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Y los cristianos no somos ajenos a las polémicas en las que están envueltas nuestras sociedades.
Las sociedades en las que todos nosotros nos desenvolvemos,
durante nuestro peregrinaje por este mundo.
Así, pues, la cuestión del matrimonio homosexual, del homosexualismo y del lesbianismo,
la posición que debemos adoptar, de acuerdo con nuestra fe,
es uno de los asuntos que ha llevado a cristianos, y sobre todo, a la gente no cristiana,
quienes no conocen la Biblia, las Escrituras bíblicas,
a enredarnos en un sinfín de discusiones que, en muchos casos, carecen de sentido.
Lo que la Biblia dice al respecto es bastante claro:
y hoy vamos a recorrer todos los pasajes que hablan de esto.
Así se verá que muchas de estas polémicas no tienen razón de ser.
Pero bueno... en nuestra sociedad, en un contexto conflictivo,
en el que la gente elige qué partido tomar, de acuerdo a sus propias decisiones personales,
en este contexto, los cristianos somos llamados por nuestra sociedad...
Como ustedes sabrán, los temas son sociales.
Los temas son impuestos por las preocupaciones de la sociedad en cada momento.
En este momento, como decimos, los cristianos somos llamados a rendir cuentas por nuestra posición.
Así, pues, aquí estamos.
O sea, lo primero que hay que decir es que no es nuestra obsesión personal hablar del aborto,
acerca del matrimonio gay, y acerca de todas estas nuevas cuestiones que están instaladas en la sociedad.
Es la sociedad la que constantemente nos interpela, a fin de que nosotros demos razones de nuestro posicionamiento.
Por ejemplo, últimamente Obama, quien fue reelecto presidente de los EEUU,
se presentó a sí mismo como un candidato que respaldaba precisamente el matrimonio homosexual,
tanto en la primera elección como en la reelección.
En la primera, recordemos que él asumió con un discurso muy similar al de Martin Luther King,
convocando en tono ecuménico, a reunirse católicos y protestantes, blancos y negros
- Obama añadió: "homosexuales y heterosexuales".
Entonces, hay quienes aceptan las uniones homosexuales.
Hay, incluso, confesiones seudo o semi-cristianas, como el anglicanismo,
que dan lugares cada vez más preponderantes a las personas
-como se dice ahora, de acuerdo con el léxico de época -
"con identidades nuevas", "con nuevas maneras de entender el género"
- estas son palabras que están siendo muy utilizadas...
Y hay iglesias que lo aceptan, como decimos.
Vemos que Roma, en particular su pontífice de ahora, Benedicto XVI,
tuvo palabras muy contemporizadoras, muy abiertas y tolerantes hacia la práctica, por ejemplo, de la pedofilia...
Esto fue en diciembre de 2010 - doy el dato para que se sepa que esto no es invento nuestro. No.
Hay maneras diferentes de pensar la sexualidad, que están desvirtuando la concepción cristiana.
Y esto, como decimos, ocurre dentro de muchas de las iglesias,
dentro de muchas de las confesiones e instituciones que dicen estar emparentadas con el legado judeo-cristiano.
Entonces, el conflicto viene desde fuera,
esto nos obliga a los cristianos a formular nuestras posiciones, nuestro fundamento, "nuestros porqués".
Y como personas que vivimos en esa sociedad, insertos en tal sociedad,
nosotros estamos, como decimos, forzados a dar cuentas.
Entonces, ahora se habla de "los cambios de identidad".
Ahora se diferencia entre "género" y "sexo".
"Género" sería una manera de entenderlo como una cuestión relativa, cultural, conceptual.
Es decir, desligado de una visión biológica del sexo.
Todos nacemos sexuados. Varones o mujeres.
No hay "sexo intermedio". O eres varón o eres mujer.
Pero esta visión del "género", plantea que ahí intervendría la elección de las personas, de cada individuo,
hacia qué lado encaminará cada quien su propia vida, cuál será su propia práctica y su manera de identificarse.
