Tip:
Highlight text to annotate it
X
Hola, abuela. Soy Jenny. ¿Cómo estás?
Hace un día precioso.
Sí, ya se llevaron el último mueble. Parece tan vacío.
No, la cena es imposible. Debo estar en la clínica antes.
Sí, estaré allí a las ocho. Dale mi cariño al abuelo.
Creo que te sentirías mucho mejor si te levantaras, te lavaras y te vistieras.
En cualquier caso, deberíamos abrir las cortinas.
Aquí hace bastante calor.
La última vez que te vi tuvimos una buena conversación.
¿Qué pasa ahora?
Sabes que sé que estás fingiendo.
¿De qué sirve eso?
La frente...
La mejilla...
Los ojos...
La boca...
¡No María!
No debes hacer eso.
Pobre Jenny.
Pobre Jenny.
Pobre Jenny...
- ¡Jenny! - ¡Abuela!
Entra.
¡Cariño! Si supieras lo feliz que soy...
Lo sé, cariño.
El abuelo y yo te esperábamos con impaciencia.
¿Dónde está el abuelo?
Abuelo, ¿cómo estás?
Aquí estoy y me quedaré dos meses. Eric está en Chicago, en un congreso.
Acabamos de hablar por teléfono.
Dice que tendrá mucho que contarte cuando vuelva a casa otra vez.
Ven, te mostraré tu habitación.
Te pondré en tu viejo cuarto.
Es tranquilo, no te molestará nada.
No entra ningún ruido de la calle en verano.
- Oh abuela, no tenías por qué... - ¿Ves los muebles que tenías de joven?
Los he traído para ti. ¿Los reconoces?
Y tu viejo escritorio...
Debes decirme si hay algo que necesites. El abuelo y yo...
- estamos deseando que vengas. - Yo también.
Será mejor ir a tomar el té con el abuelo.
Él se impacienta si tiene que esperar.
¿Puedes ayudar al abuelo?
¿Y cómo está mi pequeña Anna?
Anna se fue a un campamento de equitación. Está enamorada...
de un chico tres años mayor, que ha estado...
contándole todo sobre la revolución mundial.
¿Está él también en el campamento de equitación?
Anna tiene 14 años...
- y puede cuidar de sí misma. - ¿Quieres azúcar en el té?
Sí, por favor. Tres terrones.
Oh abuela, has hecho bollos.
Y he estado pensando ponerme a dieta...
Eso es absurdo.
Bueno, después del campamento, Anna se quedará con un amigo.
Y ella no estará en casa hasta que empiece la escuela.
- ¿Y cuándo estará lista la nueva casa? - En agosto, espero.
El constructor lo prometió, pero nunca se sabe.
¿Y tú trabajas en el hospital todo el verano?
Sí.
¿Significa eso que no tendrás tiempo para descansar?
Eric y yo pensamos ir a Italia en octubre, pero ya veremos.
- ¿Qué tipo de sustitución es esa? - Estoy sustituyendo al médico jefe.
- Espero que esté bien pagado. - Gracias abuela, me pagan muy bien.
¿Eres feliz en el trabajo?
Soy feliz en cualquier parte.
- ¿Cómo va todo? - ¿Conmigo? Todo bien.
- ¿Hay algo mal entre Eric y tú? - ¡En absoluto!
- Bueno, algo va mal. - Solo estoy un poco cansada.
No me he repuesto de la gripe que tuve en primavera. Debo tomar vitaminas.
Vamos a decirle buenas noches al abuelo.
Al abuelo le gusta mirar esas viejas fotos.
Las mira durante horas.
Ese podría ser el verano de 1948.
Debe ser, porque Greta tiene un vientre abultado...
y Ragnar nació en Septiembre.
Había tantos de nosotros.
Y aquel maldito barco que siempre se estropeó cuando lo necesitamos.
Cómo odiaba aquel barco.
- Tú eras la niña de papá. - Había motivos para ello.
Buenas noches. Que duermas bien.
No mires las fotos mucho tiempo o comenzarán a dolerte los ojos.
Hace 20 años comprendí la brutalidad insondable en nuestros métodos...
y el fracaso total del psicoanálisis. No creo que podamos curar a una persona.
Una o dos se curarán a pesar de nuestros esfuerzos.
Creo que podré seguir con María un rato, si no te importa.
Tú eres el jefe. Al menos, por ahora.
