiran su elegante gorro.
¡Saludos, O zar!
Snegurotchka, ha llegado el momento.
¡Así que escoge como novio al que tú desees!
¡Y a quién, O zar! ¡No sé!
¡Tu corazón te lo dirá!
Mi corazón permanece en silencio.
¡Gran rey!
Ella no conoce el amor.
¿Alguien tan hermosa como ella no conoce nada sobre el amor?
No puedo creerlo.
¡Pero de ser cierto...
cómo no iba a estar enojado nuestro proveedor de calor!
¡Berendeys!
¡El que antes de otro amanecer despierte el amor en el corazón de la hermosa Doncella de Nieve
yo, el gran zar, prometo entregársela de mi mano como gran premio!
Gran zar,
el alma de Snegurotchka sentirá mi ardiente pasión.
Confíe en mí,
en este humilde pastor,
Lel de Dalmacia.
¡Y gracias al dios sol,
nuestro señor omnipotente,
le miraré a los ojos
y despertaré su amor,
antes de que amanezca el día!
¡Ilustre zar!
Revoque mi destierro.
Y le juro que seré yo quien despierte...
el amor
del joven y virginal corazón de Snegurotchka!
¡Mizguir y Lel!
Acepto vuestra promesa.
Me siento esperanzado,
y con júbilo celebraremos el día de Yarilo.
En el día de hoy...
iremos todos juntos al bosque sagrado,
cantaremos
y danzaremos a la espera de un resultado final.
¡Un tilo crece en la llanura!
¡Un tilo crece en la llanura!
Bajo él una blanca carpa se alza,
y bajo ella una muchacha espera.
En la pradera, ah, la bella está.
Recogió flores e hizo una corona con ellas.
Recogió flores e hizo una corona con ellas.
¿Para quién será la corona?
¿Para quién será la corona?
¡Feliz el joven que la porte!
¡Feliz el joven que la porte!
¡La corona es para su bien amado!
¡La corona es para su bien amado!
Un castor se baña en el agua y se zambulle en ella.
Luego abandona la corriente, trepa a una roca y se seca.
¡Ai, Loeli, Loeli, Loeli! ¡Ai, Loeli, Loeli, Loeli! ¡Ai!
Y se seca.
Y se seca.
Y se seca.
Desde lo alto de la roca mira a todo su alrededor. Para ver si alguien se acerca.
¡Ai, Loeli, Loeli, Loeli!
¡Ai, Loeli, Loeli, Loeli!
¡Ai, Ai, Loeli, Loeli!
¡Ai, Ai, Loeli, Loeli!
Los entusiastas cazadores, y sus veloces perros de caza están rastreando al castor.
¡Ai, Loeli, Loeli, Loeli, Ai!
¡Ai, Loeli, Loeli, Loeli, Ai!
¡Ai, Loeli, Loeli, Loeli, Ai!
¡Ai, Loeli, Loeli, loeli, Ai! ¡Ai, Loeli, Loeli, loeli, Ai!
Qué fiesta más alegre.
Mi pueblo entero disfrutando a mi alrededor.
Canción tras canción,
danzad y bailad, hasta que quedéis completamente rendidos.
Sólo las personas buenas y honestas pueden cantar tan fuerte
y bailar tan valientemente.
Un día la nube le dijo al trueno...
Truena para que pueda arrojar lluvia
para que la tierra pueda ser refrescada
y las flores puedan ser felices, gracias a nosotros.
Las doncellas podrán recoger fresas,
y los jóvenes podrán seguidlas.
¡Lel, mi Lel, mi Loeli, Loeli, Loeli, Lel!
A través de los bosques un anciano pasa lentamente
y al ver a las doncellas les dice...
Hijas mías, decidme, ¿por qué lloráis tan desconsoladamente?
Esa chica descarada se esconde de vosotras más allá,
¿No responde a vuestras llamadas?
¡Contempladla riéndose de vosotras entre los arbustos!
¡Mi Lel, mi Lel, Loeli, Loeli, Loeli, Lel!
A través de los bosques un anciano pasa lentamente
y al ver a las doncellas les dice...
Hijas mías, decidme, ¿por qué lloráis tan desconsoladas?
Esa chica descarada se esconde de vosotras más allá,
¿No responde a vuestras llamadas?
¡Contempladla riéndose de vosotras entre los arbustos!
¡Mi Lel, mi Lel, Loeli, Loeli, Loeli, Lel!
Gracias, Lel.
Escoge a la que consideres más encantadora.
¡Que ella, ante el pueblo aquí reunido...
te de un beso como pago por tu canción!
Elígeme, a mí.
Snegurotchka, espera un momento.
Estoy enamorado.
Estoy enamorado, ¿No dices nada?
Quieto, quieto.
Espera un poco, Mizguir.
¡Estoy ebrio de amor, loco!
Confundo cada troco de madera con su dulce imagen.
El tenue brillo verde de las luciérnagas...
con el verde claro de los ojos de Snegurotchka.
¡En las profundidades del bosque todavía persigue su sombra!
Engañado, Mizguir es guiado por una encarnación.
Sólo la luz clara del día puede sacarlo del ensueño.
¡Madre, mis ojos se hallan repletos de lágrimas!
¡Y mi corazón sobrecargado de angustia y dolor!
Acude presurosa a escuchar las penas y los sollozos
de tu compungida hija Snegurotchka.