Entonces, hay nuevos conceptos de identidad,
¡los cuales son olímpicamente ignorados por la realidad!
la cual -insistimos- continúa hablándonos,
y presentando, de manera rigurosamente separada, los sexos.
Tenemos sexo masculino o sexo femenino.
No importan las obstinaciones humanas ni los conceptos.
Los genes y las hormonas tienen, en este sentido, la última palabra.
Y contra eso no hay nada que decir.
Entonces, este auge de nuevos posicionamientos con relación, como se dice, a la "identidad ***",
es un problema de varios frentes, complejo, en su forma de manifestación,
aunque quizá en su causa sea bastante más sencillo.
Y de eso nos vamos a ocupar hoy: de explicar qué es el homosexualismo, y por qué esta práctica desagrada a Dios.
En política, como vemos, es un cebo, es un material a disposición de los políticos,
quienes hoy en día se encuentran empantanados en una serie de limitaciones, de dilemas de los que no saben cómo salir...
La Nueva Izquierda, por ejemplo, está atascada en la cuestión de defender lo que ellos llaman los "derechos de las minorías".
Ya que se mostraron incapaces de realizar la distribución del ingreso,
ni de hacer la reforma agraria, ni de eliminar a las clases propietarias,
ni de expropiar ni estatizar la economía...
"¡Y bien! Al menos ocupémonos de otorgar algunos derechos simbólicos a los homosexuales", y demás.
Por ejemplo, el aborto es también otra de las políticas defendidas (curiosamente) por la izquierda,
que siempre predicó la defensa del más débil, pero ahora no piensa en las vidas de los no nacidos.
En la Iglesia, el problema que se plantea es cómo afrontaremos esto los cristianos.
Con qué estrategia discursiva, cómo vamos a confrontar.
¿En qué medida los cristianos tenemos que salir a dar cuenta de nuestra posición?
De acuerdo a mi posicionamiento personal, debemos ser claros y contundentes en marcar lo que la Palabra de Dios dice.
Sin que nos importe lo que nuestra sociedad diga sobre el particular.
Sin "matizar" nada, sin hacer ninguna clase de concesión.
Acá tenemos una doctrina muy clara.
Nuestro posicionamiento de parte de Dios es claro.
Esto no va. El homosexualismo no va.
Esa es nuestra posición de cara al mundo, como Iglesia de Cristo.
Y dentro de la Iglesia, por supuesto, también:
¿Qué hacer con la gente que tiene este problema?
¿Cómo ayudarlos, cómo acompañarlos?
¿y a la vez cómo ayudarlos a divorciarse de esta problemática y de este vicio tan lamentable,
que es el sexo entre personas del mismo sexo?
De cara al mundo, como decimos, nuestra misión consiste, entonces, en predicar, anunciar, profetizar, denunciar...
Es la función profética del cristiano.
Una función que, en buena medida ha sido abandonada por la Iglesia.
Hoy, que los valores están cabeza abajo, los cristianos tenemos que cumplir una función incluso educativa,
en el sentido de marcarle a la gente qué es lo que está bien, y qué es lo que está mal.
Esta es una función que no debe ser abandonada.
En la Iglesia, ¿qué tienen que hacer los cristianos?
Ayudar, contener, acompañar al que quiera salir del homosexualismo.
Y por supuesto, también, eventualmente,
disciplinar a quien mantenga esa práctica dentro de la comunidad cristiana, negándose a arrepentirse.
Por supuesto. Esto forma parte de la misión cristiana de puertas hacia dentro de la Iglesia.
Para que no estallen todos esos casos escandalosos que, como dice la Biblia,
"hacen que el Nombre de Cristo sea blasfemado entre las naciones", entre los que no creen.
Entonces, hay que ser muy cuidadosos,
pero a la vez hay que ser inexorables, en mantener los valores y la presencia de la doctrina cristiana:
hacia fuera, como prédica, como denuncia;
y hacia dentro, como acompañamiento, como santificación.
Entre otras cosas, la Iglesia es un proceso permanente de santificación.
Que, sin lugar a dudas, concluirá solo cuando estemos en el cielo, en la presencia del Señor.
