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Manresa, año 1909.
Iglesia de monjas capuchinas.
¿Qué ha ocurrido?
¿Un incendio? ¿Una iglesia abandonada?
Y ahora, la fachada de esa iglesia.
Hay 4 hombres que andan por el recinto.
¿Y fuera?
¿Qué o quiénes están apoyados en los muros?
Parecen momias. ¿De dónde han salido?
Seguimos en Barcelona, año 1909.
En la calle Torrent de la Olla, la gente: hombres, mujeres y niños,
se apiñan delante de un ***ón de tranvía volcado.
En la calle del Ángel, lo mismo, pero sin tanta gente.
Los que están aguardan entre una muralla pequeña de ladrillos,
maderas y escaleras, y otra más consistente
que se divisa en el fondo de la calle.
Otra iglesia, ahora la de San Félix, en Sabadell,
y una más, la iglesia de San Juan de Gracia,
tienen las huellas del fuego en sus fachadas.
Barcelona, 1909.
En la calle de la Avellana, los niños parecen estar posando
y miran a la cámara, que ha conseguido plasmar
algunos de los acontecimientos más importantes que están ocurriendo
entre el 26 de julio y el 2 de agosto.
Nuestra exposición empieza con una serie del año 9
con los acontecimientos de la Semana Trágica de Barcelona.
Y termina en vísperas de la muerte de Brangulí con fotos de los años 40.
"Fue el fotógrafo más importante en Barcelona"
durante la primera mitad del siglo XX.
Desde comienzos de siglo, su primera foto publicada en el año 8 era
el cadáver de Mossèn Jacinto Verdaguer,
hasta el año 45 en que muere, fue el más importante fotógrafo catalán.
Josep Brangulí nació en Hospitalet de Llobregat en el año 1879.
Es el iniciador de una saga de fotógrafos
a la que se sumaron sus hijos, Joaquín y Xavier.
Gracias a una labor muy metódica, la familia Brangulí
logró conservar la mayor parte de su trabajo.
"Su archivo, que fue adquirido por la Generalitat de Cataluña
y está depositado en el Archivo Nacional de Cataluña,"
tiene más de 500 000 negativos que no se han visto hasta ahora.
El conjunto del archivo, porque las firmas las hicieron sus hijos,
ya fallecidos los dos, incluye más de un millón de negativos.
Casi 5 décadas en las que Barcelona aparece como un decorado
donde transcurre el devenir histórico y social.
Brangulí es una referencia imprescindible para observar
las transformaciones urbanas que se dieron en esta ciudad
a principios del siglo XX.
Podemos ver aquí uno de sus primeros trabajos que se llega a comparar,
una vez visto por expertos, con el trabajo de documentación de Hallett,
el mítico fotógrafo de los orígenes de París.
Brangulí hizo algo parecido.
Fotografió con carácter sistemático las viejas calles,
incluso los oficios, del barrio gótico de Barcelona
antes de que el trazado de la vía hiciese desaparecer esa ciudad.
Se ve muy bien el carácter seriado de distintas calles.
Parecen casi la misma.
Está documentando con carácter sistemático... esa ciudad vieja.
Esta fotografía es del año 11.
Nos está señalando los trabajos de explanación de la Vía Laietana.
Por eso lo hemos puesto en esta sala que da a la Gran Vía de Madrid.
"Porque fue una reforma urbanística muy parecida".
"Abrir avenidas... Un trazado urbanístico planificado".
Constatamos cómo, a principios del siglo, aún se utilizaban
los coches de caballos para cargar y descargar en las fábricas.
O cómo familias de trabajadores se apiñaban en un espacio reducido
y ejercían de sastras, madres y abuelas. Todo a la vez.
También existían otros espacios para coser ya en los años 30.
Como es el caso del Monte de Piedad, de la Madre de Dios de la Esperanza
o la sección de telares de la Casa Provincial de Caridad.
"Es muy importante que en España
recuperemos las imágenes de nuestra historia".
"Hemos visto muchas fotos de la Guerra Civil española
y pensamos que todo lo anterior es el pasado,
es el siglo XIX, es de época".
Comprender
que hubo hitos diferentes muy marcados en nuestras ciudades,
en los hábitos sociales, etc., es entender, en parte, nuestra historia.
Brangulí inició, de alguna manera, una nueva profesión:
la de reportero gráfico o fotoreportero.
