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.....los nuevos ricos conseguían la vieja respetabilidad
y los respetables conseguían el dinero, que era algo que siempre habían disfrutado
Naturalmente, el negocio era tal que se cerraron muchísimos tratos
y aparecieron los intermediarios: normalmente damas empobrecidas de alcurnia que arreglarían los acuerdos
El flujo de dólares resultante se podría reconocer en la balanza de pagos americana
si por entonces se calculara dicha balanza
Se calcula que en 1909 quinientas hijas de familias americanas se sacrificaron
por el apellido familiar
lo que implicó un gasto estimado de 220 millones de dólares
Los Churchill eran la familia inglesa más importante o una de las más importantes
Su palacio de Blenhem era una de las mayores mansiones inglesas,
su título, Marlboroguh, el más honorable de la historia británica
Todo se ajustó de un modo clásico
Los Vanderbilt eran gente distinguida gracias a sus barcos, sus ferrocarriles y su dinero
Los títulos de Marlborugh venían de los ejércitos, las guerras y las conquistas
De modo que era natural, casi inevitable, que el duque de Marlborough se casara con Consuelo Vanderbilt
Vanderbilt pagó una fote de dos millones y medio de dólares
y, en total, la relación con los Marlboroguh costó a los Vanderbilt diez millones de dólares
Pronto no habría apellido más impecable que Vanderbilt
y Marlborough, como se proponía el duque, mejoró muchísimo su solvencia
El otro servicio a los ricos procedía del Casino de Montecarlo
Se basaba en su extraordinaria eficiencia para hacer lo que más necesitaban los ricos
Anunciar la existencia de su riqueza
La sociología del juego no es un tema bien comprendido
La mayoría de la gente cree que los hombres y las mujeres juegan para ganar dinero
Sin duda mucho lo hacen
pero también hay algunos que juegan para perder dinero
En el siglo XIX esto era muy importante
Hombres y mujeres de la mejor clase,
aquellos cuyo juicio determinaba el rango social y la reputación de cualquiera, se reunían por las noches.
Ricamente acicalados pasaban junto a las mesas de salón en salón
Nunca hasta entonces había habido tal audiencia para el hombre que deseaba probar que tenía dinero para quemar
Como eran ricos, no podían perder
Si alguíen fundía diez o quince mil dólares, mostraba a todos que esa cantidad no era nada para él
y si ganaba, desde luego que no era una desgracia irreversible
¿Han mejorado los modales y la moral de los millonarios?
Es la pregunta que supongo que se harán ahora todos ustedes
Con respecto a los modales, no hay duda:
Si Vanderbilt, Jim Fisk, Jay Gould... se presentaran aquí, o incluso en Texas, serían considerados muy groseros
Sus formas se considerarían demasiado directas
Los hombres y las mujeres de hoy sentirían escalofríos al oir a Vanderbilt
decirle al público que está condenado
En nuestra época, en nuestros días, el depredador más despiadado debe presentarse a sí mismo como un benefactor público
tiene que hablar en términos grandilocuentes de su interés fundamental por la gente
Y si gana dinero es tan sólo porque esa es la naturaleza del sistema de libre empresa
Es obligatorio bañ*** regularmente y ningún gran empresario puede mascar tabaco.
En todos estos sentidos se han mejorado los modales del capitalismo moderno
En cuanto al progreso moral, uno tiene sus dudas
IOS, Iowa's, Robert Vesco, C. Arnolth Smith, Paulson, Hoffman, el fondo americano Real State
casi nadie juzgará que estos escándalos están muy lejos del caso del Erie
Pero el siglo XX no es el XIX. Los hombres de los que he hablado tenían los modales descarados de los millonarios de entonces
Pero yo creo que, en lo profundo de los corazones, encontramos los mismos impulsos en cada generación
Incluso las técnicas y formas de actuar siguen siendo más o menos las mismas
Pero las instituciones, el medio que rodea a los negocios, ha cambiado
El mundo del viejo capitalismo ha dado paso a la organización
el viejo capitalista no es el nuevo hombre de organización
En los próximos capítulos trataremos de las corporaciones, de su organización y de su fría gestión
Cualquier juicio moral, por parte suya o mía, debe posponerse hasta entonces, si debe ser hecho