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TEDxPerm
El arte de ser
Dimitri Petrov
Soy intérprete simultáneo,
además enseño
lenguas extranjeras, varios idiomas.
También doy clases de traducción simultánea
a traductores.
Esto es algo aparte.
En cierto momento
mi interés
por aprender lenguas extranjeras
fue más allá:
empecé a aprender no solo los idiomas
que me servían para trabajar,
para ganar dinero,
sino que extrañamente
me apasioné por las lenguas antiguas
y por los idiomas de los pueblos indígenas en peligro de extinción.
Tratando de entender por qué me pasó todo esto,
encontré la respuesta: quería entender
cómo la lengua
se convirtió en lo que es ahora,
la lengua en general, a nivel mundial.
¿Qué la originó?
Me di cuenta de que a pesar de todas las reglas de la dialéctica,
que todos hemos estudiado,
la lengua se desarrolla no de lo simple a lo complejo,
sino de lo complejo a lo simple.
Tomemos todas las lenguas antiguas
--los antepasados de las ya existentes--
eran mucho más difíciles,
versátiles, ricas,
diferentes en la forma.
Quiero decir, el latín es más rico que el italiano,
el inglés antiguo, que el inglés moderno,
el sánscrito, que el hindi.
Esto me dio mucho que pensar.
Pensé, ¿los pueblos antiguos inventaban
lenguas difíciles sin motivo?
Sus vidas eran muy simples y monótonas.
Debían sobrevivir y preservar la especie,
encontrar comida y escapar de un depredador peligroso.
Pero no es tan fácil.
Las lenguas de los pueblos antiguos
eran ricas
en formas e inflexiones.
Incluso hoy esto puede verse
en los ejemplos de la lengua
de pueblos aborígenes, en lenguas no escritas.
Me puse a pensar.
Como no soy experto en materia científica,
me permití apretar más
de lo que puede abarcarse.
Con un poco de física y un poco de matemática
pensé:
debe haber principios
que unifiquen todos nuestros conocimientos.
Empecé a percibir la lengua
como algo inherente al Universo, al Ser.
Podemos hablar no solo del inglés,
del ruso o del latín, sino del lenguaje de la matemática,
de la física, de la química, etc.
El mismo concepto
puede traducirse
del lenguaje de la biología al lenguaje de la matemática,
del lenguaje de la física al latín, etc.
Al principio creía que estos pensamientos
no tenían sentido, que eran totalmente infundados.
Pero me dieron resultados bastante pragmáticos.
¿Cómo los puedo usar?
De nuevo, de forma un poco insolente
robé el concepto de ondas y partículas, y pensé:
¿Puedo usarlo en el aprendizaje de idiomas?
¿Cómo puedo conectar los dos procesos?
Si consideramos a la partícula
como una palabra
y a la onda como aquello que la rodea,
todos los pensamientos, las imágenes,
los sentimientos que orbitan en torno a la palabra,
encontramos una unidad voluminosa
mucho más fácil de entender.
He aquí un ejemplo.
Recientemente, los antropólogos han observado
tribus aborígenes
en el Amazonas.
Cada miembro de una tribu
habla correctamente todos los días
al menos 10 lenguas diferentes. Son lenguas tribales, desde luego,
pero en cualquier caso son idiomas.
Se le preguntó a un miembro de una tribu
cómo aprendió la lengua de la tribu vecina.
Y respondió: "No entiendo de qué hablas".
"Bueno, ¿cómo haces para hablar otro idioma?"
Él no entendía la pregunta.
"Está bien, ¿cómo se dices 'hacha' en el idioma de tus vecinos?"
"No lo sé".
"Pero ayer les compraste un hacha,
hablaste con ellos, se rieron, también discutieron algo..."
Y él dijo: "¡Ah! Para hablar ese idioma
tengo que cruzar el río, entrar en su pueblo,
mirar sus rostros, sus palmas,
la orilla, y así entro en ese entorno
y puedo hablar su idioma.
Pero si me voy de la aldea,
lo siento, no puedo hablar más el idioma".
Es decir, el entorno
forma nuestras habilidades lingüísticas.
¿Cómo he aplicado esta idea a la enseñanza?
En primer lugar hay que recrear
el sistema de imágenes y sensaciones,
ya que no podemos
seguir el ejemplo de este aborigen.
Este sistema forma para nosotros el concepto de cada idioma.
Así que cuando enseño italiano
le propongo a mis estudiantes
que cierren los ojos
e imaginen Italia, a los italianos, a la lengua italiana.
¿Qué evoca la imaginación
espontáneamente?
Cada uno tendrá sus propias ideas, sus imágenes.
Alguien escuchará las canciones de Celentano,
alguien recordará el aroma de una pizza un poco quemada,
alguien recordará un viaje al mar.
Cada uno evocará diferentes imágenes.
Pero en cualquier caso, habrá algo en común.
Italia será precisamente eso para esa persona.
No deberíamos percibir una lengua de manera lineal
como un conjunto de palabras, de reglas gramaticales.
En cambio, es un conjunto
que tiene su propio sabor, aroma, color y genera varias emociones.
Esto mismo le permite a los niños
de 2 o 3 años aprender su lengua materna
en forma activa, en poco tiempo,
sin ningún tipo de educación formal.
Traté de usar esto
en mi metodología de enseñanza con los adultos.
Otra cosa: no hay persona
que se niegue ante la oportunidad de aprender otro idioma o dos.
Pero sabemos que algunas personas,
que estudian un idioma extranjero durante años,
lamentablemente no están satisfechos con sus resultados.
Otra cosa paradójica:
descubrí que cada persona
que se queja de bloqueos y dificultades
en el aprendizaje de lenguas extranjeras
siempre es capaz de identificar el problema
en su propio cuerpo.
