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En los años 30, escrito y documentado,
hablamos
todo el tiempo de Turismo Cultural.
Después
ésto abrió las puertas a que, a finales de los 80,
a raíz del primer estudio que hace Greg Richards sobre el turismo cultural en Europa,
por alguna crisis que había habido del petróleo, etc...
Se comienza a percibir el turismo cultural como una ayuda, una pátina, un complemento,
por si falla lo otro.
Si nos miramos la documentación de la época
veremos que solamente se habla de turismo todo el tiempo:
del número de personas que vienen, del número de personas que se van,
por qué medios vienen, por qué medios se van y qué gastan.
De lo que hacen durante el día
no tenemos ni idea.
Greg Richars hace este estudio y dice: "Mira,
el 15% de la población, digamos, europea,
viaja por motivos eminentemente culturales.
Del 30% al 40% de todos los turistas realizan alguna práctica cultural,"
entendido como visitas a museos, como el museo de historia, etc...
"Y un 5%- 6%
son
exclusivamente y no hacen nada más,
solamente viajan, miran y buscan el tema cultural,
entendido como, lo que es el mundo tradicional y también la cultura contemporánea,
lo que se está cociendo en aquel momento.
Creamos un focus group para la Generalitat, en el Institut Catalándel Patrimoni de Girona,
la conclusión final era que el turista cultural era aquel que consumía productos culturales
y que no había una tipología de persona que pudieras identificar como turista cultural,
por dos razones: primero porque, a lo largo de la vida, todos hacemos
turismo de sol y playa, turismo cultural, turismo rural, de ciudad, de compras,
turismo de copas y de borrachera y de todo
y, segundo, porque en un mismo viaje se hacen muchas cosas.
Se hace turismo cultural, pero también compras... lo llamaríamos Turismo Global.
Un turista que está haciendo turismo de sol y playa, un día le llueve,
y se va al museo y, automáticamente, porque le ha llovido y está aburrido y no sabe qué hacer,
se convierte en un turista cultural.
En general,
se nos sigue viendo como un destino de sol y playa.
Esto sigue siendo la parte fuerte.
Y cada vez que politicamente se ha intentado dar un cambio en este sentido,
los empresarios aprietan al gobierno: "nosotros somos el motor de la economia"
"nosotros aportamos el PIB" –que es verdad–
Si te vas a Italia o a Francia,
el empresario turistico hotelero
participa 100% de las actividades culturales que se hacen en ese lugar.
Es un promotor de la actividad cultural.
En Italia, las agencias de promocion turistica se llaman APIC.
La promocion empieza desde el momento en que se empieza a plantear el proyecto.
Esto es importante.
Los tiempos culturales y los turisticos no son los mismos,
Y esto el mundo cultural no lo sabe.
El mundo cultural siempre va con mucho retraso respecto a la promocion turistica.