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He pasado los últimos meses,
no en Filadelfia, sino en Cambridge, en Harvard,
donde soy integrante de la Escuela de Diseño,
y es genial volver a Filadelfia.
Allí he tomado clases
de Planeamiento Urbano e Historia de China,
de la Roma Barroca, de Internet,
de yoga, y un día
descubrí que todas mis clases trataban esencialmente de lo mismo.
Todas tenían que ver con
memoria, identidad, ubicación.
Incluso mis clases de yoga.
¿Alguien aquí hace yoga? Namasté.
Mi clase la dicta una yogui auténtica de India.
Mide 1,20 metro, tiene un cabello de 90 cm
y llega a clase con maquillaje de noche completo.
Es genial y he aprendido muchísimo de ella.
Y como el tema de este TEDx
este año es la ciudad, pensé en hacer una pose,
una pose de yoga, para ilustrar la idea de ciudad.
No soy muy buena en esto,
pero ella es excelente profesora, y entonces inventé esta pose.
Tengo que quitarme los zapatos y arremangarme los pantalones.
Afortunadamente, hay una silla aquí por si me caigo.
Esta pose se llama rascacielo
y creo que Uds. pueden reconocer algunos de ellos.
Este es el Liberty Place. (Risas)
el Concast Center (Risas)
y el American Commerce Center. (Aplausos)
(Aplausos)
¡Vaya, me aplaudieron por hacer un mal yoga!
Uds. reconocieron 2 de ellos
y el tercero, el American Commerce Center,
por supuesto, nunca se construyó. Y quiero hablar
de las razones por las que no se construyó y por las que Filadelfia
no debería perder tiempo lamentándolo. (Risas)
Cuando los estadounidenses visualizan la ciudad,
casi siempre imaginan rascacielos.
Como cultura, hemos amado la idea de los rascacielos,
si no es que los propios edificios.
Las ciudades tienden a valorarse por el número de rascacielos que tienen
y por lo alto que pueden construirlos.
Los estadounidenses inventaron los rascacielos,
pero la forma está siendo apropiada por naciones emergentes como
China, India y Dubái últimamente.
Dubái, entre todos ellos, acaba de romper el record de altura
con un rascacielo de 823 metros de alto.
Si se hubiese tomado las 2 torres del World Trade Center
y se hubiera puesto una sobre otra, hubieran sido así de altas.
Para estas florecientes sociedades,
los rascacielos son su forma de dejar claras sus aspiraciones,
de decir, "¡Eh! También somos modernas".
Y también tienen millones de personas que albergar,
y los rascacielos son una forma genial de hacerlo.
Pero no a todos les encanta que el mundo
se esté volviendo más urbano. Cuando era corresponsal extranjera
del Philadelphia Inquirer, cuando el Inquirer tenía
corresponsales extranjeros... (Risas)
cubrí 2 guerras que, fundamentalmente, fueron guerras contra ciudades,
en el sentido de que todas las armas
estaban dirigidas hacia las ciudades,
y vi como Sarajevo y Grozni fueron literalmente derribadas
y cientos de edificios fueron destruidos.
Cuando regresé a Filadelfia,
venía decidida a escribir
sobre ciudades que eran construidas antes que demolidas.
Y así fue como llegué a ser crítica de arquitectura.
En ese entonces, a finales de los '90, había muchísimos estadounidenses
que eran tan hostiles con las ciudades
como la gente que estaba disparando en Sarajevo y Grozni.
Como nación, tenemos la tendencia a asociar las ciudades
con las fallas distópicas de la vivienda pública.
Hablamos de selvas de cemento y de barracas de muchos pisos,
pero han comenzado a cambiar ahora con el auge inmobiliario.
Y, de repente, las ciudades volvieron a ser geniales.
Fue el efecto Sexo en la Ciudad
y los rascacielos volvieron a estar en boga.
No fueron solo los estadounidenses pudientes
los que descubrieron el placer de mirar el mundo desde arriba,
también los planificadores de vanguardia proclaman los edificios
como antídoto contra la catástrofe ambiental de la expansión de los suburbios.
Y los edificios altos son una forma fácil
de incrementar la densidad urbana. Los superhéroes
solían saltar de edificios altos; ahora los edificios son los superhéroes
que vienen al rescate del planeta.
Los rascacielos son una buena idea,
pero al igual que muchísimas buenas ideas, puede llevarse a los extremos
y se han convertido en una única solución contra la expansión de los suburbios.
Los edificios altos no son
la única forma de alcanzar la valiosa meta de densidad y sostenibilidad.
Son solo una forma y, muchas veces, no son ni siquiera la mejor.
Vean a Filadelfia.
Puede que no tenga muchos rascacielos,
pero es una de las ciudades más densas de Estados Unidos
con 27 personas por hectárea.
