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En el caso brasileño, con la descentralización...
Algunos caminos son metodológicos: cómo encarar la cuestión.
Otros caminos son políticos.
Esas metodologías contribuyen para focalizar el programa.
Le llamamos foro intersectorial de gestión de condicionalidades.
Aparte de Latinoamérica, hay énfasis en África.
África puede aprender con esto,
para no repetir los errores de América Latina.
Consolidando su institucionalidad.
La familia como eje matriz de organización del sistema.
Garantizar un conjunto de oportunidades iguales.
La disminución de la pobreza
no correspondió a la caída de la desigualdad.
El hambre es un fenómeno político creado por el hombre, la sociedad.
Es fundamental, en especial en el campo de la economía,
que el Estado tenga capacidad de intervención.
Si los municipios reciben recursos públicos federales,
precisamos hacer un seguimiento de cómo los aplican.
¿Este programa hizo la diferencia en la vida de alguna persona?
Esa es la pregunta que queremos responder.
Las políticas de seguridad alimentaria-nutricional
y de desarrollo rural, en Brasil,
exigen, presuponen, un Estado fuerte.
Nuestro programa de alimentación escolar gratuita
es el mayor del mundo.
Son 45 millones de comidas por día.
Y hacer que las sociedades civiles de distintos países conversen
es fundamental.
INTRODUCCIÓN A LA PROTECCIÓN SOCIAL
La protección social abarca varios aspectos de la política social.
Clásicamente, engloba de un lado a la seguridad social
y por otro lado, más tradicional, engloba a la asistencia social.
Bolsa Familia no es una política residual.
Un modo fácil de acercar gobiernos africanos
a un discurso de protección social es vincular protección social
a mecanismos de inversión económica.
La relación entre crecimiento económico y protección social...
Creo que hay dos lados de ese debate.
Uno ve a la protección social como un gasto
y como algo que solo será pagable si el país crece.
Por otro lado, algunos dicen que el país solo logrará crecer
de una manera inclusiva, más homogénea y ecuánime
si, al mismo tiempo que se crece, se logra distribuir
los frutos del crecimiento de modo equitativo
y se logra atender prioritariamente
a las poblaciones más pobres y marginalizadas,
que estén al margen del proceso de crecimiento económico.
La tradición en América Latina es optar por programas
de transferencia de ingresos y pensiones sociales
que son mucho más fuertes que los de empleo asegurado.
En muchos países de América Latina,
las pensiones asistenciales vienen antes de otros modelos de pensión.
Los programas de transferencia condicionada de ingresos,
en América Latina, se volvieron muy populares entre los gobiernos
y entre las agencias internacionales.
Gran parte del optimismo de estas agencias
se debe a evaluaciones de impacto del programa,
que mostraron un impacto muy importante en diversos sentidos.
No solo un impacto del punto de vista
de los resultados o productos de esos programas.
También es un resultado en términos
de los rearreglos institucionales necesarios
para conseguir estos resultados.
Entonces, tenemos un cambio de la relación
entre el Estado y los ciudadanos beneficiados por estos programas.
Al hacer entrevistas, estudios cualitativos,
los beneficiarios de varios países de América Latina,
dicen: "Fue la primera vez que el Estado me vio."
Pero creo que África puede sacar lecciones de esto,
incluso para no reproducir errores que América Latina cometió.
Nos interesa, como estudiosos de la protección social,
su impacto en la caída de la desigualdad.
Según aumenta el salario mínimo,
el ingreso de los más pobres aumenta.
El acceso a Bolsa Familia es mayormente para los más pobres.
Cerca de 70% de los beneficios del Bolsa Familia
va para el 30% más pobre.
En un país que tiene ingresos muy bajos, donde, como dijiste,
casi todos son pobres, más aún si no es muy desigual
y principalmente si los instrumentos institucionales
para focalización no están presentes,
el argumento de un programa para todos
se vuelve un argumento muy fuerte.
Cuando se organizó un único registro, bajo un único ministerio
que lo implementaba, un conjunto único de reglas y todo eso,
se lograron más resultados.
Los detalles de implementación importan y deben ajustarse.
Para ello, es importante dar crédito al registro.
Nuestro estado de bienestar social es abarcador,
con muchas cosas positivas, pero es muy caro.
Gastamos un quinto del PIB en el estado de bienestar social.
Yo no intentaría justificar un sistema de protección social
con el argumento del crecimiento.
Lo justificaría con el argumento, que es el argumento original
de todos los sistemas de protección social,
el argumento humano: no es aceptable dejar a las personas
en la pobreza extrema, sin hacer nada.
Son tres las políticas de seguridad social en Brasil:
la política de previsión social, la de salud
y la de asistencia social.
La previsión social, más asociada al mercado contributivo,
al mercado de trabajo. Los derechos, los beneficios
son vinculados a la contribución al sistema de previsión.
Luego tenemos la salud como un segundo pilar,
que en Brasil es un sistema único universal, accesible
a toda nuestra población, que busca atender las demandas,
tanto de promoción y prevención,
y también cuidado de la salud.
La asistencia social tiene un mecanismo interesante
para coordinar acciones intergubernamentales:
son las comisiones intergestoras.
Estas comisiones existen en todos los estados
y en el gobierno federal.
La mayoría de los recursos federales
va para las familias más pobres.
Otros derechos se reconocieron luego de la Constitución.
Vale resaltar el caso del derecho a la alimentación,
una política muy fuerte del gobierno brasileño,
en especial en los últimos años,
por ejemplo con el Hambre Cero, que puso al tope de la agenda
el derecho a la alimentación.
