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Yo creo que hay dos temas que hay que tener claros desde un principio:
el primero es que el riesgo cero no existe.
Segundo, el nivel de exigencia actual no tiene nada que ver con el de cuando empecé a trabajar en 1985.
La sociedad ha cambiado y quiere más seguridad.
Muchas veces los accidentes no tienen una causa real, sino que no se responde con el tiempo adecuado.
Entonces la incidencia se convierte en emergencia automáticamente.
Con un plan de autoprotección, siempre hay un comité de crisis,
un CECOP, un centro de coordinación operativa.
Es el comité de crisis que se activa cuando ocurre algo grave.
Si hay cien mil espectadores, debe haber un plan de autoprotección para estos cien mil espectadores.
La normativa catalana de seguridad ha generado recientemente un nuevo reglamento
y una nueva ley de autoprotección en espectaculos y actividades recreativas.
Los planes no son biblias, son revisables. Y si es necesario se cambia cada año.