¡Doncella de Nieve, hija mía!
¿Qué deseas de mí?
Amor.
Deseo amar.
No sé palabra alguna sobre el amor.
Y no sé qué se siente.
Acaso olvidaste la advertencia de tus padres.
Que el amor sería tu muerte.
Permíteme que sea yo quien decida.
Amar aunque sólo sea por un instante
es más preciado para mí que años de angustia y lágrimas.
¡Oh, hija mía!
¡Voy a cumplir aquello que tanto anhelas!
¡Mágicas flores, calmad sus inquietos pensamientos y haced que su exaltación difunda a través de su corazón!
Oh, Mamá.
¿qué me ocurre?
Qué hermosa es la tierra y los cielos.
Y los destellos de las olas.
¡Qué plácidas sombras! ¡Cuán calmados los bosques!
¡Y el cielo, mamá! ¡Qué cielo!
Es fruto del amor que emite tu propia alma.
Al primero que tenga la fortuna de encontrarse contigo
le entregarás tu amor.
Prométeme hija
que ocultarás tu amor del dios sol Yarilo.
Corre a casa a través de las sendas del bosque,
al amparo de las sombras de los arbustos y evitando los encuentros.
Adiós, hija mía.
¿Qué tesoro aguarda en el interior de mi pecho?
¿Qué camino me deparará?
Con quién daré.
Sola, comienzo la andadura.
¡Snegurotchka!
¡Snegurotchka!
Te busqué fútilmente
anoche en el bosque.
¿Es que no sientes nada por mí?
¡Oh, no, Mizguir!
Mi corazón ya es capaz de sentir.
¡Deja que te mire a los ojos!
¡A través de tu mirada puedo oír tu ardiente voz!
¡Snegurotchka!
¡Qué palabras más alentadoras! ¡Qué palabras!
¡Es más! Mi corazón late de felicidad.
Mira.
Mira,
el Este está más brillante y pavoroso.
¡Ocúltame en el bosque,
antes de que las mortales llamas del dios sol Yarilo me causen daño!
Hemos sembrado el mijo en la planicie.
Oi, did Lado, lo hemos sembrado.
Nosotras desgranaremos el mijo en el suelo,
Oi, did Lado, nosotras lo desgranaremos.
¿Y cómo desgranaréis el mijo? Oi, tan tan..
¿Y cómo desgranaréis el mijo? Oi, tan tan.
Nosotras colocaremos a los caballos sobre él.
Los caballos, nosotras usaremos. Oi, did Lado.
Nosotras pagaremos su rescate fácilmente.
Fácilmente, fácilmente lo pagaremos.
¿Cuál es el rescate ofrecido a nosotros?
¿Qué rescate nos pagaréis?
Os entregaremos a una joven doncella.
Y seremos uno más.
Os entregaremos a una joven doncella.
Y seréis una menos.
Y seréis una menos.
¡Ojalá vuestro matrimonio sea bendecido!
Vivid en amor y felicidad.
Venerable zar,
me encomendaste ganar su corazón,
y he cumplido su cometido.
Y ahora le pido
que nos bendiga ahora a Snegurotchka y a mí.
¿Es por tu propia voluntad Snegurotchka que confías en el amor que te brinda Mizguir?
¿Voluntariamente le aceptas y le entregas tu corazón?
¡O zar!
¡Si me lo preguntaras cien veces...
cien veces te diría que es el amor de mi vida!
¡Cuán conmovida me hallo!
¿Será el éxtasis o la muerte?
¡Qué fuego tan profundo
penetra todo mi ser!
Mamá Primavera.
Mamá Primavera,
gracias por esta exaltación.
¡Gracias por esta exaltación;
esta gracia divina que me ha dado
a conocer el amor!
¡Mi corazón, mi sangre, la fibra de mi ser
se prende y arde!
Me muero y desvanezco.
¡Mi corazón, mi sangre, la fibra de mi ser
se prende y arde
en amor y felicidad!
Me muero y desvanezco.
¡Adiós, mis compañeros!
¡Adiós, amor de mi vida!
¡Adiós, amor de mi vida!
Oh, mi amor,
soy toda tuya.
¡Con esta última mirada recibe mi alma!
¡Recibe mi alma!
Doncella de Nieve, vive.
¡Milagro!
¡Inaudito milagro!
Se derritió, al igual que la nieve.
Y así, la joven Snegurotchka dejó de existir.
Si no puedo estar con ella,
no quiero vivir en este mundo.
La hija del abuelo Helada, la fría Snegurotchka murió.
Y con la muerte de su maravillosa apariencia,
la aparición de largos períodos de heladas han concluido también.
De este modo, el último trazo de frialdad de nuestras almas es arrojado
y devuelto al sol.
¡Alegre Lel!
¡Cántanos la canción de Yarilo!
Poderoso y radiante dios Yarilo.
que con tu luz lo iluminas todo.
Eres el esplendor del mundo. que con tu luz lo iluminas todo.
Eres el esplendor del mundo.
Poderoso y radiante sol Yarilo,
que con tu luz iluminas todo.
Eres el esplendor del mundo.
¡Gloria a ti, dios Yarilo!
¡Gloria a ti!
¡Gloria!
¡Gloria a ti, dios sol!
Fin Subs & translation: Kuroku & Eus