Se nos suele acusar, a los cristianos, a los que mantenemos la posición puramente bíblica, lo que llamamos la "sana doctrina",
se nos suele acusar de ser "gente discriminativa".
Esto no se hace solo con los cristianos, sino con todos aquellos que mantienen una posición crítica
respecto de la práctica del homosexualismo.
Y esto va a crecer. Digamos: no es solo el homosexualismo y el lesbianismo.
Pronto habrá otras prácticas que serán incorporadas, y serán naturalizadas por la sociedad.
La corrupción todavía no ha sacado sus últimas consecuencias en lo que se refiere a la degradación de los valores.
Entonces, la palabra usual es "discriminación".
Un vocablo, por cierto, ambiguo. Porque no queda muy claro qué quiere decir.
Si uno dice que una práctica está mal, ¿entonces uno puede ser motejado de ser "discriminativo"?
Es una palabra tramposa, la palabra discriminación.
Otra palabra que se suele lanzar contra los cristianos,
es que nosotros seríamos, en el fondo, una especie de "homosexuales reprimidos".
De ahí (dicen ellos) nuestra obsesión por la problemática de la homosexualidad.
Siendo así que son los homosexuales los que están obsesionados con el hecho de que los cristianos no compartamos su práctica.
Esto es algo llamativo.
Es muy llamativo, dado que cada vez es mayor el número de personas en la sociedad que están de acuerdo con las prácticas perversas de los homosexuales,
travestis, lesbianas, transexuales, etc.
Como ellos se llaman, ¿no?
Hacen toda una serie de divisiones internas, pero en el fondo el fenómeno es el mismo.
Es la práctica reprobada por Dios, del homosexualismo.
Pero no deja de ser curioso que, cuando alguien no comparte su postura, ellos rápidamente colocan etiquetas.
Una de las más curiosas que he oído, personalmente, es esta:
que "el que está en contra del homosexualismo, en el fondo está a favor pero no se anima..."
O sea, él quisiera ser homosexual pero no se atreve. Es un reprimido.
Y entonces asume una actitud de crítica y confrontación respecto de esa práctica.
Entonces vayamos al punto.
¿Qué es lo que está mal en el homosexualismo?
¿Qué es lo reprobado? ¿Dónde está lo pecaminoso, lo sucio?
¿Qué es lo pervertido?
Romanos, capítulo 1 lo dice claramente:
EL HOMOSEXUALISMO ES CONTRA NATURALEZA.
Eso está claramente establecido en el Nuevo Testamento:
ese es el argumento de Dios.
Dios creó al varón para la mujer, y a la mujer para el varón.
No a los varones para que mantengan relaciones entre sí, ni a las mujeres para que hagan otro tanto.
Aclaro que el homosexualismo está contemplado en sus dos caras:
lesbianismo y homosexualismo de varones, en Romanos capítulo 1.
Y es muy contundente lo que el texto dice.
Entonces, el Antiguo y el Nuevo Testamento son coincidentes en esto,
y son muy claros en lo que se dice acerca del homosexualismo.
Conocemos - creo que es conocido por prácticamente por todo el mundo,
incluso por los curiosos en literatura que no comparten la fe judeo-cristiana,
- el relato bíblico de Génesis 19, acerca de la destrucción de estas dos ciudades de Sodoma y Gomorra.
Estas urbes fueron destruidas por una lluvia de fuego y azufre, que las redujo a nada,
hasta exterminar a todos y cada uno de sus habitantes,
quienes, según aclara la Biblia perfectamente,
eran todos ellos pervertidos, eran todos ellos homosexuales.
Entonces, ninguno de ellos se salvó del juicio de Dios.
Esto ocurrió una vez. Y esto deja abierta la posibilidad de que pueda ocurrir de nuevo.
Apocalipsis menciona textualmente estos elementos: "Fuego, humo y azufre".
Con lo que bíblicamente queda abierta la posibilidad de que Dios repita un juicio de exterminio,
contra aquellos que se obstinen en hacer las cosas como desagrada al corazón de Dios,
atentando contra la naturaleza humana hecha por Dios en el corazón de los hombres.
