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¡Qué maravilla!
Gracias.
De la selva, no obtenemos solamente nuestro sustento,
nuestra casa, nuestra farmacia,
sino que también obtenemos nuestra música.
Si quisiéramos aún mantener este estado de felicidad
y tener a la música como este elemento fundamental para la vida,
tenemos que mantener la selva.
Y mantener la selva es un deber de todos nosotros.
Yo soy músico y me especialicé en lutheria
y como humanista, empecé a darme cuenta
que abajo de la selva había muchas personas.
Yo me siento muy molesto con la miseria y la pobreza.
No me contento con esto.
Pienso que la transformación...
estamos hablando de una región, la región amazónica,
que en los siglos XIX y XX, representó el 40% del PBI nacional
solamente con un único árbol.
Teníamos una realidad diferente,
y esa realidad se fue transformando
conforme fuimos perdiendo las riquezas,
perdiendo el dominio sobre estas riquezas, destruyéndolas sin saberlo.
No hubo ni inversiones ni políticas públicas adecuadas
ni conocimiento suficiente para que poder haber realizado la transformación social y económica
de la vida de las personas que viven aquí
y que viven en un país que podría estar beneficiándose de todas estas riquezas.
Creo que la idea de haber construído el proyecto de la Oficina Escuela de Lutheria
pasa exactamente por esta perspectiva de estudiar, de investigar.
Tuve que usar el único arte que domino, que es la lutheria.
Este instrumento de aquí, todo construído con madera certificada de la Amazonia,
todos con maderas no comerciables,
maderas que están fuera del mercado.
Funcionan muy bien, ustedes lo vieron y se han dado cuenta.
Esto fue posible por los 20 años de investigación, hoy tiene 12 años.
Conseguimos, a lo largo de estos años, darnos cuenta de varios espacios vacíos
y, entre ellos, la cuestión de la ciencia y la tecnología.
Entonces buscamos asociaciones para identificar,
a través de los análisis comparativos de las propiedades físico-mecánicas,
las especies de la Amazonia que nos permitan construir instrumentos musicales.
En este caso, comparándolas con las tradicionales,
considerando que todas las especies disponibles, las tradicionales,
se encuentran en proceso de extinción.
Algún día, en unos días,
perderemos para siempre algunas de estas especies.
Pero, recordando un poco las palabras de Antonio Nobre,
y viendo aquella maravilla
que una selva brinda para el planeta y para toda la sociedad...
La sociedad no paga por la biodiversidad,
esto ha generado mucha destrucción,
esto ha generado mucha injusticia y violencia en la selva.
Esto nos ha causado muchos dolores.
Buscar una forma de valorar, si no se paga
y la sociedad sólo admite mantenerla se tiene valor, entonces,
vamos a tener que buscarle valor a esta selva.
Vamos a tener que construir valores, vamos a tener que agregar valores.
Considerando que tenemos una cantidad enorme...
estamos hablando de 20 millones de personas que están en la selva
y de estos 20 millones de personas, más de 8 están de hecho dentro de la selva.
Precisan estar incluídas, precisan ser ciudadanos de primera clase,
como nosotros, que somos ciudadanos urbanos.
No podemos admitir que la población que está en la selva
continúen siendo ciudadanos de tercera clase.
Tenemos que salir de esta forma de producir del siglo XIX,
y tenemos que buscar, llegar o aproximarnos al siglo XXI.
Tenemos un gran desafío con los cambios climáticos,
tenemos un gran desafío, no sólo el de mantener el equilibrio en nuestro ecosistema,
sino también el de mantener a las personas vivas,
tenemos que mantener la vida.
Esto requiere de políticas públicas adecuadas,
valorar el activo forestal.
Como les dije anteriormente, en el siglo pasado, una única especie,
un único individuo de la selva, colocaba a la Amazonia con el 40% del PBI nacional.
Esto es un sistema significativo. Lo hemos perdido.
Precisamos rescatar, hacer que tenga una política de uso,
que tenga reglamentos claros para que se pueda tener seguridad, estabilidad,
para que se pueda tener emprendedores capaces
y que puedan hacerse inversiones sustentables en la Amazonia.
Esto requiere de políticas, requiere de una sociedad involucrada.