Ya saben, se puede acomodar muchísima gente
en una hilera de casas adosadas o en un edificio de altura media
como The Piazza en ***.
Ciudades diferentes necesitan densidades diferentes
o rangos de densidad diferentes, a decir verdad.
De los Himalayas de las torres en The Market Street
a las casas adosadas de las faldas del sur de Filadelfia.
Y necesitamos algo intermedio, necesitamos construir
más edificios de como The Piazza en ***.
A los constructores les fascinan los rascacielos, por supuesto.
Cuando se construye hacia arriba, automáticamente aumenta el valor de la tierra,
pero luego hay un problema;
se necesita que alguien compre los apartamentos de más
que se está construyendo.
En Asia, eso no es problema; hay millones de personas
que pelearían por la oportunidad de salir de los tugurios e ir a una casa decente.
Pero es diferente en Estados Unidos.
Si se fijan en Waterfront Square en Filadelfia, por ejemplo,
por la noche, cuando se encienden las luces, se puede contar
el número de casas ocupadas con los dedos de las manos.
Las ciudades asiáticas son como adolecentes que crecen 30 cm al mes.
En China se construye un rascacielo nuevo
cada 5 días.
Contrastando con esto, las ciudades en EE.UU. son como adultos maduros;
han, en esencia, dejado de crecer.
Filadelfia se jactó
de haber ganado 8000 residentes nuevos la última década.
Bueno, Mumbai ganó esa cantidad ayer.
Aquí en la década del boom,
se propusieron cerca de 40 rascacielos
y quizá se construyeron 10, aunque continuamos
soñando con rascacielos en nuestra ciudad.
El Plan Maestro de las Riveras del Delaware incluía
algunos rascacielos nuevos.
Y eso fue contra los deseos del consultor financiero
que dijo: "Nunca van a vender.
Van a tener un rascacielo aquí un rascacielo allá,
y van a ser islas de habitación apartadas,
y nunca van a tener un vecindario.
Si quieren construir un vecindario, necesitan construir lateralmente;
necesitan construir edificios de altura media y casas adosadas".
Pero ese mensaje nunca se recibió y es así como,
en la calle Chestnut, el estado está listo para contribuir con
el 20 % del costo de un nuevo rascacielo.
Un rascacielo de USD 60 millones;
es decir, USD 12 millones del erario público.
En una época en que la ciudad se ve forzada a cerrar
escuelas, bibliotecas y estaciones de bomberos.
La gente se va a dejar deslumbrar por los rascacielos;
recuerdan el American Commerce Center
el edificio de 500 metros de altura.
¿Creyó la gente que, en verdad, iba a ser construido?
Las corporaciones en EE.UU. están recortando su fuerza de trabajo,
no la están ampliando. Y no necesitan más espacio de trabajo.
Y eso tiene consecuencias profundas para nuestros centros.
Es tiempo de dejar ir nuestras fantasías de rascacielos
y de concentrarnos en hacer de nuestra ciudad madura, un mejor lugar para vivir.
En lugar de centrarnos en la Gran Visión, necesitamos hacer el Gran Ajuste.
¿A que me refiero con el Gran Ajuste?
Un Gran Ajuste hace a la ciudad mejor para la gente
que ya está allí. Un Gran Ajuste
toma el sistema de transporte y lo hace más grande
haciendo circular los buses y trenes con el doble de frecuencia.
Un Gran Ajuste deja espacio para ciclovías en toda calle principal.
(Aplausos)
Un Gran Ajuste
convierte cada andén en un hermoso paseo,
construye parques para los resientes y no solo para los turistas.
(Aplausos)
Tenemos que dejar de medir nuestra valía por los rascacielos
y megaproyectos y evaluarnos por la calidad de nuestros espacios públicos.
Tenemos que dejar de tratarlos como banalidades
por las que pagamos con los sobrantes.
La mejor manera de incrementar la densidad en Filadelfia:
construir comodidades que hagan que la gente quiera vivir aquí.
(Aplausos)
Los edificios más revolucionarios
de la última década no fueron torres; fueron edificios de altura media,
*** en Northern Liberties y el corredor Skirkanich en Penn.
El Centro de Convenciones no cambió el paradigma de Filadelfia
tanto como el sendero recreacional del río Schuykill
o el muelle de la Race Street o las docenas de casas que brotaron en los lotes vacíos.
A los planificadores y políticos les gustan estos grandes proyectos porque...
Bueno, se puede cortar una cinta, tomarse una foto.
Son un buen fondo.
Un Gran Ajuste es más difícil de capturar en una foto,
pero tiene efectos más duraderos.
Mi profesora de yoga mide solo 1,20 metro, pero es realmente flexible
y puede mantener una pose largo tiempo,
y creo que Filadelfia necesita ser flexible
y necesita hacer eso haciendo el Gran Ajuste.
Muchas gracias.