Atentando cada uno, digamos, en sí mismo, contra la obra de Dios.
Podemos calificar esto como una suprema rebelión, ¿no?
Porque Dios nos hace de una determinada forma, de acuerdo con un propósito...
y el hombre va, y comete una deshonra que atenta contra lo hecho por la mano de Dios,
contra lo querido por Dios para nuestras vidas.
Es una especie de emancipación que nos autodestruye. Una emancipación destructiva.
"¡Yo hago lo que quiero con mi vida...!"
Sí, se puede hacer lo que uno quiere con su propia vida,
pero si uno cruza ciertos límites, atenta contra sí mismo, e incurre en lo que la Biblia llama auto-deshonra.
El homosexualismo es una auto-deshonra.
¿Qué es lo que dice la ley de Moisés (la Torah), los mandamientos de Dios, con relación al homosexualismo?
Por ejemplo, Levítico 18:22 dice:
"No te echarás con varón como con mujer; es abominación."
Esta es una definición, digamos, más cruda, más física, más anatómica de lo que el homosexualismo es,
para que no quepan dudas sobre a qué apunta Dios;
y sobre lo que el homosexualismo es, porque en definitiva no hay homosexualismo platónico.
El que, siendo hombre, gusta de hombres, busca acostarse.
He ahí el fin del proceso.
El contexto, fíjense ustedes, es una condena del bestialismo, que aparece en el mismo pasaje (Levítico 20:13).
"NI USTEDES harán esto, ni los extranjeros que habitan entre ustedes.
"Los cananeos fueron vomitados de la tierra que yo os he entregado.
"Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron;
"ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre."
Entonces, la condena, la pena de muerte establecida como forma de limitar esta práctica,
como una manera, también, de decirnos Dios, a través de su Ley: "Yo quiero un pueblo santo, un pueblo perfecto."
Tal es el propósito de la Ley de Moisés.
Por eso vemos sanciones que, hoy en día, parecen muy duras;
pero que, de acuerdo con el propósito de Dios, que era formarse un pueblo santo, son las sanciones adecuadas.
Entonces, sobre el travestismo, por ejemplo, hay algunas palabras en Deuteronomio 22:5.
"No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer;
"porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace."
Entonces, no solo está mal el sexo entre varones y el sexo entre mujeres,
sino que un hombre se presente con ropas de mujer, o una mujer con ropas de hombre,
es decir, el travestismo está también sancionado.
Y fíjense que la palabra "abominación" vuelve a aparecer, ¿no es cierto?
Es claro, digamos... Dios ataca todas las aristas que pueda haber del problema del homosexualismo,
para que no quede lugar a dudas, porque siempre se esgrimen estas cuestiones terminológicas, ¿no?
El "gay", "el gay es un concepto moderno",
o bien: "el homosexualismo es una palabra que no aparece en la Biblia".
Lo cual es cierto: la palabra "homosexual" no aparece en la Biblia.
Hay muchos términos, como "ecologismo", que tampoco aparecen en la Biblia.
Pero el concepto puede estar, sin embargo. Y, de hecho, sí aparece.
Entonces, Dios apunta a eso.
Ataca todas las aristas de la práctica homosexual para que ninguno tenga derecho a argüir que la Biblia deja lugar a dudas.
Vamos a ver algunas palabras que utiliza Dios para referirse a este asunto.
Cómo llama Dios a los homosexuales que se prostituyen...
Deuteronomio 23:17, dice:
"No haya ramera de entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel."
Fíjense: la palabra "sodomita". Queda claro, y aparece otras tantas veces...
¡Y tengan ustedes cuidado, porque están apareciendo nuevas traducciones bíblicas,
que intentan suprimir los términos que condenan el homosexualismo!
¡Ojo con eso! ¡Cuidado, porque hay una ofensiva muy fuerte, y desde muchos frentes,
a fin de adaptar el cristianismo al espíritu dominante en este mundo!
¡Cuidado con la Nueva Versión Internacional, especialmente, que incluye algunas picardías al respecto!
