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Es hora de entrenar. Comienza a correr! ... inspira, expira, inspira, expira... una vuelta... dos
vueltas. Controlando el tiempo... Han pasado varios minutos... ¿por qué voy mirando al
suelo? Uau! Debería mirar al frente. Pero antes quiero entender por qué corro
mirando al suelo. Está bien... voy a seguir por un momento y observaré que viene a mi
cabeza. Ayer desaparecieron mis perros y aun no han vuelto a casa. Neo, ha estado conmigo
casi desde que vine a vivir a esta casa. Recuerdo cuando lo traje en el coche, siendo un bebé
perrito, con su cabeza en mi mano durante todo el trayecto y mirándome con aquellos
ojos. Y Ahora se va, se separa ... Ahora elevo mi cabeza y abro un poco más
mi mundo, para tomar otra perspectiva, para ver las otras piezas del puzzle que encajan
con mi mirada al suelo, con una cierta tristeza y sentimiento de soledad. Me observo de nuevo...
parece que yo también me voy, en camino de dejar esta casa, de separarme de mi mujer,
de cambiar de trabajo, de comenzar una nueva vida...
Otro hogar, otras motivaciones, otros amigos y compañeros de viaje...
El cuadro parece más amplio que al principio. Parece ser un tema más grande visto con otra
perspectiva... Pero yo solo dejé de mirar al suelo!... para
mirar al frente, y a los lados!
Ahora puedo entender por qué corría mirando abajo. No es solo mirar abajo, es más, es
la forma en que corro, es la forma en que miro, es la forma en que vivo.