Ese proceso culmina en 2010 con la enmienda de la Constitución
que ve a la alimentación como un derecho social.
El gran desafío es garantizar un conjunto de oportunidades
iguales para todas las personas, para todos los brasileños.
Aún queda mucho por avanzar, para de hecho garantizar
igualdad de condiciones para que cada uno pueda realizar su vida
de una manera más autónoma, más digna.
TRANSFERENCIA DE INGRESOS EN BRASIL: LA EXPERIENCIA DE BOLSA FAMÍLIA
El programa Bolsa Familia incorpora a sus objetivos
el foco en la familia. Entonces, en este diseño del Bolsa Familia,
se ve a la familia como un todo.
Y también integra otras posibilidades,
como poder trabajar la pobreza
en la perspectiva de generaciones futuras
y también acciones de desarrollo para las familias.
Ya se trabaja con metas por municipio.
El programa Bolsa Familia, según esa perspectiva,
fue construyendo sus mecanismos de gestión
llevando en cuenta la autonomía de ejecución de los municipios.
El costo es bastante elevado para las finanzas municipales,
así que el gobierno creó un aporte de recursos para los municipios.
La adhesión es voluntaria cuanto a compartir la gestión del programa,
pero hoy los 5.565 municipios han hecho esa opción.
La gestión intersectorial de políticas públicas
no es algo trivial, no es simple.
En los primeros momentos hubo una gran discusión
para poder definir de qué se encargaría
cada ministerio con relación a la gestión de esas políticas,
la responsabilidad que tendría cada uno y cómo normatizarlo.
Y creamos el foro intersectorial de gestión de condicionalidades.
Las reglas de selección del programa son bastante simples.
El municipio hace el registro único de las familias,
hace todo el registro, y con base en los ingresos declarados
de esas familias, hacemos el primer proceso de selección.
Tenemos una efectividad de retiros muy alta, de 97%.
Tenemos un calendario de pagos que las familias conocen,
donde están las fechas de pago para un año entero.
Bolsa Familia y el registro único se convirtieron
en plataforma de ejecución de políticas sociales.
Yo creo que hay un gran desafío,
que es lograr integrar las tres dimensiones:
el alivio inmediato a la pobreza, que es transferencia de ingresos,
contribuir al combate de la pobreza intergeneracional
y posibilitar el desarrollo de las familias.
Del punto de vista legal, la cuenta fue así, digamos...
Se cancelaron los programas cuando se creó el Bolsa Familia.
¿Qué significa esto?
No se admitirían nuevos ingresos de beneficiarios
en programas anteriores: Bolsa Escuela, Ayuda Gas,
Tarjeta Alimentación y Bolsa Alimentación.
Según el problema que uno considere más importante,
se parte de determinados valores,
se hace un diagnóstico y se recomienda una solución.
La transformación de un modelo de intervención en otro
tiene que ver con un proceso político, no administrativo.
Todo país pasará por lo que pasamos en grados diferentes,
que es tener un programa de carácter híbrido.
Lecciones: el tema de la sustentabilidad política
de estas iniciativas no puede subestimarse,
y no creo que lo haya sido.
Otra cosa importante del programa fue que estableció un proceso,
un modelo de gestión compartido
que, desde 2005 hasta el momento, se formalizó
y conseguimos dar incentivos para que los estados y municipios
se fortalezcan para la gestión del programa.
Si el país crece y sigue creando desigualdad,
debe haber un modo de tratar a la población que necesita
transferencia de ingresos para completar su presupuesto.
Crear un sistema de reajustes periódicos de esos beneficios,
instituir eso, institucionalizar ese sistema,
creo que tampoco está hecho.
Otra cosa que creo falta es ver qué tipo de cobertura existe
tanto del lado contributivo como del no contributivo
de la protección social y ver si hay sectores desatendidos.
El aprimoramiento de las condicionalidades
también me parece importante, es decir,
relacionarlas a las prioridades de educación y salud,
que van cambiando y uno tiene que ajustarse.
Por definición, vemos que depende de la coordinación del gobierno
y de la coordinación entre entes de la federación.
Las condicionalidades en el Bolsa Familia,
como en otros programas de transferencia condicionada,
también tiene un objetivo a largo plazo,
que es la ruptura de ese círculo vicioso, ¿verdad?,
de reproducción de la pobreza,
dirigido al desarrollo del capital humano.
Pero hay un aspecto muy importante para nosotros:
reforzar los temas de salud, educación y asistencia social
como derechos sociales.
Pese a la existencia de políticas universales,
sabemos que una parte de los beneficiados del programa
tiene más dificultad de acceder al servicio.
Brasil es un país muy grande, y tenemos una cuestión federativa
que es importante, y el programa es descentralizado,
la implementación es descentralizada.
Entonces, esto requiere una construcción...
Fue necesario construir una red, realmente.
Trabajamos con los estados que nos apoyan, los municipios,
también apoyados por los estados,
y, en verdad, dentro de cada una de estas esferas gubernamentales
tenemos una actuación que debe ser de cooperación,
debe ser intersectorial entre el área de asistencia social,
donde está el programa, de educación y de salud.
Esa red ha sido fundamental para que podamos
tener ese brazo operacional, que es esencial.
Esa proximidad de los municipios con las familias.
Pero sin sistemas de información,
que son la base del seguimiento, sería imposible.
El proceso de seguimiento empieza cuando enviamos
a los Ministerios de Salud o Educación
qué familias deben ser seguidas.
Falta de seguimiento no es incumplir.