La fotografía se empieza a entender como una nueva herramienta
para documentar la realidad.
"Las primeras décadas del siglo XX están consideradas"
como una Época de Oro de la fotografía.
Se empieza a disponer de cámaras portátiles,
las placas de cristal son sustituidas por celuloide,
empieza a haber prensa ilustrada donde se publican fotografías,...
Brangulí era hijo de un grabador.
Lo que publicaba su padre como ilustraciones eran grabados.
La novedad fue que se empezaran a publicar fotografías.
Las revistas ilustradas de la época que publican sus fotografías
desde el inicio de su carrera son: "¡Cu-Cut!", "La hormiga de oro",
"La ilustración española y americana"
o "Nuevo mundo" entre otras.
A partir de 1910, comienza su trabajo para la prensa diaria.
Destacando su colaboración con "La Vanguardia", "Diario de Barcelona",
"La Tribuna", "La Noche", "El Noticiero Universal"
y "Le Miroir du Monde".
Desde 1914, será el corresponsal de prensa española en Barcelona
publicando sus trabajos en "ABC", "Blanco y ***" y "Campeón".
Montaje ha intentado reconstruir una característica de Brangulí.
Era un fotógrafo muy sistemático que planificaba su trabajo
y que acostumbraba a realizarlo mediante series.
Series sobre un mismo acontecimiento o una idea que tenía.
Así vemos cómo trabajan en una fábrica de juguetes.
Mientras unos montan artesanalmente las piezas: coches, caballos,
otros se dedican a pintarlos.
Cada uno está absorto en su tarea dentro del taller.
¿Qué está ocurriendo fuera?
El periódico que está sobre la mesa delata la fecha.
"La Guerra Europea". Estamos en 1914.
Este es uno de los paneles más espectaculares
que reflejan ese carácter sistemático que tenían las fotos de Brangulí.
Él plantaba su cámara con una idea previa de qué quería reflejar.
Son edificios de construcciones.
Trabajó para muchas industrias, además de los medios de comunicación.
Trabajó para constructoras de barcos, cementeras, empresas de petróleo,
la compañía Telefónica, la compañía del Tranvía Municipal, etc.
De dichos encargos salieron estas fotos espectaculares
de las construcciones de barcos, como el Miró 3,
que fue el primer barco de cemento armado fabricado en España.
Astilleros de Malgrat de Mar, año 1917.
Brangulí trabajó también para Telefónica que,
sabiendo que era uno de los mejores, le encargó documentar
la creación de la compañía y la extensión del servicio telefónico.
La exposición arranca con unas fotos muy curiosas de Brangulí.
Son unas estereoscopias del edificio de la Gran Vía
y del edificio de Telefónica.
Él hizo una copia y las fusionó.
Las estereoscopias son estas fotos que se veían con unos binoculares,
con un visor doble para darle profundidad.
Al fusionarlas, da una visión insólita del rascacielos de Gran Vía.
Se parece al Flatiron de Nueva York.
Coge un ángulo irreal. La Gran Vía seguiría recta por aquí.
No existe este ángulo.
Pero él nos ofrece esa imagen en ángulo
del rascacielos de Gran Vía.
Esa óptica la utilizó también al fotografiar edificios industriales.
Como las de la fábrica de automóviles Hispano-Suiza
o la fábrica de cementos Fradera, en Sitges.
"Son de distintos tipos de factorías"
y tienen un carácter casi metafísico.
En todas ellas, sitúa la pequeña figura de una persona,
de un peatón, que le da la escala del edificio
y que nos permite darnos cuenta de cuál era el componente novedoso
de estos edificios.
Si los viésemos sin esa escala,
nos parecerían uno de tantos edificios industriales.
Eran como catedrales del desarrollo industrial
al que asiste Barcelona desde los años 10 y 20 hasta los años 30.
Barcelona se había convertido en uno de los focos pioneros
del desarrollo de la industria y el comercio.
En 1920, se organiza en Barcelona la primera feria oficial de muestras.
Numerosos stands de diversos comercios pueblan el recinto.
Stand de Hijos de Francisco Sans.
Stand de productos alimenticios envasados.
Stand de turismo Barcelona, Ciudad de Invierno.
Brangulí capta con su cámara también los momentos lúdicos,
las fiestas, la sociedad catalana.
