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Aventuras de 60 segundos al pensamiento
6. El gato de Schrödinger
Erwin Schrödinger era un físico, un biólogo teórico y seguramente alguien a quien le gustaban los perros.
En los años veinte los científicos descubrieron la mecánica cuántica
que decía que algunas partículas son tan pequeñas que no puedes medirlas sin cambiarlas
Pero la teoría sólo funcionaba si antes de que la midieras, la partícula se encontrara en una "superposición"
de todos los posibles estados, todos al mismo tiempo...
Para resolver esto, Schrödinger imaginó un gato en una caja, con una partícula radioactiva
y un contador Geiger pegado a una jarra de veneno
Si la partícula decae, dispara el contador de Geiger, libera el veneno y adiós al gato
pero si la partícula está en dos estados, decaído y no decaído,
el gato también está en dos estados, vivo y no vivo a la vez, hasta que alguien ve dentro de la caja
En la práctica no puedes tener a un gato en una superposición
Tendríamos al lobby a favor de los derechos de los animales al pie de guerra...
Pero sí puedes aislar átomos y ellos sí parece que pueden estar en dos estados a la vez
La mecánica cuántica reta nuestra percepción de la realidad por completo
Así que es comprensible que el propio Schrödinger decidiera que no le gustaba
y se arrepintió de siquiera haber comenzado con los gatos en primer lugar...