Solo estaría incumpliendo la familia que accedió al servicio
y no quiso vacunar a su hijo o hacer el prenatal, por ejemplo.
En el caso brasileño, con la descentralización,
una implementación descentralizada,
esa cuestión de la coordinación intergubernamental
es algo que ocurre, pero no es trivial.
Pero sin duda, más difícil aún es el tema de la intersectorialidad.
Trabajar de forma intersectorial no es nada simple.
Sabemos que la condicionalidad recibe un bombardeo de críticas.
Veo que tiene un papel prometedor,
un papel importante en el tema de la intersectorialidad.
La transferencia de ingresos es fundamental pero no basta.
Habría que incorporar otras acciones...
Permite profundizar en el diagnóstico, en los territorios.
Observamos, por ejemplo, el tema del uso de drogas,
que es recurrente en todos los lugares.
El sistema nos lo muestra.
Bolsa Familia establece la necesidad de condicionalidades
en educación, para que las familias reciban el beneficio.
El monitoreo de condicionalidades
hecho por el Ministerio de Educación es muy complejo.
Se hace un seguimiento de la asistencia escolar.
Niños de 6 a 15 años
deben tener una asistencia escolar mensual mínima de 85%
y los adolescentes de 16 a 17 años
precisan tener una asistencia mínima mensual de 75%.
Recogemos datos en 5 períodos bimestrales por año.
Tenemos en promedio 98% de la información de asistencia.
Crear una institucionalidad, ¿verdad? O sea...
al ser una república federativa necesitamos un acuerdo federativo,
necesitamos que cada municipio brasileño,
y estamos hablando de 5.564 municipios,
que el secretario municipal de educación elija un responsable,
que llamamos "operador municipal de la asistencia escolar"
del programa Bolsa Familia, para ser la figura de referencia
del Ministerio en el municipio en cuanto al retorno,
calidad de información, plazos de asistencia escolar.
Tenemos la formalización de un compromiso
de municipios y estados, de brindar información.
Los niños con baja asistencia son una preocupación
para los ministerios de Educación y Desarrollo,
porque no deben abandonar los estudios.
Se tratan de niños en situación de vulnerabilidad y pobreza.
Hay una lista de motivos de baja asistencia,
relacionados a la educación o a un contexto social más amplio.
Sea cual sea la razón de la baja asistencia,
es necesario un seguimiento familiar.
Estamos tratando con la necesidad de diálogo,
que debe ser intersectorial.
Tenemos una base de seguimiento familiar potencialmente
muy interesante, muy rica,
que el registro único del Bolsa Familia permite
y que nos da esas condiciones, una vez que tenemos el compromiso,
la relación Estado-familias por el programa.
Un gran desafío del trabajo de condicionalidades
con el Ministerio de Educación
es garantizar que estos niños en situación de pobreza
o extrema pobreza, beneficiarios del programa,
concurran a la escuela todo el año.
REGISTRO ÚNICO: UNA HERRAMIENTA DE FOCALIZACIÓN
Los municipios son protagonistas en la gestión del registro único.
El registro contiene un formulario de recolección de datos
donde se identifica cada componente de la familia,
su relación de parentesco en ese núcleo familiar
y la descripción socioeconómica de cada componente de la familia.
Entonces, los municipios adhirieron al registro único
y al programa Bolsa Familia y se comprometieron
a inscribir en el registro único a toda familia de bajos ingresos.
Casi un tercio de la población brasileña más pobre o vulnerable
está inscripta en el registro único de programas sociales.
Se registran características del domicilio,
dónde vive la persona, si tiene acceso
al saneamiento básico, ingresos, nivel de escolaridad...
Eso permite que los tres niveles de la federación
hagan una mejor implementación de programas.
Con todos esos datos, el uso de este registro
no es solo del Ministerio de Desarrollo Social.
Las informaciones de este registro único son confidenciales
porque son datos de identificación de personas.
¿Qué metodología se utiliza para verificar
la condición de bajos ingresos de los inscriptos?
En Brasil, son los ingresos autodeclarados.
Todo esto contribuye para focalizar el programa,
desde una perspectiva de focalizar cómo llegar
al público que se debe llegar,
y no en una concepción más restrictiva
o de atender solo a los más pobres de los pobres.
No es así. Focalización en el sentido de hacer
que el poder público visualice las necesidades de la población
más pobre y vulnerable, que suele ser la población
con más dificultad en manifestar sus demandas
frente al poder público.
Por eso es que decimos, usando una metáfora,
que el registro, además de un mapa de pobreza,
es un poco una mirada. Representa la mirada, la voz y la acción.
Luego de ver y oír las demandas, el Estado debe actuar,
debe mejorar sus programas, volverlos cada vez más sinérgicos
y efectivos, para la construcción de un sistema de protección social
basado en la igualdad, la atención
y los derechos de todos los brasileños.
Nunca trabajamos con las familias para que estas consideren
siempre a Bolsa Familia como si fuera una muleta.
Es una escalera, les ofrecemos el Bolsa Familia
para que puedan emanciparse financieramente
y principalmente para que mejoren su autoestima, su dignidad.
Trabajamos para emancipar a las familias.
La selección de los beneficiarios la realiza el Ministerio.
Nosotros, los municipios, tenemos apenas
la obligación de transmitir los datos,
de informar la realidad familiar, mediante el sistema.
Les transmitimos y allí tienen una lista de prioridades,
que verificamos por la práctica, no por nada formal...
Verificamos que dan preferencia a familias que tienen más hijos
entre 0 y 15 años, discapacitados o personas mayores.
Tienen una lista de prioridades.