Dice, a continuación, Deuteronomio 23:18:
"No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por ningún voto;
"porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como lo otro."
O sea, tanto la ramera como el "perro".
"Perro" es una palabra que NO designa aquí, de ninguna manera, la prostitución sagrada, según algunos afirman.
En el Templo de Jerusalén no se ejercía la prostitución sagrada: eso ocurría en Babilonia...
La palabra "perro" quiere decir, en este contexto (y queda clarísimo), prostitución masculina.
Varones que se acuestan con varones, y cobran dinero por un "servicio ***".
Esto designa aquí la palabra "perro".
Entonces, ¡miren ustedes con qué término las Escrituras designan a los varones que practican la prostitución con otros varones!
Vamos a ver algunos casos de lo que fue la experiencia judía en relación con el homosexualismo.
1 Reyes 14:24, dice:
"Hubo también sodomitas en la tierra, e hicieron conforme a todas las abominaciones de las naciones que Jehová había echado delante de los hijos de Israel."
Otra vez la palabra "sodomitas", ¿no?
Usada simbólicamente, porque de acuerdo con el propio relato bíblico los sodomitas fueron exterminados hasta no quedar ni uno.
De manera tal que, cuando dice "sodomitas", el texto se refiere a su vicio,
a su mal espiritual, a su práctica, al espíritu que los domina.
No se está refiriendo, el texto, a un gentilicio:
no habla de los habitantes de Sodoma quienes, como decimos, habían sido ya aniquilados.
1 Reyes 15:11.
"El rey Asa hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre.
"Porque quitó del país a los sodomitas, y quitó todos los ídolos que sus padres habían hecho."
En el mismo sentido, también dice 1 Reyes 22:46:
"Barrió también de la tierra el resto de los sodomitas que había quedado en el tiempo de su padre Asa."
Este texto habla de un rey que vino después de Asa, ¿no es cierto?
Vemos la recurrencia de la palabra "sodomitas".
"Había sodomitas en Israel...",
y había reyes que se mostraban mucho más firmes en cuanto a la problemática y al modo de abordarla,
y otros reyes que contemporizaban un poquito más.
Como se hace ahora, ¿no?
"Ya que no se puede eliminar el problema, busquemos el modo de amalgamarnos con el problema, de convivir con el problema..."
Como alguien expresaba en estos días: "El modo de aceptar, de tolerar..."
- Palabras modernas que no dicen nada más que, sencillamente, "amigarnos, hacernos amigos..."
"firmar un armisticio con el flagelo, ya que no hemos podido derrotarlo."
Y ¿cuál es la postura de Jesucristo,
cuál es la postura del Nuevo Testamento, y que debemos seguir los cristianos con respecto a todo esto?
me preguntará alguno.
Y es la misma posición de Jesucristo ante la mujer samaritana, y ante la mujer adúltera de Juan capítulo 8:
Jesús no vino a cambiar la Ley. Jesús vino a cumplirla.
Lo que la Ley hace es denunciar el pecado, señalar el pecado en el hombre:
nos muestra la necesidad de un cambio y de la redención que solo puede traer la fe en Jesucristo.
Jesús, en los casos mencionados, dice: "Vete y no peques más."
Jesucristo siempre quiere perdonar y restaurar.
Pero nos llama al arrepentimiento y al cambio.
No a amalgamarnos; no a firmar un tratado de paz con el pecado.
Sino a derrotarlo en Su Nombre.
Y es algo que se puede hacer, por supuesto.
Esto solo es posible a través del amor de Dios, que nos abre la posibilidad del cambio por la fe.
No se trata de condenar a los pecadores.
Dios no nos envió a eso: para eso está el Diablo.
Sino a ofrecerles una nueva oportunidad.
Sin abandonar jamás nuestro repudio tajante y absoluto al pecado del homosexualismo y del lesbianismo.
¡Esto no se negocia!
