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Lo lograron. Lo logramos. El Zamora ha salvado en Mieres su permanencia. Esta victoria supone
un balón de oxígeno para el club, que tiene por delante la oportunidad de mantenerse en
Segunda B.
Por delante tenemos nosotros la posibilidad y casi la obligación de volcarnos con un
equipo que intentará mantener la categoría. Un equipo netamente zamorano, con más de
la mitad de la plantilla proveniente de la cantera, que apuesta por los nuestros.
Un equipo que ha vivido un año muy complicado por la enfermedad de Agustín y por una situación
económica que hacen que sea casi un milagro que mantengan viva esta página de la pequeña
historia de Zamora.
El primer paso ya se ha dado, evitando el descenso directo. El Zamora lleva dieciséis
años en Segunda B. Atrás quedaron aquellos años en que la afición soñó con un ascenso
y en la memoria están estos cuatro años luchando para evitar el descenso.
Son sólo cuatro semanas, pero Zamora debe cerrar filas en torno a su equipo, apoyarles.
Que los jugadores sientan que tras sus colores rojiblancos siempre hay un corazón latiendo.
Lo que es bueno para la ciudad, es bueno para nosotros. Juntos podemos.