Trabajamos también concientizando a las familias
de la importancia de que sus hijos concurran a la escuela,
de concurrir al centro de salud para los controles de peso.
Trabajamos en la concientización, que todavía debe hacerse,
pero que logramos con bastante éxito.
Se trabaja mucho para que no haya deserciones.
En el primer bloqueo o advertencia,
buscamos a las familias, hacemos un seguimiento familiar
para ver por qué los niños están faltando a clases,
o las madres no llevan a sus hijos al médico,
o sus datos están desactualizados.
Se trabaja con el seguimiento de las familias, también.
SUAS SISTEMA ÚNICO DE ASISTENCIA SOCIAL
El gran cambio que el SUAS materializó, en el caso de Brasil,
es comprender que es necesario tener protección.
La protección, en el campo de la seguridad social brasileña,
se entiende no solo como protección para los pobres,
sino como protección a la situación de vulnerabilidad.
El primer tema fundamental para el SUAS, que es importantísimo,
es que el SUAS debe organizarse teniendo a la familia
como eje matriz de organización del sistema.
Este debe fortalecer
a las familias brasileñas en su carácter protector.
Un municipio precisa un centro de referencia de asistencia social
para que las familias beneficiarias
y las que necesitan los servicios lo tengan como referencia.
Nuestro mayor desafío es dar calidad al sistema,
exactamente para que podamos construir
un sistema de protección brasileño
con calidad en la gestión y en la oferta.
Otra lección importantísima es tener una gran estructura
de monitoreo y evaluación.
Que la secretaría de evaluación y gestión de informaciones
nos muestre, investigue, evalúe, monitoree,
nos muestre los indicadores, dónde nos equivocamos,
dónde acertamos,
dando visibilidad también a los aciertos.
En el caso del trabajo infantil,
el área de asistencia social
participa con la oferta de servicios y beneficios.
Las familias reciben transferencia de ingresos,
los niños entran a servicios de convivencia
y se hace un acompañamiento de las familias.
Pero solo el área de la asistencia social es poco
para enfrentar y erradicar el trabajo infantil.
Debe existir una articulación muy fuerte entre las políticas,
principalmente con las políticas del Ministerio de Trabajo,
en la fiscalización, el control, la educación...
El SUAS es muy importante por eso.
Logra colocar en todos los municipios brasileños
la presencia real de la asistencia social,
porque solo la salud no será suficiente.
Jennifer, hasta los 8 años,
se atendía en el puesto de salud.
Todos los meses iba a consultar con el médico.
Les compro los materiales.
Con lo que sobra les compro ropa. Calzados...
Porque lo que yo gano, con mi salario, es para comer.
Son los gastos de la casa.
Me falta terminar mis estudios, porque también volví a estudiar.
Curso primer año de enseñanza media.
Mi hija está terminando este año,
y mi deseo es que ella pueda ir a la universidad.
Entonces, para eso también ahorro de mi salario,
para ver si logro pagarle la universidad.
Yo soy padre y madre de mis hijos.
Este es mi hijo Daniel. El otro es Gabriel.
Él tiene 7 meses y el otro, 2 años y 7 meses. Yo tengo 18.
Generalmente compramos cosas para los niños.
Cuando no alcanza dentro de casa también ayudamos.
Me sirve para comprarles cosas a los niños.
Mi sueño es tener mi propia casa...
y seguir adelante, gracias a Dios, si él nos ayuda.
Bolsa familia son 90 reales. Le doy 30,
y con los 60 compro cosas para la casa.
Hacemos muchas actividades,
como capoeira, fútbol, básquet, natación, ballet.
Pero de lo que más participo es danza.
SEGURIDAD ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL Y AGRICULTURA FAMILIAR
Protección social es estar protegido contra el hambre.
Esta es una formulación importante, que existe,
y nos remite también al campo de los derechos.
Entonces, podría decirse que estar protegido contra el hambre
es un derecho humano.
En esta concepción, la seguridad alimentaria nacional
fue gradualmente elevada
a la condición de un objetivo estratégico,
orientador del desarrollo.
La conexión es directa.
Una concepción así de seguridad alimentaria
no se satisface por haber disponibilidad de alimentos.
Usamos el enfoque de la seguridad alimentaria
para cuestionar el modelo agrícola.
¿Quién dice que haber comida en los supermercados
y no haber carestía es seguridad alimentaria?
¿Qué comes? ¿Qué compras?
Es más, ¿todos están logrando comer?
¿Dónde está el mercado que resolvió esto?
¡Y el hambre crece en el mundo!
Legitimar instrumentos de impulso al acceso a la alimentación
para quienes no acceden a la alimentación por medio propio.
Me refiero a transferencia de ingresos, alimentación escolar,
y eventualmente a otros instrumentos existentes.
Son aquellos que favorecen el acceso a la alimentación
para los que no logran hacerlo autónomamente.
Nuestro programa de alimentación gratuito
es el mayor del mundo.
Son 45 millones de comidas por día.
Los estudios muestran que, para un gran porcentaje de esos niños,
esta es la más importante, a veces la única, comida del día.
Los resultados comienzan a aparecer.
El censo muestra un aumento de los centros.
Debe haber disminuido el ritmo del éxodo rural.
Los agricultores familiares encuentran más espacio
para vivir en el campo, de forma más digna.
Nuestras políticas alimentarias
se caracterizan por la intersectorialidad
y la participación social.
¿Qué queremos decir con intersectorialidad?
La condición alimentaria y nutricional del individuo,
las familias y grupos sociales, tiene múltiples determinantes.