Incluso he categorizado a estas personas.
Son aquellos que tienden
a analizar demasiado la información.
Piensan mucho constantemente,
combinan quién sabe qué para construir cualquier frase.
Luego repiten todo, consultando el diccionario virtual,
van al archivo de las palabras olvidadas.
Y solo
después de todo este lío
logran armar una frase.
La otra categoría de personas
no tiene problemas en construir frases,
armar textos o una construcción.
Tienen buena memoria.
Su bloqueo está aquí. (Garganta)
Saben todo y entienden todo,
pero (Susurra) "no logran decir nada".
También hay otra categoría
que siente este bloqueo, este dolor
lingüístico aquí. (Estómago)
Siempre temen: "¡Quizá diga algo equivocado!"
"Si digo algo mal todo el mundo se va a reír...
qué pesadilla... ¡no me entenderán!"
Así que para facilitar el aprendizaje
de nueva información...
--no solo el aprendizaje de lenguas extranjeras,
sino de cualquier información en general--
hay que sintonizar la mente
en estas
nuevas informaciones.
Si una persona habla
un par de lenguas extranjeras,
muchas veces habla de este ajuste
como de un cambio de frecuencia de radio.
Ahora, por ejemplo, hablamos italiano,
y después... hablamos ruso.
Además, empezamos a adoptar algunas características
gestuales y de las expresiones faciales, que pertenecen
al pueblo de la lengua
que estudiamos y tratamos de hablar.
Recuerdo que una vez
hablaba con un italiano,
y de repente le tomé las manos.
¿Qué pasó? Él se quedó mudo, no podía decir ni una palabra.
Hasta que no le solté las manos...
--y a esta persona realmente le gustaba hablar--
...se quedó sin palabras. Y cuando le solté las manos,
no paraba de hablar. (Gesticula)
(Risas) (Aplausos)
Hay que tener en cuenta estas características
cuando se empieza a estudiar, y a tratar de sentirse
como un hablante nativo.
Por ejemplo, si estudian
inglés estadounidense,
hay que tratar de sentirse estadounidense, (Con acento de EE.UU.)
¿Qué les parece? (Risas)
Si estudian italiano, entonces tienen que... (Gesticula)
Algo invisible cambia,
no está claro a qué nivel,
en qué parte del cuerpo,
pero uno empieza a comportarse como italiano,
siendo uno mismo.
La otra cara de la moneda: ¿cómo percibimos la realidad
que se manifiesta en los idiomas?
Cambia el registro de nuestra percepción.
He aquí un ejemplo.
Imaginemos un teclado de computadora.
La mayoría de los teclados, al menos en Rusia,
tienen tanto caracteres cirílicos como latinos en el teclado.
Cuando necesitan
escribir un texto en ruso,
tienen una estrategia concreta en mente,
según la forma en que redactarán el texto,
eligen las letras del teclado.
De repente, deben escribir algo en inglés.
Sus ojos, siempre los mismos, la misma pantalla y el mismo teclado.
Pero algo cambia. Empiezan a ver caracteres diferentes.
Ahora digo esto, pero piensen,
cuando lo tienen que hacer de verdad,
es decir, escribir en dos idiomas,
saben que a nivel de conciencia
no pasa absolutamente nada.
Podemos percibir la realidad
de una manera diferente, desde un punto de vista diferente,
solo cambiando el registro de la percepción.
Otra cosa importante es, obviamente, la motivación.
No podemos prescindir de ella.
No sirve solo para aprender idiomas.
Este es un ejemplo de mi vida.
Cuando mi hijo mayor tenía 2 años, empezó a hablar.
Vivía en Mumbai,
no en los barrios pobres, pero no muy lejos.
Y yo estaba trabajando en otro pueblo.
Cuando lo fui a visitar después de un par de meses
ya hablaba con fluidez.
Pero hablaba hindi,
que yo no hablaba.
(Risas)
Obviamente, los niños no pueden tolerar estas cosas;
te conocen, te quieren hablar.
Y si tú no comprendes, es tu problema.
Este fue el factor de motivación
que me obligó
en un período de una semana
a aprender el idioma. Primero llegué a su nivel,
después de una semana hablaba con fluidez,
negociaba en el mercado en hindi y conseguía grandes descuentos.
A veces me regalaban cosas
en señal de respeto.
Tenía tantas ganas de decirles: ¡Acabo de aprender!
Y ellos: "Sí, sí, claro. Vives aquí de toda la vida obviamente..."
Pero mi orgullo y sentido de superioridad
se desvanecieron cuando me di cuenta
de que cualquier comerciante de Mumbai habla fluido
al menos 8 idiomas
y no se cree políglota,
no lo cuenta a los cuatro vientos.
Es una cuestión de motivación.
Un político alemán, creo que fue el canciller Brandt,
dijo una vez:
"Si me vendes algo y yo compro,
hablamos alemán.
Pero si yo vendo y Uds. compran,
hablamos el idioma de Uds.".
Este tipo de motivación
es inevitable en el mundo moderno.
Cabe recordar que las lenguas
se distinguen no solo entre los diferentes pueblos,
sino también entre diferentes grupos profesionales.
Creo que en el futuro habrá más diferencias lingüísticas
no entre las lenguas de distintos pueblos,
sino entre las lenguas de distintas profesiones,
de distintos grupos empresarios.
Hay que prepararse bien. Y los principios
de los que he hablado
funcionan también en estos casos
porque todos los idiomas que hablamos
son la manifestación de una sola lengua:
la lengua del Universo en el que todos vivimos.
Gracias. (Aplausos)