Tip:
Highlight text to annotate it
X
Lo más difícil para mí en mi vida, es el orgullo.
Simplemente me devora.
Estoy en un negocio de ego, donde quieres caminar por la calle, y quieres ser reconocido.
Estás lleno de ti mismo.
Tienes la oportunidad de ir a eventos deportivos. Con permiso,
ve que tengo que ir a hacer entrevistas.
Todo en mi trabajo se trata de ser el primero.
Exhibírselo a la gente.
Tú sabes todas las respuestas.
Y por lo que si me desinflas, me matas por dentro
porque yo no soy digno.
Yo no nací en este país.
Mis padres son rusos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, mi padre estaba en el ejército ruso.
Fue capturado por los alemanes.
Y conoció a mi madre en un campo para refugiados en el sur de Alemania después
de la Segunda Guerra Mundial.
En 1952, emigraron a los Estados Unidos.
Y pensar en eso y decir, ¿cómo se toma ese tipo de decisión?
¿Cómo decides que vas a abandonar un país,
para ir a otro mundo?
Bueno, yo soy un niño de cinco años de edad.
Tengo una hermana de siete años de edad, que era un poco mayor que yo.
Y nos subimos a un barco, y todavía recuerdo el olor del acero.
Era la cosa más grande que jamás había visto.
Y nos subimos a bordo y venimos para acá.
Era como una aventura para mí.
Y yo recuerdo cruzar al puerto de Nueva York, y fue
en junio, un día soleado.
Recuerdo haber visto la Estatua de la Libertad.
No tenía ni idea de lo que era, pero la vi, la miré.
Muchas personas estaban acostadas en el piso, y muchos estaban llorando.
Mi padre me dijo después, que era porque ellos estaban preocupados.
Es decir, ¿qué vas a hacer en este país?
Recuerdo que fui a la escuela en el kinder.
Yo volvía a casa llorando todos los días porque no sabía cómo hablar inglés,
y pensaba que los niños se reían de este niño
extranjero y tonto.
Mi mente estaba fuera de la ventana.
Mis padres seguido me decían, ¿Rudy, por qué no puedes obtener calificaciones
como tu hermana?
¿Por qué no puedes estudiar?
Y la educación era clave para ellos.
No todos nosotros, pero muchos de nosotros, una de dos cosas sucede.
Que entramos en los años formativos de la adolescencia y alguien,
para mí fue un entrenador o mis padres sin saberlo, me decían, ¿Qué
te pasa?
¡Nunca llegarás a nada!
O un entrenador ¡No puedes jugar para nada!
¡Tú no tienes agallas!
¿Qué te pasa?
No puedes entrar en el juego.
¡Traía a otra persona!
Y voom!
Se hunde dentro de ti.
O bien, si tienes suerte, alguien te dice, eres magnífico.
Matemáticas.
Y la música vuela de dentro ti.
Vas a ser grande algún día.
Y me di cuenta en este momento, no es que todos nosotros, pero hay muchos
de nosotros que hemos pasado el resto de nuestras vidas tratando de comprobar
que alguien tenía la razón, o comprobar que alguien se equivocó.
Creo que he tratado de comprobar que alguien está equivocado desde entonces.
Falle en la universidad después de un año.
No era lo suficientemente inteligente. Sin embargo,
entre en el ejército por cuatro años.
Regrese y tomé un curso de producción de radio.
Pensé que eso sería muy interesante.
Sabía que no sería lo suficientemente bueno para ser un atleta profesional, pero si pudiera
estar cerca de ellos trabajando en los medios de comunicación.
Terminé cuatro años de universidad en tres años.
Creo que, de nuevo, estaba tratando de comprobar que alguien se había equivocado.
Consigue un trabajo en Green Bay, Wisconsin.
Ni siquiera estaba en las noticias.
Ayudaba un poco.
Y después de un año, o un año y medio allí, el
director de deportes renuncio.