Voy. Tengo almuerzo con el Ministro de Interior...
un incurable neurótico normal.
Adiós.
Y despídete de María por mí cuando termines.
Lo ideal sería antes de que Erneman vuelva de Australia.
Él da por hecho que esto es una fábrica donde los extremos deben tocarse...
y le gusta que se haga rotar a los lunáticos.
Por eso lo quieren tanto los políticos y le dejan viajar por todo el mundo...
difundiendo el evangelio.
A propósito, ¿vienes a la fiesta de mi esposa?
- ¿Y tú? - No. Va a revelar a su nuevo amante.
El joven Sr. Strömberg.
- ¿El actor? - El mismo.
Él es exactamente 26 años más joven que mi esposa.
Es todo muy conmovedor.
- Lo pienso, sin ironía. - ¿No es Strömberg...
Sí, pero Elisabeth ama a sus amigos también. Es como una madre para ellos.
Creo que voy a ir.
Dile que mi ***óstico para el joven Sr. Strömberg es malo y que yo...
a pesar de todo, la quiero.
¡Querida Jenny! ¡Por fin apareces!
- ¿Pensé que era a las cinco? - No, era a las dos.
Casi todos se han marchado.
Pasa. ¡Me alegra mucho verte!
Qué traje tan bonito tienes. Déjame ver...
es absolutamente maravilloso.
Estás muy guapa. ¡Luces muy bien!
Como me gusta verte. Entra.
¿Dónde está tu marido? Oh, cierto, está en América.
Este es Michael.
Estoy muy enamorada de él. En realidad.
Es muy bueno conmigo.
Y este es su mejor amigo, Ludvig.
Y que no le gusta que lo llamen: Ludde.
Vamos a ir a las Bahamas, los tres.
Y este es Tomas. Seguro que has oído hablar de él.
Viaja a países en vías de desarrollo, enseña a las chicas el uso de anticonceptivos.
Y él es el doctor más adorable del mundo si tienes problemas del corazón...
si sabes lo que quiero decir...
Y este...
¿Quién es? Michael, ¿recuerdas quién es?
No le molestemos. Está echando una pequeña siesta y la merece...
después de nuestra elocuencia de hace un rato.
El mío, ¡qué discurso fue! Y estas son un par de dulces muchachas,
...muy hábiles. Han abierto una pequeña tienda en la zona.
Creo que podríamos ofrecer a los chicos unas fresas.
¿No están fantásticas, con sus vestidos transparentes?
Imagínanos con esa ropa...
Imagínalo.
¿Eres feliz ahora?
Solo te digo esto a ti, porque lo comprendes.
- Desde luego, hay problemas. - ¿De verdad?
- ¡Salud! - Salud.
Michael muy es complicado. Casi me asusto de él a veces.
Y Ludvig es una mala semilla.
Pero en general, se podría decir que soy algo feliz.
¿Estás bien, Elisabeth?
Estoy agradecida.
Humildemente agradecida. No solo a causa de Michael.
Sino porque estoy a salvo y sana.
Y porque sé que son mis sentimientos y mis sensaciones,
y no hay ninguna separación entre mis experiencias y yo misma.
No importa, estoy divagando.
Casi te envidio.
Tenemos que marcharnos. Vamos al campo.
Lamento que te vayas ahora, pero gracias por venir.
Oh, me ha encantado.
- ¿Cómo estás? - Bien, ¿cómo estás tú?
Siempre estoy bien.
- ¿De qué hablamos ahora? - Tenemos un...
Lo siento.
- un excelente tema. - ¿De verdad?
Una paciente que resulta ser mi hermanastra.
Oh, María.
Exacto.
Parece inadecuado hablar de un paciente en este ambiente.
- No es necesario. - ¿Qué quieres decir?
Podríamos cenar juntos.
Hay un magnífico restaurante de pescado cerca.
- Yo... - Bien. Podemos ir en otra ocasión.
Estaré en la ciudad hasta finales de Agosto.
¿No podríamos ir al restaurante? Solo voy a hacer una llamada.
Si la oferta se mantiene, desde luego.
Hola, Martin. Gracias a Dios te encuentro. No puedo verte esta noche.
¿Qué? Sí, un paciente.
¿He encontrado a alguien que es más gracioso? Eres muy tonto.
No hay ninguna razón para tener celos entre nosotros.
Adiós.
¡Oh, Señor!
¿Entramos, o te aferras a tu impulso de escapar?