Si hay múltiples determinantes, debemos tratarlos
del modo más integrado posible,
o sea, con políticas intersectoriales.
El hambre es un fenómeno político creado por el hombre, la sociedad.
El hambre tiene que ser políticamente deconstruida.
La política pública es política de inversión,
no es costo.
Constituir un sistema nacional de seguridad alimentaria
fue decidido en la 3ª Conferencia Nacional de Seguridad Alimenticia.
El hambre es multicausal.
Varias causas materializan este fenómeno político.
Del mismo modo, varias acciones multisectoriales deben combatirla.
Brasil tiene más de 4 millones 300 mil
establecimientos agrícolas en régimen de agricultura familiar.
Tenemos el PA, un programa de adquisición
de alimentos de la agricultura familiar, que es hermoso.
Combina el fortalecimiento...
La producción de alimento saludable
por familias, agricultores familiares tradicionales,
al mismo tiempo que abastece nuestra red de protección social.
Entendemos que el derecho al agua es un derecho fundamental.
Se confunde con el derecho a la alimentación adecuada,
el derecho a la vida.
Las estrategias políticas
solo logran volverse sustentables, permanentes,
con la presencia de las organizaciones,
de los actores sociales directamente involucrados.
Adoptamos un modo de intervenir en el territorio
con las políticas territoriales.
Aprendemos a transformar proyectos pequeños,
que pueden resolver y enfrentar distintos problemas,
sacándolos de la escala pequeña.
Y definitivamente terminar de confirmar
ese nuevo paradigma que Brasil creó.
Tal vez sea esta la mayor lección aprendida.
A partir del derecho asegurado
a la ciudadanía, como alimentación,
agua, salud, educación, servicios públicos...
A partir de allí, posibilitar
un desarrollo pleno, integral
de las comunidades, las regiones, el territorio.
Un país que no cuide frecuencia y calidad de sus alimentos,
además de problemas de desabastecimiento
tendrá un proceso inflacionario.
El programa de alimentación está vinculado
al Ministerio de Desarrollo Social.
El recurso es del Ministerio de Desarrollo Social,
que compra a la agricultura familiar
y reparte a la población en seguridad alimentaria.
Un país, para trabajar con crédito rural,
debe ocuparse de la fuente de recursos.
Para el crédito debe existir un seguimiento
o se convierte en endeudamiento.
Hay que rearmar un sistema de extensión rural
y asistencia técnica.
Se recreó este sistema de extensión.
Los gobernadores de los 27 estados recrearon las estructuras
o contrataron, revitalizaron...
Las ONG tienen una presencia muy grande,
es un tejido social muy complejo, bastante presente
en focos de pobreza,
en temas como agroecología y la Amazonia.
Al gobierno le interesa traer esa complejidad
de organismos estatales, ONG, para operar el crédito rural
con su complejidad.
La agricultura brasileña es compleja, plural.
Logramos una conquista: mostrar que lo rural es algo más grande
que simplemente un espacio de trabajo.
Tenemos que ver a lo rural como espacio de vida.
Sin una estrategia muy bien montada,
habrá primero problemas de abastecimiento.
Esto es algo que afecta a todos los países.
Segundo, una política monetaria con problemas: inflación.
El tema medioambiental atrae la mayor atención,
y así será durante 5 o 6 años de debate público.
No tienen sentido políticas que beneficien a unos pocos.
Eso de la oportunidad-capacidad,
es muy importante que las políticas lleguen.
El sector de crédito tiene un diseño diferente.
Pero aún es microcrédito.
Como en Bangladesh, la India...
Esto es un capítulo importante, porque te conectas con el mundo
de la política monetaria, de las economías globalizadas.
Sin políticas, no modificas el tema de la pobreza.
De nada sirve movilizar a los pobres, darles sus derechos,
sin oferta de políticas públicas.
La seguridad alimentaria, desde nuestra lógica de trabajo,
es vista como una estrategia de desarrollo.
Por lo tanto, establece una relación directa
con lo que buscamos para lo rural en Brasil.
El Estado, considerado como un ente que reúne
los diversos intereses de la sociedad,
es fundamental, en especial en el campo de la economía,
que el Estado tenga capacidad de intervención.
En ese sentido, son fundamentales las instituciones públicas,
que efectivamente hagan ese proceso de regulación,
de intermediación.
Eso hace que tengamos que crear una nueva metodología de trabajo
y una capacidad de interlocución política bastante diferenciada.
Una cosa es trabajar con productos como el maíz o arroz,
productos que son... commodities, digamos.
Con la agricultura familiar campesina
tenemos que hacer todo un trabajo,
desde llevar la información, interactuar en la capacitación
de estos grupos, para que logren acceder a las políticas públicas.
Por eso, hubo un cambio muy significativo.
El reconocimiento institucional de la sociedad,
en especial hacia este sector,
creo que es el gran saldo positivo de este proceso.
El tema seguridad alimentaria
trae enormes desafíos y es muy pedagógico,
en el sentido de permitir comenzar a intentar establecer
relaciones intersectoriales, interdisciplinarias
e interinstitucionales.
Tal vez este sea el principal avance:
lograr ubicar a la alimentación,
gracias a una enmienda constitucional,
como un derecho humano.
Algo que conduce esto hacia otro nivel,
y a partir de allí, tenemos condiciones efectivas
de hacer que el alimento, la alimentación,
se ubique en el mismo nivel que la salud,
la educación, la vivienda...
La seguridad alimentaria tiene un contexto interesante
en el sentido que trae
una concepción multidimensional del concepto.