Y pensé, ooh
Estoy ganando ocho mil dólares al año.
Y ellos respondieron bueno, nos tomó por sorpresa.
¿Así, que, por qué no lo substituyes por un tiempo?
Y lo hice, y después de un mes le pidieron a un grupo de consultantes que me observara.
Y me llamaron a entrar a un cuarto, y estos dos muchachos se sentaron conmigo y dijeron
¿Rudy, por qué no te sales del reportaje?
Eres un buen tipo.
Tal vez ventas.
Simplemente no eres adecuado para el reportaje.
Boom.
Una vez más, no soy suficiente.
¿Qué te pasa, Rudy?
¿Por qué no puedes estudiar?
Todo este tipo de cosas dentro de mí.
Por lo tanto, yo no quería aceptar un no por respuesta.
Envié cintas de mí mismo, y uno de ellos llego a Nashville, Tennessee.
Y me contrataron.
Y pensé, esta es mi carrera.
Allí es donde voy a ir.
Es un poco divertido.
La gente te reconoce.
Yo tenía 31 años.
Estaba tan ocupado tratando de ser alguien.
Estaba casado, y no estaba pasando tiempo en casa.
Estaba tan ocupado que mi esposa y yo nos separamos.
Yo era demasiado inmaduro, o por cualquier razón.
Simplemente me destrozo.
Estaba conduciendo por la carretera un día, y golpeando el volante de mi coche
decía, Dios ayúdame.
Tengo 31 años y no he estado en la iglesia desde que tenía 18 años, porque
no quería estar cerca de cristianos falsos.
Y entro en un restaurante y este hombre se acerca a mí.
ni siquiera era de Nashville, pero él camina hasta llegar a mí, y
me mira.
Y dice, ¿estás bien,
te ves como que algo te preocupa?
Y yo digo, no, no.
Y él dijo, espera.
él se sentó y me habló de la esperanza.
Me habló de un Dios que me ama.
De Jesucristo, que murió por mí.
Estas cosas que yo había oído hace mucho tiempo.
Esas semillas que habían sido plantadas cuando yo estaba en la escuela primaria y en
la secundaria, nada de eso estaba vivo.
Pero de repente boom, me pego justo entre los ojos.
Dije, ¿qué es esto?
Dije, Dios, si eres de verdad, yo soy un reportero, vas a
tener que mostrarme.
Esto va a tener que ser una consistencia de tiempo.
Y, de repente, empecé a escuchar a otras personas.
Y empecé a mirar a otras personas.
Y mi vida empezó a cambiar.
Empecé a ver que la forma en que hago mi trabajo impacta a otras personas.
Que podría ser cínico.
Yo podría ser negativo.
Podría ser crítico, que está muy de moda ahora.
De alguna manera pensamos que las personas que son agresivas y lo saben todo,
que eso es una señal de inteligencia.
Y eso es mentira.
No funciona de esa manera.
No es la manera que Dios designio.
Y Dios empezó a hacerme mirar a los ojos de otras personas, y a escucharlos,
y me di cuenta de que impacto a miles de vidas por el espíritu con
el que hago mi trabajo en la televisión todos los días.
Me he dado cuenta de que entre más he crecido en Cristo, más mi vida es
diametralmente opuesta a lo que es considerado
exitoso en este oficio.
Y la gloria de tenerlo dentro de mí ahora, es que me he dado cuenta de mi
propósito es que este reportaje de deportes, y el trabajo que hago es un vehículo para
tocar las vidas de las personas con Su espíritu.
Él sabía que este niño inmigrante, que tropezaba en todo,
e hizo muchos errores tontos, que Él podía moldearlo, y formarlo, y hacerlo
pasar por cosas que él no quería pasar, pero que Él podía
usarlo al otro extremo de su vida en una manera que tocaría
la vidas de otras personas.
Mi nombre es Rudy Kalis.
Y Yo Soy Segundo.