- Sirven un excelente lenguado. - Tengo bastante hambre.
Vamos a comer entonces, y veamos que pasa después. ¿Bien?
Bien
La casa se derrumba.
A veces pienso conseguir algo más moderno.
Cuando había una mujer en la casa, el jardín estaba bonito pero ahora es...
- ¿Qué te gustaría beber? - No bebo, gracias.
- ¿Estás bien? - Yo sí, ¿y tú?
- Estoy bien. Como siempre, debo decir. - Felicitaciones.
- ¿Café? - Quizás más tarde. ¿Tocas?
- No, mi mujer lo hacía. - ¿Ha muerto?
- Nos divorciamos hace un par de años. - ¿Fue tan acertado como todo lo demás?
El divorcio fue la cosa más acertada que hicimos.
Se supone que mi marido está fuera durante tres meses.
Lo sé, lo insinuaste durante la cena.
- En realidad lo echo de menos. - Desde luego.
Tengo un amante que no es ni la mitad de bueno. ¿Puedes entender esto?
En cierto modo.
¿Qué otras curas tienes para tu ansiedad de aquí y la de aquí?
Nos mudamos a una nueva casa este otoño.
- Qué bien. - ¿Te aburres?
No. Solo me preguntaba cuán hermosos son tus pechos.
Para mantener tu curiosidad, puedo decirle que son muy hermosos.
- Deberás conformarte con esa explicación. - Me interpretas mal, pero bueno.
- ¿Un cigarrillo? - No fumo.
Muy acertado.
De todos modos, me voy a casa. ¿Puedes llamar a un taxi?
Espera un momento.
- Estoy muy cansada. - Solo espera un momento.
Vamos.
¿No podemos ser amigos? No parece tan irónico, pienso.
¿Estás escuchando?
Claro.
Quiero saber cómo nos has imaginado empezando de aquí a tu dormitorio.
Cómo has calculado vencer la torpeza de estar desnudos.
Qué técnicas asombrosas usarás para satisfacerme a mí, y a ti mismo.
Qué exigencias tienes para mi actuación.
Qué avanzada e impulsiva me permites ser.
- Eres muy graciosa. - Muy mal, porque estoy seria.
También quiero saber cómo has previsto que acabe el sexo.
¿Tierna y suavemente?
¿Un cigarrillo encendido a la luz de la mañana?
¿Una conversación nerviosa sobre la próxima vez...
y cambiarnos los números de teléfono?
- Al menos puedo llevarte a casa. - No gracias. Tomaré un taxi.
Un taxi para Söderhamnsvägen 9, por favor.
Gracias.
Entonces adiós, Jenny.
Gracias por una agradable tarde. Espero que nos veamos de nuevo.
- Tal vez podríamos ir al cine. - O a un concierto.
Sería agradable.
- Te llamaré. - Tal vez yo te llame.
- Eso me sorprendería. - Llamaré sólo para sorprenderte.
- Qué penumbra. - Son casi las dos.
- ¿Estás correteando otra vez? - El reloj.
- Lo ajustamos bien anoche. - Se para.
- No lo hace. - Se retrasa.
Es como todos los otros relojes.
Pero si sigues haciendo el tonto con eso, seguro que se romperá.
No te llevaré a una residencia de ancianos.
Todo está en tu cabeza.
¿Me estás escuchando?
La vejez es el infierno.
Aquí, aquí. Siempre me tienes. Estoy siempre a tu lado.
- No estés tan nervioso. - Lo siento.
Ven y túmbate en mi cama.
Entonces dormirás mejor y te sentirás tranquilo.
Entonces simplemente roncaré.
Ya he dormido bastante.
Venga.
Te pondremos cómodo.
- ¿Dónde están mis zapatillas? - ¿Qué zapatillas?
- Las otras. - Están en el armario.
- Ya las busqué allí. - Sí, querido mío, las puse ahí.
Nunca encuentras nada.
- No seas tan obstinada. No están allí. - Sé que están allí.
¿Quién es?
¿A quién llamas?
Debo ir con María al hospital.
- ¿Hay tanta prisa? - Está inconsciente.
¿Estás segura que la drogamos?
- En cualquier caso debe ir al hospital. - Espera un minuto.
No hay necesidad de una ambulancia.
No temas. No haré nada.
Tengo una proposición: sales de aquí inmediatamente...
y luego llevaré a María conmigo.