Hay algunos pasajes en los que Pablo, también en el Nuevo Testamento, se refiere a la problemática del homosexualismo
Los leeré completos, para que sean tenidos en cuenta, dado que muchos dicen:
"¡No! El homosexualismo es una cuestión del Antiguo Testamento; en el Nuevo, las cosas cambian..."
1 Timoteo 1:9, dice así:
"Conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes,
"para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos,
"para los parricidas y matricidas, para los homicidas,
"para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores,
"para los mentirosos y perjuros,
"y para cuanto se oponga a la sana doctrina,
"según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado."
Entonces, en medio de todos los pecados que excluyen de la gracia y de la presencia de Dios, se encuentra también la ***ía.
1 Corintios 6:9, dice:
"¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios?
"No erréis - no se confundan -:
"ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros,
"ni los afeminados..."
O sea, las maneras afeminadas, el exterior de mujer en un varón...
"ni los que se echan con varones..."
O sea las prácticas homosexuales...
"ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios."
¡No heredarán!
Dios vino a sacar a la gente, de todas estas prácticas.
No vino para que negociemos con el pecado,
pensando que "el amor de Dios, tal vez, a pesar de todo, nos conceda vía franca para acceder al Cielo".
De ninguna manera:
¡a luchar contra ello, y a derrotarlo!
La visión apocalíptica de Lucas incluye un relato,
en el que se habla de un auge fenomenal del homosexualismo hacia los tiempos finales.
Dice así Lucas 17:28:
"Asimismo como sucedió en los días de Lot;
"comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;
"mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
"Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.
"En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos;
"y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot."
Los días de Lot, los días de Sodoma y Gomorra. Eso va a volver durante el tiempo del fin.
Entonces, Dios va a destruir, como destruyó Sodoma y Gomorra, al mundo entero,
el cual estará plenamente inmiscuido en esta clase de prácticas,
según lo anticipa, como vemos, el Evangelio de Lucas en su visión apocalíptica.
También Romanos, capítulo 1, como tuvimos ocasión de ver en otro momento,
nos proporciona un panorama de cómo era la Antigüedad Grecolatina,
respecto de la cual muchos sienten nostalgia y añoran su regreso:
¡Y sin ningún lugar a dudas regresará, al menos en lo que respecta a la moral *** de la gente!
Dice así Romanos, capítulo 1:
"Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;
"porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.
"Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo,
"siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
"Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias,
"sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido."
Parece una descripción de lo que es el pensamiento moderno y posmoderno, ¿no?
Dice: "Profesando ser sabios, se hicieron necios,
"y ellos cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
"Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones,
de modo que ellos deshonraron entre sí sus propios cuerpos..."
Esto muestra al homosexualismo como una consecuencia.
Además de ser una práctica que desagrada a Dios,
además de ser una práctica abominable
-la palabra "abominación" aparece también para describir al homosexualismo y el lesbianismo ante los ojos de Dios
- además de ser todo eso,
además de ser un pecado que excluye, según vimos, del Reino de los Cielos...
es una consecuencia.
Es consecuencia de que el hombre se ha divorciado de la relación con Dios,
ha dejado de glorificar a Dios,
se ha rehusado a dar a Dios el lugar que le corresponde: el primer lugar, el señorío sobre su vida.
En consecuencia, Dios entrega a las personas, "para que deshonren entre sí sus propios cuerpos..."
¿Qué significa esto?
Lisa y llanamente, que al no estar bajo el dominio de Dios, las personas quedan bajo el dominio de espíritus inmundos,
quienes son los que producen en las personas esta clase de ataduras de auto-deshonra.
Podemos también decir que, en la escala de la perversidad humana,
el peldaño inferior, el más bajo que se puede alcanzar,
es el de las perversidades sexuales.
Pues el ser humano perdió ya totalmente el sentido de la propia dignidad, y de su valor como ser humano;
de su propia honra como criatura de Dios.
Y se humilla de una manera hondísima, sin tener en cuenta siquiera eso.
Estando embotado su entendimiento hasta ese punto.
Continuamos leyendo el pasaje:
"Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador,
"el cual es bendito por los siglos. Amén.
"pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,
"y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer,
"se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres,
"y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
"Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen..."