Esta foto muestra el juego de la cucaña
en la Plaza Nueva de Barcelona.
Y esta, la función de guiñol en la terraza de un bar.
O la vida de los cafés en 1916.
En todos estos fotógrafos, sobre todo, en Brangulí,
hay algo como en los primeros cineastas,
cuando se dice: "¿Cómo podían tener ese clasicismo cuando empezaban?".
Eran los pioneros de esa explosión de la fotografía,
que hoy nos parece que inunda nuestro mundo.
Ellos fueron los primeros en dominar su oficio, sus objetivos,
sus lentes, sus revelados, etc.
Con esas cámaras más ligeras, los fotógrafos ganaron en movilidad.
Brangulí consiguió meterse allí donde ocurría la noticia.
Captó momentos inolvidables como las concentraciones de personas
en la plaza de Sant Jaume tras declararse la II República en 1931,
las primeras disputas tras las elecciones democráticas de 1936;
fotos de Lluís Companys, presidente de la Generalitat de Cataluña,
y de los consejeros amnistiados por la victoria del Frente Popular;
figuras como Enrique Líster, jefe de la undécima división
del Ejército de la República, captado en el momento del mitin
de Unidad de Acción Antifascista: Teatro Olympia, 1937;
fuerzas de la Columna italiana anarquista
y Brigadas Internacionales,
mítines contra el fascismo organizados por UGT y PSUC,
fotografías de checas habilitadas en el convento de Las Magdalenas,
bombardeos,
hombres con metralla, 1936;
soldados del Ejército Popular,
milicianos del Batallón de la Muerte,
entierros
y esta gente con el brazo en alto sobre el automóvil.
¿Qué celebran? Pues el final de la Guerra Civil con la toma de Madrid.
Esta foto fue tomada en el Paseo de Gracia en 1939.
Y ahora, ¿qué?
Brangulí murió en el año 45.
Alemania, en esos últimos años de la vida de Brangulí, está ganando.
En España, ha ganado Franco.
Por tanto, en todo el territorio nacional, y también en Cataluña,
asistimos a la presencia del fascismo.
Y eso tiene que ver con el oficio de Brangulí.
La mayoría de los medios de comunicación
han sido nacionalizados, han sido expropiados.
El oficio de periodista no se puede ejercer libremente,
hay que sindicarse, tener autorización
y una cierta obligación de cubrir los actos oficiales.
Como es el caso de esta fotografía tomada en 1941.
Niños harapientos saludan, brazo en alto,
al gobernador civil de Barcelona y jefe provincial del movimiento
en la fiesta mayor del barrio de Collblanc.
Esta otra, donde el ministro de Relaciones Extranjeras italiano
presencia el desfile celebrado en honor de su visita
a la ciudad de Barcelona en 1939.
Brangulí, en esos últimos años de vida,
siendo un catalanista y simpatizante de la Liga,
se ve realizando su trabajo en esas condiciones históricas
de esos primeros años 40. Y podemos ver imágenes insólitas.
No solo despliegues de la simbología del régimen franquista,
sino incluso de la presencia de los nazis
colaborando con el régimen franquista en esos años.
Esto es el paraninfo de la universidad de Barcelona.
Y estas esvásticas adornan una exposición de libros alemanes.
Las hay también en lo que es el edificio del Parlamento de Cataluña.
Unas gigantescas banderas nazis para acompañar
una exposición de arquitectura alemana.
Hay incluso unas fotos de un viaje bien peculiar
de Hitler, el lugarteniente de Hitler y jefe de la Gestapo.
Fue a Barcelona. Y hay una foto en el aeropuerto del Prat
saludando a todo un escuadrón de voluntarios, se supone.
Según nos han comentado historiadores de Cataluña en concreto,
el motivo de ese viaje no fue conocer Barcelona,
sino ir a conocer Montserrat.
En esa época, todavía pujante el nazismo,
antes de que se avecine la derrota,
Montserrat era uno de los lugares míticos
para ese mito también de la búsqueda del Santo Grial.
Un total de 305 fotografías.
Medio siglo visto a través de imágenes
que documentan distintos aspectos de nuestra historia más reciente.
Arte, política, sociedad, economía.
Esta exposición podrá visitarse hasta el 28 de febrero
en la sede de la Fundación Telefónica de Madrid.