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¿Se preguntaron alguna vez de dónde vienen
los alimentos que comemos a diario?
Bueno, cerca del 60 % de los alimentos
son carbohidratos.
Como podrán deducir de su nombre,
los carbohidratos contienen carbono,
hidrógeno,
y oxígeno.
¿Pero de dónde vienen esos átomos
y cómo se unen
para formar deliciosos alimentos como frutas y pastas?
Todo empieza en el aire
que exhalamos cada minuto;
específicamente, con las moléculas de dióxido de carbono.
Las plantas inspiran
ese mismo dióxido de carbono
por los poros de su piel, llamados estomas.
Las plantas beben agua por sus raíces
para obtener los átomos necesarios de oxígeno e hidrógeno,
y sus electrones,
para producir carbohidratos.
¿Qué es eso?
Bueno, es un orgánulo especial de las plantas
del interior de las hojas de la planta
llamado cloroplasto.
Es verde debido a un pigmento especial que absorbe la luz,
llamado clorofila.
Cada hoja tiene unas 40 000 células
y cada célula tiene
entre 20 y 100 cloroplastos.
Eso da un total de, ¡ 4 400 000 cloroplastos !
A esta altura quizá ya adivinaron
que estamos hablando del proceso de la fotosíntesis
y se estarán preguntando
cuándo va a entrar el sol en acción.
Volvamos a esa molécula original de agua.
La planta tiene que dividir esta molécula de agua
para poder extraer electrones.
Pero no puede extraer el agua sola.
Necesita de la ayuda de los potentes rayos solares.
Así, ahora que el cloroplasto tiene todos los elementos:
el carbono, el hidrógeno, el oxígeno y los electrones;
los puede usar para continuar
el resto de los pasos de la fotosíntesis
para transformar ese dióxido carbónico original
en un carbohidrato simple llamado glucosa,
C-6, H-12, O-6.
Esa pequeña molécula de glucosa luego nos ayuda a construir
carbohidratos más grandes y mejores
como la celulosa.
La celulosa es un tipo de carbohidrato de las plantas
que nuestro cuerpo no puede descomponer.
Lo llamamos fibra
y la comemos en vegetales como la lechuga,
el brócoli
y el apio.
Las plantas usan celulosa para mantenerse fuertes.
La planta también podría transformar esa glucosa en almidón;
una molécula grande que almacena energía para la planta.
Nos encanta comer almidón de plantas como la papa,
el maíz,
y el arroz.
Ya ven, cuando comemos plantas,
nos beneficiamos de la fotosíntesis.
La planta produce cosas como almidón,
que comemos
y luego transformamos en glucosa;
la primera forma que hizo la planta.
Después, las mitocondrias celulares,
alimentadas por el oxígeno que respiramos,
transforman la glucosa en moléculas de energía
llamadas ATF [adenosina trifosfato]
La ATF motoriza el trabajo
de cada una de las células,
como la comunicación,
el movimiento,
y el transporte.
Pero, ¿por qué tenemos que transformar esa glucosa en ATF?
Bueno, pensémoslo así.
Estamos entusiasmados por empezar nuestro trabajo
vendiendo helados en el verano
pero la jefa nos dijo
que nos pagará con helado.
¿Qué vamos a hacer
con esos helados?
Nada,
por eso le pediremos amablemente que nos pague con dinero.
La ATF es como el dinero.
Es la moneda que usan las células de la vida
como la glucosa
bueno, como con el helado.
Incluso las plantas tienen mitocondrias en sus células
para transformar la glucosa en ATF.
Como pueden ver
los humanos y las plantas estamos estrechamente conectados.
Las plantas usan
el aire que respiramos para hacer los carbohidratos
que tanto disfrutamos.
Y, en el proceso,
liberan las mismas moléculas de oxígeno
que necesitamos para respirar
para que nuestras mitocondrias puedan procesar
nuestra comida de deliciosos carbohidratos.