... Que no nos convienen: que no conviene a uno, a cada uno...
"estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad;
"llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades..."
Parece como si leyéramos una página del periódico de hoy, ¿no?
"murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos,
"soberbios, altivos, inventores de males..."
Con una inventiva inagotable para hacer lo que no conviene...
"Desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;
"quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte..."
O sea: merecen la muerte. "Por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios..."
Sin Dios no hay vida.
Entonces, el que hace pecado, el que practica el pecado, "es digno de muerte..."
Y más en el caso de los pecados que enumeramos, de semejante gravedad, ¿no?
Dice: "No sólo hacen estas cosas, sino que también se complacen con los que las practican."
Entonces, estamos hablando de un grado tal de perversidad mental, que la persona no solo hace lo inconveniente,
sino que tiene una escala de valores invertida, pervertida,
cabeza abajo, patas para arriba:
de tal modo que aprueban cosas que están mal, en sí mismos,
y también en el resto de las personas los rodean.
Entonces se viene un tiempo, la Biblia lo anticipa claramente,
durante el cual las personas rechazarán totalmente los valores, la práctica y la ley que viene de parte de Dios,
y se volverán hacia maestros que halagarán sus concupiscencias,
como dice 2 Timoteo 4:2
- allí Pablo exhorta a Timoteo, quien era su discípulo, y a quien dirige su carta:
"Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
"redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
"Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír..."
- Sintiendo picazón, ardor, rechazo a que por sus oídos penetre la Palabra de Dios...
"Se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias [a sus propios malos deseos],
"y apartarán de la verdad el oído, y se volverán a las fábulas."
En la cultura de los tiempos finales, habrá un auge discursivo por todo lo que halague los malos deseos.
Se inventarán doctrinas, están siendo inventadas constantemente...
¡Desde hace siglos la Humanidad viene inventando doctrinas que justifiquen
lo que, ante los ojos de Dios, de ninguna manera tiene posibilidad de justificación!
Entonces, la "marea rosa" es una señal de los tiempos que vivimos.
¡Mentes reprobadas! La gente tiene una mente que aprueba lo malo y que desaprueba lo bueno.
Una mentalidad que rechaza la búsqueda de la santidad...
Una mentalidad que se vuelve hacia la mentira,
y que esconde la cabeza debajo de esos discursos engañosos que encubren una situación vergonzosa.
Una situación verdadera y realmente vergonzosa.
Como decimos, los cristianos no somos enemigos de los homosexuales.
¡Que no se confunda esta cuestión!
Somos enemigos del homosexualismo.
Los cristianos estamos para predicar, estamos para convertir a los incrédulos,
estamos para ayudar a las personas a salir de toda esclavitud, de todos los vicios.
Incluida la homosexualidad, entre todos los demás vicios.
Hablamos de un caso particular.
No es fácil aceptar los "no" de Dios.
Como por ejemplo, "no saltar al vacío", "no introducir los dedos en un tomacorriente",
"no mentir", "no robar", "no practicar ninguna clase de perversidad."
En una cultura que, como decimos, glorifica "la libertad como pretexto para hacer lo malo",
muchos de los "no" de Dios se están volviendo progresivamente incomprensibles.
Pero tales "no" de Dios, esas prohibiciones, esos mandamientos,
que dicen "no hagas tal cosa",
son para librarnos de la condenación eterna que Él no desea para ninguno de nosotros.
Por amor a los homosexuales, entonces, les decimos desde nuestro canal Apocalipsis Explicado:
"¡Salgan ya de ese pecado! ¡Sean libres de ese vicio!"
Cristo puede librarte.
"Si el Hijo del Hombre te da la libertad, serás verdaderamente libre."
Aférrate a esa palabra, sal de la "marea rosa".
Dios tiene para vos una vida en gran estilo.
Una vida en santidad y obediencia. "Sin santidad nadie verá a Dios."
Dios te mostrará, si le crees, una existencia que no podrás imaginarte con tu mentalidad racional,
porque está mucho más allá de lo pensable.