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Contamos con el Parlamento Europeo,
contamos con el Consejo Europeo con el Consejo de Ministros,
contamos con la Comisión Europea.
Todas las instituciones tienen que cooperar y colaborar.
Me llamo Martin Schulz. Soy el Presidente del Parlamento Europeo.
Me llamo José Manuel Durao Barroso.
Soy el Presidente de la Comisión Europea.
Me llamo Eleni Mavrou. Presido el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior.
He presidido el Consejo Económico, el llamado ECOFIN.
Me llamo Herman Van Rompuy,
Soy el Presidente del Consejo Europeo de Jefes de Estado o de Gobierno.
El Consejo Europeo es una institución europea
compuesta por los Jefes de Estado o de Gobierno de los veintisiete Estados miembros,
que pronto pasarán a ser veintiocho Estados miembros.
Nos reunimos cuatro veces al año.
Más a menudo durante los períodos de crisis, por lo general seis o siete veces al año.
Juntos tenemos que colocar de nuevo a Europa en la senda del crecimiento estructural y la creación de empleo.
De hecho, damos las orientaciones generales
de la política económica y de la política exterior.
Somos la máxima institución política.
La Comisión Europea representa los intereses generales europeos.
Así es como nos vemos.
Es una institución única con su carácter supranacional.
Procedemos de todos nuestros Estados miembros
pero no representamos a nuestros gobiernos o países.
Nuestra función es tratar de interpretar,
de representar el interés general común europeo.
Es la Comisión Europea quien tiene el derecho,
y diría también la obligación, de presentar propuestas legislativas.
Posteriormente el Consejo, donde se encuentran representados los gobiernos,
y el Parlamento Europeo, las aprueban. Son colegisladores.
Pero el derecho de iniciativa corresponde a la Comisión.
El Consejo de Ministros se reúne en varias formaciones.
Es la casa de los veintisiete Estados miembros.
Es el lugar donde los ministros de cada país se encuentran.
En cada caso, participan los ministros responsables de cada ámbito específico.
Y cuando logran una fórmula transaccional,
a partir de una propuesta de la Comisión,
negocian con el Parlamento Europeo.
El Parlamento Europeo representa a los ciudadanos de la UE.
En esta institución necesitamos estar en constante diálogo.
Somos, sobre todo, la única cámara legislativa en el mundo
que aprueba leyes vinculantes para veintisiete países y naciones.
¿Votos a favor?
¿Votos en contra?
¿Abstenciones? Queda aprobada.
Somos un parlamento con más de 700 miembros de 7 grupos políticos,
lo que, pienso, representa a un total de 300 partidos
y contentar a todos constituye un gran desafío,
pero también es un símbolo de lo que resulta fascinante de Europa,
a saber, ser diferentes y, al mismo tiempo, permanecer unidos.
Diría que mi papel no es solo ser Presidente
sino también mediador.
Alguien que tiene que actuar de una manera que consiga que en última instancia se alcance un acuerdo,
porque cada Consejo Europeo tiene que lograr un acuerdo, lograr una fórmula transaccional.
Hay que estar bien preparado
para que cada Consejo Europeo sea un Consejo productivo.
Existe una voluntad política de suprimir ciertos tabúes y de acabar encontrando un acuerdo.
Con una persona que no esté de acuerdo, no hay acuerdo.
Y por ello, en muchas reuniones hemos tenido,
he tenido que encontrar una solución muy particular para un solo país.
El Presidente del Parlamento Europeo se encarga de la coordinación de todas las tareas del Parlamento Europeo.
Cuando presido el pleno tengo que supervisarlo todo.
No resulta fácil mantener contacto visual con tantos miembros.
Colegas, por favor atiendan un momento.
Pienso que necesitamos ser claros sobre un aspecto de esta casa.
¡Esta casa es una institución democrática!
Personalmente tengo que confesar, que a veces me resulta difícil retenerme.
Me gustaría tomar parte en los debates porque soy un político,
pero el Presidente debe mantenerse neutral.
El papel del Presidente es, por supuesto,
marcar la dirección política global y posteriormente trabajar para que se logre un consenso.
Por lo que respecta a mi trabajo diario
paso mucho tiempo trabajando con los otros Comisarios.
También necesito tiempo para representar a la Unión Europea,
en cumbres, con el Presidente del Consejo Europeo,
de los Estados Unidos, de China, de Rusia, de la India,
de ***ón y otras cumbres.
Lo que es una solución estructural real de esta crisis
mientras no recibimos nada en absoluto.
Esto no puede continuar así. Montesquieu se está revolviendo en su tumba.
El Parlamento Europeo debe reflejar la realidad de la sociedad
y en la sociedad también hay alboroto. Las personas se alborotan también.
Vaya usted a un bar, vaya usted a un café
y escuche una discusión política.
También allí hay alboroto, también surgen conflictos.
El Consejo Europeo trabaja a puerta cerrada, lo que constituye una enorme diferencia,
porque podemos hablar entre nosotros cara a cara y sin tapujos.
Pero me sorprendió la primera vez que participé como Primer Ministro de Bélgica
que todos se tutearan.
De pronto tuve que decir Nicolas, Angela, y a mí me llamaron Herman.
Resulta una experiencia bastante extraña.
Pero me di cuenta de que realmente existía un espíritu de equipo.
Se tiene contacto personal con cada miembro del Consejo.
Conocer lo que está detrás de la posición de cada uno resulta importante.
Pienso que es muy importante que se preste atención a lo que dicen los demás.
Que se preste atención realmente.
No que te limites a pasar la palabra y decir gracias,
sino que prestes atención realmente.
La comprensión de la posición del otro
resulta un elemento clave para lograr decisiones a escala europea.
Lo que aquí veo es mucha independencia y dedicación a la causa europea.
Mi experiencia es , y pienso que es interesante,
que las diferencias ideológicas no cuenten en la Comisión Europea.
Puedo decir que son prácticamente irrelevantes.
Yo mismo, digo que como Presidente de la Comisión mi partido es Europa.
Y realmente lo siento así. Es mi partido.
En el siglo veintiuno la identidad y la seguridad
no pueden defenderse únicamente mediante estructuras nacionales.
Se necesita un poder que rebase las fronteras.
Y ese poder debe de ser Europa.
La Unión Europea no es solo un mercado,
es un proyecto de paz y también un proyecto de libertad y democracia.
Pienso, más que nunca en el siglo veintiuno con un mundo globalizado, que
lo importante es mantenerse unidos.
Somos la primera generación que no ha conocido la guerra.
Y este es un legado que debemos transmitir a nuestro hijos y nietos
Por ello luchamos con empeño por Europa.
No solo por razones económicas y monetarias, por muy importante que sean.
También luchamos para mantener intacta la idea de Europa �