- Escúchame. - No me interesa.
Te guste o no, la situación es esta:
María nos llamó ayer y quiso salir, entonces la recogimos.
De noche se puso enferma y comenzó a gritar...
preguntando por ti y pidiendo que la trajéramos contigo.
Te buscamos en la guía telefónica y la trajimos aquí.
Nadie abrió, así que nos colamos por la ventana del sótano.
Luego vimos que estaba todo vacío, llamamos al hospital...
y conseguimos tu número actual.
Ella es demasiado estrecha.
Algunos tienen que pagar por un polvo, ¿sabías eso?
Llama a la jodida ambulancia.
Soy la Doctora Isaksson de la clínica psiquiátrica.
Querría una ambulancia para Dennavägen 35. Sí, enseguida.
- No hablemos demasiado esta tarde. - Tú decides.
- Tú no lo entiendes. - No, la verdad.
Hay ciertos momentos en la vida por los que hay que pasar.
- ¿De verdad? - Ciertas horas, minutos.
- ¿Como ahora? - Tal vez.
De todos modos, agradezco que estemos juntos.
Necesitas una copa.
Nuestra última vez fue ridícula. ¿No crees?
Nunca he pensado que sea ridículo.
- ¿Tienes pastillas para dormir? - Desde luego. ¿Quieres una?
Sobre todo, querría que me dieras una doble dosis de esos somníferos.
- Tal vez dormiré el doble también. - ¿Y luego?
Luego me gustaría dormir aquí en tu cama, sin hacer el amor.
Sostendrías mi mano si fuera necesario...
¿Puedes hacer eso?
No bebas si vas a tomar somníferos.
0,5 mg de *** y dos Mogadons. Una buena combinación.
Lo uso yo mismo sin que después haya... efectos.
Tomo café fuerte por la mañana.
- ¿Cuándo quieres que te despierte? - Justo antes de las 7.
Debo estar en el hospital a las 8:30.
- Ven. - Tomas...
Si fuerzas las cosas para que sean como siempre...
serán como siempre. ¿No crees?
Así es como son para mí.
Me pasó algo muy peculiar.
Cuando vine para recoger a María el otro día...
había dos hombres en la casa. Uno de ellos trató de violarme.
Al principio me asustaron, luego pensé que era tonto.
Entonces...
¿Entonces?
Él tenía su cara apretada contra mi pecho.
Tenía la cara roja y trataba de entrar en mí.
Y de pronto, deseé mucho que él lo hiciera.
¿Es eso tan extraño?
No. Lo que fue extraño es que aun cuando yo quisiera, él no podía entrar en mí.
Todo estaba cerrado...
y seco.
Lo siento.
No sé...
Incorpórate.
Lo intento...
No lo entiendo.
Respira despacio. Toma una respiración profunda.
Así, así.
¡No quiero!
Quiero irme a casa. Pídeme un taxi. No quiero que me lleves a casa.
Ya está.
¿Debería llamar al doctor?
Ya hay médicos aquí...
Solo estoy cansada. Quiero irme a casa.
No me pasa nada. Quiero irme a casa y acostarme.
¿Cómo te sientes?
Mejor.
Tú di lo que quieras, pero yo conduciré a tu casa.
- Lamento ser tan estúpida. - Deberías descansar.
Mañana me sentiré estupenda. Luego voy a estar libre...
durante dos días.
La próxima vez hablaremos sólo de ti.
Ayer dormiste todo el día.
- Empezaba a preocuparme. - ¿Qué día es?
Son las 9 de la mañana del sábado. Llamé al hospital y les dije...
- que estabas enferma. - Dios, he dormido un día entero.
Te he hecho el desayuno.
Gracias.
Deberías beberte el café y comer un sándwich.
Lamentablemente no puedo quedarme en casa contigo.
El abuelo y yo somos invitados de los Egermans.
No puedo cancelarlo.
El abuelo está muy feliz de ir al campo...
- un par de días. - Puedo cuidar de mí misma.
¿Estás segura?
Debe ser domingo...
Tendría que levantarme y comer.
Es un sentimiento raro.
Al menos la ansiedad se ha ido.
Una cosa cada vez.
Un poco de comida.
Un paseo.
Un libro...
puede que una película.
Hola Tomas, soy Jenny.
Quería disculparme por la última vez.
Magnífico.
He pensado que podías llevarme al cine. ¿Qué te parece?