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"Allanando el camino: Harborside Medical Marijuana Center, California"
Harborside es en Oakland (California)
uno de los cuatro dispensarios autorizados de cannabis medicinal.
Aquí proveemos de cannabis medicinal a los ciudadanos californianos
que tienen una recomendación escrita de su médico,
autorizándoles a poseer cannabis.
En nuestro colectivo somos más de 30.000 socios
y atendemos de 600 a 700 pacientes diariamente.
Harborside Health Center tiene la mejor selección de cannabis del mundo.
Normalmente encontramos 100 productos diferentes en nuestra carta cada día.
Entre ellos unas 50 variedades distintas de cogollos de cannabis;
de 20 a 25 tipos diferentes de concentrados o hachís;
y más o menos la misma cantidad (20 a 25) de productos comestibles.
En 1996, los votantes de California
aprobaron una medida llamada "Proposition 215"
por la que se legalizó el cultivo, posesión y distribución de cannabis
para aquellas personas con una recomendación escrita de su médico.
Una recomendación para cannabis puede ser extendida para cualquier enfermedad
siempre y cuando ayude al paciente.
Comencé con el cannabis porque mi médico fue lo suficientemente valiente como para inciar la conversación
y lo usé por primera vez de forma terapéutica.
A finales de 2001 se me diagnosticó un lupus eritematoso sistémico.
La mayoría de los enermos que sufren complicaciones mueren con 50 y tantos años.
Me diagnosticaron esta enfermedad con unos 20 años.
El segundo diagnóstico fue fibromialgia.
Entre ambos diagnósticos me regía por 6 dosis diarias
de 6 esteroides diferentes.
Usaba píldoras para el manejo del dolor.
Llegué incluso al punto de tener que tratarme con parches transdérmicos de morfina.
Estuve bajo los efectos de probablemente 10 antidepresivos diferentes.
Fue una mezcla explosiva.
Durante ese período de tiempo tuve dos operaciones importantes por un cáncer
y me extirparon varios tumores.
En 2007 volví a tener un cáncer por tercera vez.
Habiendo pasado por la quimioterapia
no podría imaginarme seguir hoy con vida si no hubiera sido por mi cannabis.
De esta forma me mudé a California a principios de este año para formar parte del movimiento
y tener las libertades de disfrutar de la protección de ser paciente de cannabis medicinal aquí,
algo que en otros estados no está permitido.
Ya no tomo ningún otro producto farmacéutico.
Es mi equilibrio.
Soy mucho más efectiva debido a esto.
No estoy constantemente tratando internamente con el dolor.
Ahora, ¿estoy realmente luchando contra mis dolencias? No.
Pero, ¿tengo una mejor calidad de vida? Completamente.
¿Soy más productiva? Absolutamente.
¿Soy feliz de sentirme viva de nuevo? ¡Desde luego!
Lo reitero, todo ello gracias a que guardo un equilibrio con el cannabis en mi vida
contra las alternativas. . . las alternativas con las que no quería seguir viviendo.
Simplemente no era un mundo en el que quería seguir viviendo.
Y ahora en este sí que quiero.
No sabemos exactamente qué dolencias específicas padecen los pacientes
ya que no suelen aparecer en su recomendación escrita,
que es lo que nos presentan a nosotros.
Normalmente la recomendación del médico solamente expone
que ha hablado con el paciente sobre los riesgos y beneficios
y que ha llegado a la conclusión de que el paciente podría beneficiarse mediante el consumo de cannabis.
El paciente recibe entonces una invitación para convertirse en socio de nuestro colectivo
y firma un acuerdo de cultivo colectivo.
De esta forma autorizan a todos los otros pacientes del colectivo
a cultivar cannabis en su nombre.
Eso nos lleva a cumplir con las directrices del Fiscal del Estado
para la distribución de cannabis y crea además un sistema 100% cerrado de distribución en círculo
que aísla completamente a nuestros pacientes de cualquier contacto con el mercado *** ilegal;
ya que la medicina que distribuimos aquí
sólo proviene de gente que ha firmado ese acuerdo de cultivo
y que accede a cumplir con todas nuestras normas y reglamentos.
Existen bastantes buenas razones para que la gente no cultive su propia medicina.