Mi corazón está muy feliz por el hecho de poder estar hoy aquí.
Les confieso que soy uno de los hombres que buscan la felicidad.
Mi felicidad sólo se ve completa cuando todos nosotros estamos felices.
Estoy inmensamente feliz
de oír y ver a mis compañeros de trabajo, a mis alumnos, a mi profesor.
En toda esta felicidad, con ustedes aquí,
las grandes charlas que tuvimos hoy aquí…
Al mismo tiempo, todo esto tiene un lado muy triste
porque en este momento estamos con centenas y centenas de personas en las comunidades
Totalmente aisladas, sufriendo todo el impacto de esta gran sequía,
el impacto de los cambios climáticos que nosotros,
que nuestra acción humana, ha provocado.
Esto lo lamentamos profundamente.
La sociedad precisa reflexionar.
Lo que más me preocupa es,
que si vamos ahora para la ciudad de Manaus, aquí al lado,
al pueblo urbano no le importa mucho
lo que le está pasando a nuestras comunidades ribereñas.
Esto es malo, ésta es una señal muy negativa.
Pienso que hacer circular con calidad la información,
hacer que ésta circule con calidad,
es un deber de la sociedad, es nuestro deber.
Creo que es por eso que este evento
es extremadamente fundamental e importante, desde mi punto de vista,
porque puede ser un valioso instrumento
para que la sociedad pueda despertarse, para que pueda asumir su deber y papel,
que es la responsabilidad del mantenimiento,
la responsabilidad de guarnecer nos pertenece a todos.
No sólo a nosotros, que estamos en la Amazonia,
sino de todos nosotros que somos consumidores
de productos oriundos de la Amazonia, oriundos de la selva.
Todos tenemos que tener la preocupación de saber
cuál es la cadena productiva del producto que está en el mercado.
La sociedad tiene dominio sobre el mercado.
El mercado sólo tiene dominio sobre la sociedad cuando la sociedad es miope,
Cuando ésta no consigue medir
los costos de la reanudación de la plomada, cuando perdemos.
Hoy, tenemos legislaciones en la Amazonia,
después de luchar mucho dentro del movimiento social,
conseguimos crear una ley de gestión de selvas públicas,
que es una de las leyes más modernas del mundo
que posibilita la existencia de selvas públicas bajo el régimen de concesión
en el cual el emprendedor le paga al Estado por el recurso público.
Esto es nuevo, antes no pasaba.
Hoy tenemos estudios capaces de afirmar
que hoy una selva manejada le rinde al gobierno,
al gobierno del Estado, R$ 600 por hectárea,
mientras que una hectárea de soja le rinde R$ 300,
y la ganadería le rinde R$ 190.
Sabemos que las selvas en pie ya están empezando a tener una valorización.
La sociedad precisa apropiarse de eso
y reclamar por la cadena productiva limpia,
sin trabajo esclavo, sin trabajo infantil, sin la degradación forestal.
Este es nuestro deber.
El consumo es un acto político y nosotros somos consumidores
y precisamos asumir un papel de pro-actividad
en el sentido de hacer que esos recursos sean usados decentemente
por esta generación y puedan ser garantidos para las generaciones futuras.
Este es un papel que todos nosotros, músicos, ingenieros,
operarios, extractores, pescadores... todos nosotros, periodistas...
Todos tenemos que aportar nuestra pequeña cuota de contribución
en lo que se refiere al control de este proceso.
Creo que, la preocupación más grande que vemos hoy
dentro del proyecto y en la vida misma,
es poder tener inclusión social, dar la oportunidad, crear la oportunidad,
traer la información y diseminarla
y proteger y hacer un uso de manera sustentable de los recursos naturales.
Es el uso responsable lo que va a garantizar
que las futuras generaciones tengan el mismo derecho que tenemos nosotros.
Creo que es un mensaje muy simple, muy obvio.
No existen secretos al darnos cuenta
que tenemos que cambiar este comportamiento.
Aquí hay muchas cabezas maravillosas
que pueden ayudarnos a diseminar estas ideas
Para que podemos cambiar y dejar que las generaciones futuras
tengan el mismo derecho a la vida que tenemos hoy.
Gracias.