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Kia ora y bienvenidos a Aotearoa, "la Tierra de la larga nube blanca",
como los maoríes llaman a Nueva Zelanda.
Las islas norte y sur del país están divididas por el estrecho de Cook.
De frente al estrecho está Wellington, la capital más al sur del mundo.
A la moderna Wellington se le conoce como la Capital Genial.
Es como si las frescas brisas trajeran oleadas de creatividad.
Wellington es hogar de menos de medio millón de personas,
así que no es la ciudad más habitada de Nueva Zelanda,
aunque sí es su capital política, cultural y culinaria.
El compacto centro de la ciudad parece aferrarse a las laderas boscosas que
penetran hasta la bahía.
Arte callejero creativo, tiendas de antigüedades, una cultura del café,
paisajes increíbles, museos espléndidos y un toque de tradición
le dan frescura a Wellington.
A los locales les apasiona por igual la liga de rugby
que sentarse a probar una taza de café o una cerveza local en la ribera.
Vital para el espíritu de esta mezcla urbana
es la herencia cultural de los maoríes.
Te Papa, el adorado Museo Nacional, muestra cómo estos valientes marineros
dejaron su legado en esta tierra preciosa entre los montes y el mar.
Contar la historia de Nueva Zelanda
es como voltear las páginas de un libro místico sobre una tierra lejana.
Es una historia de descubrimiento, corrientes oceánicas, cielos estrellados
y botes de madera navegando por el cinturón de fuego...
Primero llegaron los bravos maoríes, que cultivaron el país,
luego los holandeses, que lo bautizaron
y finalmente los ingleses, que lo ocuparon.
Aprende más sobre sus técnicas de navegación en el Observatorio Carter.
Ve y escucha cómo el resto de la historia de la capital se desarrolla
en el Museo de Ciudad Wellington y el Mar.
Continúa tu viaje por el tiempo por el centro de la ciudad:
una combinación única de estilos arquitectónicos.
Recorre el Parlamento neoclásico
y admira el Panal, un edificio icónico de la ciudad.
Desde Lambton Quay, aborda el histórico teleférico de Wellington
a la cima para visitar la original Winding House.
Admira los paisajes desde el exterior y después regresa sin prisa
por los senderos escénicos del Jardín Botánico.
Cuando se calman los vientos en Wellington,
los locales acuden a la ribera para tomar el sol.
Únete a la multitud para tomar vino o cerveza en el muelle
o camina por el bulevar de Bahía Oriental.
Lleva a tus niños a la playa o ve a pescar o navega en kayak en la bahía.
En la céntrica Cuba Street visita una librería o cafetería.
Camina hacia el elegante Ayuntamiento,
que ahora es una sala de conciertos y centro de visitantes.
El edificio es parte de la Plaza Cívica,
llena de obras de arte sorprendentes que incitan tu imaginación.
Por su habilidad como narradores,
los creativos locales le han dado fama mundial a la ciudad
en lo que respecta a música, literatura y películas.
"Wellywood" ha sido el set de películas taquilleras,
como Ávatar, King Kong y El Señor de los Anillos, de Sir Peter Jackson.
Conoce a algunos de los villanos locales
en el mini museo de Weta Workshop, en la península de Miramar.
Desde la ciudad, toma el autobús a Zealandia, un parque de conservación.
A ver si puedes observar a las raras aves Takahē y Kākā
y aprende más acerca de la flora especial del área.
Termina tu día con una cena elegante
y después ve a al centro y diviértete en algún bar o asiste a una obra de teatro.
Viaja al sur para sentir la legendaria hospitalidad de Wellington,
aire fresco y calidad de vida.
En la distante capital de Nueva Zelanda,
descubrirás magia y aventura dondequiera que vayas.