Las leyes en California permiten a los pacientes producir algo más de lo que necesitarían para si mismos
y compartir el resto con aquellos otros enfermos que están incapacitados para cultivar.
Por lo general, se puede tener un jardín colectivo entre varias personas
y consumir cannabis y distribuirlo
entre las diferentes personas que trabajan en dicho jardín.
Cuando los pacientes tienen más medicina de la que necesitan para su uso personal,
entonces nos la traen a nosotros.
Aceptamos un máximo de 3 libras (1,36 kgs.) en cada visita por parte de un paciente
para así evitar estar vinculados con grandes operaciones de cultivos ilegales.
Tengo un personal muy bien preparado.
Huelen la medicina.
La miran bajo el microscopio.
Realizan una determinación básica sobre la calidad de la medicina
y sobre si se adapta a nuestras normas.
Sólo aceptamos entre un 10 y 20% de la medicina que nos traen
ya que la mayoría no alcanza los estándares médicos.
Tomamos una muestra de cada lote de medicina que nos presentan
y la enviamos a un laboratorio independiente para su análisis.
Realizamos un proceso de dos pasos:
primero, el laboratorio controla si existe presencia de algún tipo de moho patógeno,
ya que algunos pueden desarrollarse en el cannabis
esto es algo que puede ser perjudicial para pacientes con sistemas inmunes comprometidos;
a continuación cuantificamos el porcentaje de THC y de otros canabinoides
en la planta para que los pacientes conozcan la potencia del cannabis
antes de adquirirlo.
Una vez sabemos que el resultado del análisis es bueno y que el cannabis en cuestión no es peligroso
y que no hay nada perjudicial en él
entonces empaquetamos la medicina y la distribuimos a otros pacientes
que están incapacitados para cultivarla.
Adquirimos nuestro cannabis a un precio de unos 3000 a 3500 dólares por libra.
A continuación añadimos un margen de beneficio del 40%,
lo que sitúa el promedio de venta a cada paciente en torno a los 90 dólares.
Harborside Health Center paga una serie de diferentes tasas e impuestos:
existe un impuesto sobre las ventas - creo que ahora mismo es de un 9,75% -
que todas las empresas han de pagar.
La mayoría va a parar al Estado de California;
igualmente abonamos una cuota anual de 50.000 dólares en concepto de licencia;
y en Oakland pagamos un impuesto del 1,8% que va directamente a las arcas de la ciudad.
Se trata de un impuesto especial
los dispensarios acudieron a la ciudad de Oakland y le sugirieron que nos fiscalizaran.
Nosotros les pedimos que nos cobraran impuestos
debido a que existe una crisis presupuestaria en Oakland
y queríamos hacer algo para ayudar a la ciudad.
También pagamos impuestos sobre los beneficios que generamos
al Gobierno Federal y al Estado de California.
No es una cantidad muy elevada porque Harborside Health Center
es una institución sin fines de lucro.
Al final del año no hacemos demasiadas ganancias.
Se estima que la cifra de la industria del cannabis medicinal en concepto de impuestos al estado
ronda los 100 millones de dólares en California.
Con la administración de Obama en el poder,
ha habido algunos cambios en la política por parte de la Administración de Cumplimiento de Leyes sobre las Drogas
y de la Agencia Federal.
Mientras que antes tenían lugar con frecuencia
redadas en muchos dispensarios,
ahora han declarado que el Gobierno Federal respetará la ley estatal
y tan sólo se centrará en dispensarios que estén fuera del cumplimiento de dicha ley.
Al presidente Obama se le reconoce
por llevar a cabo las promesas que hizo durante su campaña electoral
y por respetar los deseos de los votantes americanos.
Me sentí orgulloso de ser americano el día en que escuché esas noticias.
En muchos estados esto es un lujo que personas agonizantes no tienen
y, francamente, ¿por qué no?
Esto ha de cambiar y todo comienza en conversaciones con gente como nosotros.
Si desea obtener más información sobre el Harborside Health Center,
puede acudir a nuestra página Web en www.harborsidehealthcenter.com.
Una dirección bastante larga pero sea paciente, introdúzcala y ahí nos tendrá.
Allá vamos a seguir allanando el camino para una mayor libertad
Transcrito por Arielle Reid Subtitulado por Carlos B. Crosa �