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Traductor: Sebastian Betti Revisor: Lidia Cámara de la Fuente
Hablemos de cómo se cuenta la narrativa de África,
y quién la está contando.
Quiero compartir con Uds. la selección de obras
de artistas contemporáneos africanos y de la diáspora.
Me encanta este arte.
Lo encuentro hermoso, inspirador y emocionante,
y realmente espero poder despertar su interés.
Quiero compartir algo sobre mí y por qué el arte es importante para mí.
Soy hija de artista, lo que implica que al crecer,
tuve la oportunidad de ver a mi padre hacer obras de arte en su estudio.
Mi hogar estaba rodeado de arte
y tuve una educación artística temprana,
me llevaban a museos y exposiciones durante las vacaciones de verano.
Lo que no entendía, realmente, en ese momento,
es que esto también me daba una comprensión temprana
del porqué de la importancia del arte,
cómo apreciar el arte,
cómo comprenderlo, pero también cómo amarlo.
El arte me importa a nivel personal,
y no solo porque sea hermoso inspirador y emocionante,
sino porque el arte cuenta historias potentes.
Todos estos artistas tienen historias que cuentan qué significa ser africano,
historias que cuentan e interpelan sobre la identidad africana,
pero también historias que nos dicen quiénes somos como africanos,
pero también historias que nos cuentan nuestra historia compleja.
Entonces, ¿cómo puede el arte contar historias potentes?
Quiero compartir con Uds. esta serie
del artista senegalés Omar Victor Diop.
Es una serie de autorretratos,
y el artista en esta serie particular
hace hincapié en la representación de africanos en la historia del arte
entre los siglos XV y XIX.
Quiero mostrarles cómo, con una sola imagen,
Diop puede interpelar nuestra identidad africana,
la política de la representación,
pero también nuestro sistema de valores sociales.
En este particular autorretrato,
Diop hace alusión a otro retrato de Anne-Louis Girodet.
Esta imagen hace un retrato de Jean-Baptiste Belley.
Jean-Baptiste Belley, originario de Senegal,
antiguo esclavo en Haití,
pero durante su vida, también fue elegido para representar a la colonia
en el tercer gobierno de la Revolución Francesa,
y abogó fuertemente por la abolición de la esclavitud.
Algo muy inteligente y listo de Diop en esta obra
es que se remonta a la historia.
Él está reclamando esta figura
reeditando este hermoso uniforme azul real,
repitiendo además la pose,
y lo hace para señalar los problemas
que hoy siguen afectando a las personas negras.
No hubo nada de especial
en este muy típico retrato político de la época,
salvo que por primera vez,
una persona negra, en ese caso, Jean-Baptiste Belley,
fue nombrada y reconocida en una pintura.
Pero Diop añade a esta pintura este elemento crucial,
la pelota de fútbol debajo del brazo
y, al hacerlo,
Diop interpela nuestra cultura del culto al héroe
de las estrellas del fútbol africano,
que desafortunadamente, a pesar de su fama,
de su inmenso talento, y de su estatus real,
siguen siendo invisibles.
Diop nos pide que profundicemos,
que nos adentremos en la la historia y en lo que se ha escrito,
y, en esencia, que veamos cómo nos sigue influyendo e impactando en el presente.
Quiero compartir esta otra hermosa serie titulada
"Los ángeles de Kesh" del artista Hassan Hajjaj.
En esta serie particular,
el artista fuerza los límites
de los estereotipos y clichés.
Hassan Hajjaj es un amigo,
y honestamente, lo admiro profundamente,
pero esta serie en particular me interpela directamente como mujer musulmana.
Me pasa esto todo el tiempo,
ya saben, las personas tienen muchas expectativas,
religiosas y culturales,
pero lo que me encanta de este artista es que pone todo esto en su cabeza.
Realmente, desafía toda representación
de mujer árabe musulmana existente.
Hassan Hajjaj es hijo de la diáspora.
Creció en Marruecos entre grandes mercancías de marca,
ya saben, falsificación de originales que se venden en los zocos.
Ver esos símbolos que representan en su obra
una celebración de la cultura global, una crítica de la cultura urbana global,
no sorprende,
pero en el núcleo de su obra yace el deseo de una representación matizada.
Quiere que hagamos una interrupción
en la percepción que podamos tener
sobre las personas, sobre la cultura, y sobre el entorno.
Y, por ejemplo,
en esta imagen, la asociación común sería
ya saben, cierta marca callejera para un cierto consumidor occidental distintivo.
Bueno, él lo mezcla todo,
y se atreve a imaginar una cultura ciclista femenina
en la que Chanel o Louis Vuitton diseñan la djellaba,
y Nike, el babouche,
y este es en realidad el uniforme estándar.
Lo que me encanta de las mujeres de "Los ángeles de Kesh"
es que son capaces de captar la mirada.
Participamos por completo de la imagen,
pero ellas nos invitan a nosotros, y en sus propios términos.
"Los ángeles de Kesh" de Hassan Hajjaj o "Proyecto Diáspora" de Omar Victor Diop
me dan dos ejemplos fuertes de por qué el arte es tan instrumental.
Es instrumental porque nos inspira a hacer preguntas,
pero también es instrumental porque dispara el cambio.
Ver diversidad en raza y etnia en el arte contemporáneo
es la única forma de ver cambios en el mundo del arte,
y también en las relaciones entre África y el canon occidental.
Cómo participaremos en todo esto depende de nosotros.
Se debe progresar mucho
y, honestamente, aún necesitamos apoyar voces más fuertes,
ya que son los que sacuden las cosas y aportan una nueva perspectiva.
Quiero compartir esta hermosa pintura antigua
de una artista emergente más joven, Kudzanai-Violet Hwami.
Para mí, cuando veo su obra, realmente representa la libertad.
Hwami tiene perspectivas fantásticas sobre lo que significa ser africano
y la vida africana.
Ella ha vivido en tres paises:
Zimbabwe, Sudáfrica y Gran Bretaña,
y por lo tanto ha recibido influencia de múltiples capas
de comunidades y culturas,
desde LGBT pasando por las culturas eco, xhosa, emo, hasta la británica.
Y como ella misma dice, la belleza de ser un niño de la diáspora
consiste en poder reinventarnos
y en reinventar lo que significa ser africano.
Quiero dejarlos con esta obra potente
del artista sudafricano Lawrence Lemaoana.
Lawrence Lemaoana también criticó
la influencia de los medios en nuestra conciencia moral,
y lo hace usando las telas de las pancartas de manifestaciones políticas,
en las que nos pide que nos hagamos escuchar.
Creo en el poder transformador del arte,
por ser nuestra única forma de pintar una imagen matizada de África,
pero también de su diáspora,
que será pintada por sus artistas y sus productores culturales
con su perspectiva radical pero también muy única
y su manera de ver su lugar en el mundo.
Es realmente a través del arte que podemos recuperar
nuestro sentido de la acción y el empoderamiento.
Es a través del arte que podemos realmente contar nuestra propia historia.
Entonces, como dice Lawrence Lemaoana, el poder es nuestro.
Gracias.
(Aplausos)