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Oh, tú sabes que la vida pasa como un gran suspiro y luchamos
deberíamos tirar las armas.
Vamos, hazme sartén, cocina bien busca madera que siga en el suspiro,
ya no pienses trae niños.
Ahora que todo está un poco más, algo te irás
y lentamente talvez la vida pasó jugando y no sé
a dónde fue mi valor, a dónde fue, fue mi valor.
¿Dónde has estado? Dímelo, dímelo...
En tu pensamiento hay un lugar a veces mío o ajeno
pero a la larga tantas veces es mío, porque aunque tú te vayas yo mañana entenderé
yendo al árbol, he vuelto y ahora cuando las palomas aniden
otra vez, cuando yo sea, perderme en el tren de la estación
qué voluntad he de seguir, y tú siempre que no sé
por qué elegirías a otro itinerante más, las lágrimas cayeron mientras la luna rosa
te ve y viene no sé, si estaremos a la altura
oh, a la altura oh...
Tú tienes una sonrisa que habla y dice cosas más extrañas y mágicas,
como la forma de sentir amor hacia los extraños
como yo, pintar un árbol para que siga pareciéndolo y nunca pueda volver,
y tú tienes la sangre al día la sangre al día,
primero me quedo aquí contigo antes que la fuerza me haga salir.
¿Dónde has estado? En el planeta la lluvia arrecia
y de noche yo sueño con los vuelos largos, después hago un café.
Princesa láctea, tu alergia a los gatos no se va a pesar que pasen tantos años.