Por ser multidimensional, debemos tratarla también
de una forma multisectorial.
Seguridad alimentaria-nutricional no es solo producir alimentos,
no se resume al acceso a los alimentos.
Incluye a varios otros sectores como salud, educación,
acceso al agua, saneamiento y transferencia de ingresos.
Todo esto necesita un diálogo entre los sectores del gobierno.
En cuanto a la relación entre seguridad alimentaria
y desarrollo rural, creo que Brasil
tiene cosas interesantes para compartir.
Llamaría la atención particularmente sobre la relación
entre apoyo a la producción de alimentos
y el acceso a estos, conjuntamente.
Algo que aprendimos
y comenzamos a trabajar de forma más fuerte
es que el contexto de la reforma agraria no se resume
a la redistribución de tierras.
Comienza, tal vez, con la redistribución de tierras.
Y desde ahí es necesario un cuadro de apoyo con programas.
El apoyo público a la construcción de ese espacio
que esas nuevas personas están ocupando.
Que se vuelvan espacios de producción,
un espacio de interacción social, que pueda ser sustentable.
Las políticas de seguridad alimentaria-nutricional
y de desarrollo rural, en Brasil,
exigen, presuponen, un Estado fuerte.
Un Estado que tenga capacidad institucional fuerte,
que tenga una capacidad de financiamiento fuerte.
No solo en términos de tamaño del presupuesto público,
sino de las instituciones financieras que haya en el país,
y que puedan ser usadas para crédito o para establecer
ese puente entre las instituciones financieras
y las poblaciones rurales.
La capacidad del Estado de responder y actuar,
en estas áreas, puede ser limitada en otros países.
Eso no quiere decir que no podamos compartir estos programas.
Pero el interés del país que desee hacer este intercambio con Brasil
en fortalecer sus instituciones públicas,
y la capacidad de ese país de fortalecerlas
deben ser cuidadosamente analizados y tomados en cuenta.
MONITOREO Y EVALUACIÓN
La primera afirmación más incisiva para hacer
es justamente que evaluar y monitorear
no tienen nada que ver con fiscalizar.
Evaluar y monitorear son una oportunidad
de dar un nivel de transparencia nunca muy definido
en la gestión pública federal,
sobre los programas, servicios, proyectos y beneficios
del área social de Brasil.
Cuando la gestión pública opera orientada a resultados,
no podemos tener resultados si no evaluamos ni monitoreamos.
La secretaría de evaluación y gestión de información
es la estructura que sostiene las acciones
de evaluación y monitoreo.
Es muy necesario tener cautela y tener claridad.
¿Para qué los indicadores? ¿Por qué indicadores?
Más que definir qué es un indicador,
es importante
definir qué queremos de ellos,
para qué servirán.
Aquí desarrollamos herramientas informáticas que apoyan justamente
la evaluación y el monitoreo, además del área de capacitación.
Entonces, estos sistemas de información producen datos
que se transforman en información
para la evaluación, toma de decisiones de gestores,
corrección de rumbo, aumento de programas,
para el tema de la transparencia pública
y para apostar más a la gestión siempre orientada a resultados.
Una de las lecciones aprendidas en este ámbito fue organizar
a la Secretaría de Evaluación y Gestión de la Información,
con objetivos muy claros.
El departamento de evaluación, el departamento de monitoreo,
el departamento de gestión de la información
y el departamento de formación y diseminación.
¿Cuál es el principal desafío de la SAGI?
Continuar con el trabajo que comenzó,
consolidando su institucionalidad.
Nuestro desafío es dejar el legado institucional
de una secretaría como esta, para que crezca
en el sentido de actuación integral o articulada
con otros institutos de investigación, de evaluación
que tenemos en Brasil, desde una perspectiva gubernamental
pero sin estar cerrada en sí mismo.
La protección social, desde nuestro punto de vista,
implica más que la transferencia de ingresos,
ya sea condicionada o no.
Involucra un conjunto bastante razonable de acciones, servicios
vinculados a la asistencia social
y a la seguridad alimentaria y nutricional.
Una de esas acciones es ofrecerle agua a las personas,
garantizarle a la gente de la región semi-árida
el agua en dos momentos: el agua de beber y el de comer,
destinada al fortalecimiento de la producción agroecológica.
Tuvimos algunos resultados y éxitos importantes,
que vale la pena mencionar, para animar a los colegas africanos
a definir la importancia del área de evaluación y monitoreo.
¿Cuál sería? Fortalecer la gestión del programa,
eventualmente permitiendo que este se reoriente,
si no estuviera implementado como debería.
O que se fortalezca y siga su camino,
si la implementación fuera adecuada.
Ya tuvimos algunas experiencias muy exitosas.
Quisiera mencionar, por ejemplo, la evaluación de un proyecto
que se llamaba "Agente Joven".
Era destinado a adolescentes de 15 a 17 años de edad.
Los resultados de esa evaluación fueron absolutamente decisivos
para que el proyecto "Agente Joven"
se volviera el "Projoven Adolescente".
Tenemos esta gran experiencia, que me gusta citar como ejemplo
de por qué continuar evaluando, de por qué fortalecer la gestión
también con resultados de la evaluación.
A veces, hasta fallas o problemas que se detectan en el programa
serán valiosos para transformarlo en un programa aún mejor.
A veces, lo opuesto. Se descubren cosas que no esperábamos
y que fortalecen aún más el trabajo de un área social.
Debemos pensar en las fases de implementación de un programa.
Desde el momento de la planificación,
cuando estamos pensando en el programa,
ya debemos considerar cómo haremos el seguimiento del programa
y tenemos que pensar cómo podremos evaluar
si lo que estamos planificando,
si los objetivos se están alcanzando.
