Tip:
Highlight text to annotate it
X
Es cierto que me habéis visto con pantalones y golasen esas óperas de Mozart y Strauss.
Y supongo que es mi destino porque la música es fantástica,
¡y normalmente arraso!
Pero una se cansa de los malditos pantalones,
por eso aquí estoy para proclamar,si me dais la oportunidad,
de un vistazo veréis que…
Puedo ser una mujer sexy.Todas vuestras dudas desaparecerán.
Sé que estaréis de acuerdo conmigo. ¿Cómo, señor? Pues está muy claro.
Puedo ser una mujer sexy,¿por qué las mezzos no pueden lucir sus encantos?
Contestaréis: «Ahí están Carmen y Dalila».
Pues, ricura, no es suficiente. Porque yo… ("Voi che sapete" de Nozze di Figaro - para mezzo-soprano)
Sí, la música es brillante.
Hace que la gente se desmaye.
¡Me puedes cantar sus alabanzas hasta volverte loco!
Pero tú no tienes que esconder la cintura, ni apretarte los…(pechos)
Der Rosenkavalier, ¡eso sí que es cruel!
Para rechazar a Octavian habría que estar loca!
Pero al menos tengo que llevar vestido,cuando soy una chica, haciendo de un chico que hace de chica… ¡vaya lío!
Dejadme ser una mujer sexy ¡Estoy harta de besar chicas!
No os equivoquéis, no tengo ningún problema,
pero no es tan fantástico cuando eres soltera y hetero y quieres un poco de juerga.
¡Debería haberlo sabido! Haendel, ¿quién le hace sombra a esos papeles en pantalón que toda mezzo desea cantar?
Incluso con todos esos contratenores, ¿para qué?
Aunque todas amemos a David Daniels, ¡lo mismo daría que fuéramos cocker spaniels!
Supongo que tendré que rendirme,
pero no, no caeré en la trampa que habéis montado. No, alertaré a todas:
haré Tosca, podéis apostarlo, sólo bajadle un poquito el tono.
Y entonces seré una mujer sexy, es mi turno de lucirme.
Y ni me habléis de cierto nuevo papel que he estado haciendo,
porque todavía mataría al que dijo que podía hacer de monja.
¿Qué puedo decir?
no se puede resistir, ¡Cantaré Cherubino!, pero, de todas maneras, insisto,
puedo ser sexy, aunque pase de uno ochenta,
cantaré vuestros papeles en pantalones o acompañaré, incluso, a los bailarines, ¡qué demonios, cantaré lo que me echéis! �