Y también para poder reconocer o identificar cuellos de botella,
cuáles son las fallas que tenemos en la implementación.
Cuando hablamos en evaluar el impacto, en realidad decimos:
¿este programa hizo la diferencia en la vida de alguna persona?
Esa es la pregunta que queremos responder.
¿Qué impacto tuvo ese programa en la vida de esa persona?
En especial, cuando hablamos de impacto,
pensamos en el impacto de aquellos objetivos
que el programa se propuso.
Otro resultado que surgió, que consideré muy interesante,
fue el padrón de consumo de esas familias.
Porque sabemos que, si la familia tiene muy bajos ingresos,
una gran parte del presupuesto familiar va para la alimentación.
Comenzamos a notar que, entre las familias beneficiadas,
ya hay una mayor diversificación.
Las mujeres toman más decisiones que los maridos
en relación con algunos productos de consumo, qué comprar,
y sobre decisiones de educación y salud de los hijos,
y decisiones sobre tener hijos o no.
Y quién debe o no trabajar.
O sea, muestra un empoderamiento de la mujer
con relación a las decisiones intrafamiliares.
Si los municipios reciben recursos públicos federales,
y básicamente todos los municipios reciben recursos,
en la medida que reciben este dinero federal,
precisamos hacer un seguimiento de cómo lo aplican.
Visitamos las casas de los beneficiarios del Bolsa Familia
para verificar si los beneficiarios de hecho
están recibiendo los recursos.
Cualquier ciudadano, sin necesidad de contraseña,
de cualquier computadora, en cualquier lugar del mundo,
puede hoy ingresar al portal de transparencia
y verificar cómo se está gastando cada centavo del gobierno federal.
El control no le corresponde solo al Estado,
no solo los organismos de control deben y pueden fiscalizar.
Si la sociedad no participa, no lograremos garantizar
el buen uso del dinero público.
Sabemos que no es fácil, primero, comprometer a la sociedad,
segundo, brindar instrumentos, ofrecer información
para que la sociedad haga el seguimiento del dinero público.
Claro que se necesitó una voluntad política enorme
para que este portal existiera.
Y obviamente la transparencia tiene un costo,
un costo político que se debe enfrentar.
Quizás la principal lección
que hemos aprendido en los últimos tiempos,
respecto de la promoción de la transparencia,
es que la transparencia
es el gran antídoto contra la corrupción
y de hecho contribuye a la mejora en la gestión.
Creo que aún precisamos avanzar en un proceso de transparencia
también de los otros niveles federativos,
y este movimiento ya comenzó
con la promulgación de una ley,
la ley complementaria 131, que obliga a estados y municipios
con más de 100 mil habitantes a divulgar también en tiempo real
toda la información relacionada con gastos públicos.
EXPERIENCIAS COMPARTIDAS A TRAVÉS DE LA COLABORACIÓN SUR-SUR
La cooperación Sur-Sur se da en el MDS
desde la creación del organismo.
En la estructura básica del ministerio
ya se preveía la asesoría internacional.
Aparte de Latinoamérica, hay énfasis en África.
Cooperamos desde 2005,
estableciendo algunos mecanismos de cooperación.
La demanda de cooperación era por "Hambre Cero".
Desde que Bolsa Familia comenzó a tener
gran notoriedad, reconocimiento internacional
debido a estudios hechos por organismos internacionales,
comenzó a ser el programa más demandado.
Varios países con los que hemos cooperado
han avanzado mucho
en la concepción, en el diseño de este sistema.
Con Ghana tuvimos una experiencia muy buena.
A partir de nuestra experiencia, estructuraron
un programa de transferencia condicionada,
teniendo al Bolsa Familia como modelo.
Hay cooperación con Ecuador, donde ayudamos al gobierno
a implementar proyectos pilotos en dos regiones
en el área de seguridad alimentaria.
Colaboramos con El Salvador,
enviando técnicos del ministerio,
así como gestores del gobierno municipal y estadual,
para montar una política de asistencia social.
Lo que estoy notando en el gobierno brasileño
es una gran preocupación en atender mejor
estas demandas de cooperación que llegaron.
Esto se refleja mucho en las iniciativas
de la Agencia Brasileña de Cooperación
y del Ministerio de Relaciones Exteriores
en articulación estrecha con los ministerios
para lograr un relevamiento de todas las iniciativas
que se están llevando a cabo por los ministerios
para atender mejor las demandas y lograr un mejor impacto.
Veo una preocupación creciente, que es importante,
y está siguiendo esa demanda creciente,
que considero debe continuar siguiendo,
debe seguir creciendo,
para atender mejor y buscar un impacto mayor
de las actividades que se desarrollan.
Mucha gente vive de la agricultura.
Veo que mucha gente trabaja en las áreas rurales
con agricultura familiar en Kenia,
la mayoría en operaciones de pequeña escala,
como sucede también en Brasil.
Aquí hay haciendas comerciales,
lo que también sucede en mi país,
y nos dimos cuenta de que la agricultura familiar
aquí en Brasil es la base de la producción
de alimento para toda la población.
También hay ese problema en mi país,
la baja producción.
Hay que mejorar la agricultura familiar.
Los agricultores no deben adoptar la tecnología
mientras no haya asistencia técnica.
Es algo fundamental.
Intentamos generar un cambio de actitud en los agricultores,
en como pensar la tecnología, pero hay que ver los detalles.
De hecho, lo que me sorprendió mucho en Brasil
es que se ha focalizado en lo social.
En mi país, usamos el Ministerio de Agricultura
como forma de acción social.
Debemos descubrir por qué la agricultura familiar
no cambian, no adoptan la tecnología.
Queremos aprender con la cooperación Sur-Sur.
Hay mucho diálogo, mucho debate, muchas nuevas ideas,
y queremos aprender de ello,
cómo es esa sociedad entre Brasil y un país en África.
En segundo lugar, creo que aún podemos contribuir con el proceso,
quizás con pequeños recursos para facilitar
el intercambio o las visitas,
o bien con experiencias de lo que nos ha resultado o no.
No quisiéramos que nuevos socios, como Brasil,
incurran en nuestros viejos errores.
Creo que ese es otro proceso.
Tercero, y creo que lo principal, es que estamos juntos en eso.
La pobreza es un desafío mundial
que afecta a todos, ricos y pobres.
Creo que todos debemos trabajar en conjunto,
con diferentes recursos y abordajes.
Creo que mucha gente reconoce
la experiencia de Brasil en varias áreas de la protección social:
el Bolsa Familia es muy importante
en la seguridad alimentaria, contra el hambre.
También creo que las mejores experiencias son de procesos.
Por ejemplo, la forma como el gobierno brasileño últimamente
logró integrar y coordinar varios programas sociales
para crear una plataforma de asistencia,
lo que ayuda muchísimo a reducir la pobreza
y las desigualdades en Brasil.
Debemos intentar trabajar con Brasil
para dar mensajes importantes.
Por ejemplo, como el G-20 es tan importante ahora,
creo que podemos lograr, con el apoyo de Brasil
y del resto del G-20, encontrar maneras
de considerar los intereses de los países pobres
en el modelo de crecimiento inclusivo
que el G-20 intenta crear,
y también considerar sus intereses
en las instituciones financieras internacionales,
tratando de reducir la vulnerabilidad de esos países.
Es un paso importante.
El gran tema de la cooperación Sur-Sur
es que no se trata prioritariamente
apenas de lo económico.
Cuando hablamos de cooperación Sur-Sur
no se trata solo de una cooperación técnica
relacionada a programas,
sino que es también una cooperación asociada
a visiones sobre desarrollo.
¿Qué novedad existe respecto de la cooperación Sur-Sur?
Es la cooperación en el área de protección social.
Hay una larga historia en el área de cooperación económica,
no tanto cooperación en protección social.
Esto porque la experiencia de los países emergentes,
en especial de los latinoamericanos,
en construir experiencias de políticas sociales exitosas
es algo reciente.
La cooperación en protección social empieza a tener mayor peso,
y más con programas de transferencia de ingresos.
A partir de esa construcción de políticas exitosas
se da ese intercambio exitoso de experiencias.
Pero no es un intercambio fácil,
hasta por la falta de capacidades de los países emergentes
en prepararse para lograr intercambiar esas experiencias.
Por eso, el gran desafío que existe
respecto a Brasil y otros países emergentes,
es crear una institucionalidad propia para posibilitar
un intercambio de experiencias que sea efectivo.
Es por eso que se necesita invertir cada vez más
en la capacidad de los países en pensar su propio desarrollo
para poder pensar en alternativas
que sean más sustentables,
que sean alternativas más inclusivas.
Una pregunta común es:
¿Hasta dónde la cooperación Sur-Sur
difiere de la cooperación Norte-Sur?
¿Son los mismos paradigmas? ¿Son los mismos valores?
La necesidad de los países emergentes
de mostrar resultados a la comunidad global es grande.
O sea, ahora tenemos a India, China, Sudáfrica
hablando no solo de sus propios intereses internos
sino también de los intereses de la comunidad internacional.
Hay que pensar en abrirlo para otros actores.
Y ahí está el rol fundamental
de las instituciones de investigación en estos países
y el rol fundamental de los movimientos sociales
y organizaciones no-gubernamentales.
Para pensar también en la cooperación
entre Brasil y África,
debemos pensar en los diferentes contextos institucionales,
en los desafíos que la cooperación implica.
Y no solo en eso, sino también en las experiencias
que cada contexto presenta.
En ese sentido hay algo que es muy interesante
de la experiencia brasileña:
cuando Brasil se ocupa de políticas sociales
logra combinar, de una forma interesante,
tanto políticas sociales universales
como políticas sociales focalizadas.
Vemos que, en el caso de Brasil,
la educación y la salud son, según la Constitución,
derechos universales.
Por otro lado, vemos que las políticas de asistencia social
son focalizadas por naturaleza.
Se logra tener políticas que, de modo general,
atienden a toda la población,
y políticas que se concentran en los más pobres.
Y hacer que las sociedades civiles de distintos países conversen
es fundamental.
MENSAJE DE LA MINISTRA MÁRCIA LOPES, BRASIL
Desde un comienzo, el gobierno estableció a su equipo
lo importante que sería que Brasil hiciera avanzar
en la visión, el conocimiento y el intercambio de experiencias
con innumerables países.
Consideramos que hay gran identidad
entre los países en desarrollo,
entre los países que están buscando una nueva orientación
de fortalecimiento del Estado y de garantizar, de expandir,
los derechos de la gente.
Es necesario estructurar los sistemas universales.
Recibimos misiones en Brasil, en particular en el Ministerio
de Desarrollo Social y Combate al Hambre,
casi todas las semanas.
Y eso es muy bueno, ¿verdad? Pues permite crear una madurez,
esa apertura para el intercambio,
para una visión que trasciende fronteras de Brasil y del mundo.