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Jonathan Levav - Prisioneros de Nuestros Propios Recursos
En la vida, algunas decisiones son muy fáciles,
como cuál de estas camisetas debería ponerme.
¿Me pongo esta camiseta del equipo nacional de Brasil?
Nah.
¿Y ésta? (Aplausos)
"¡Vamos, vamos Argentina!" No me están ayudando.
Ya estoy vestido. Ahora voy a cenar
y tengo que elegir entre este salmón y este delicioso, jugoso, increíble bife patagónico.
Es una elección fácil: voy por la carne.
Después de comerla estoy casi lleno,
o quizás estoy lleno pero voy a hacer espacio para el postre.
Puedo elegir este pastel de manzana o esta increíble cosa celestial.
La elección es muy fácil.
Voy a ir por esa increíble cosa celestial.
¿Por qué son fáciles estas elecciones?
Porque sé lo que me gusta de ellas. Mis preferencias ya están definidas.
Si me despiertan a mitad de la noche y me preguntan qué quiero comer,
respondo carne. Y mejor que sea carne argentina.
Y si me preguntan qué quiero de postre, siempre voy a responder un alfajor. Siempre.
Porque esa otra cosa, eso es sólo fruta. Las frutas no son postre, son un snack.
(Aplausos)
Y voy a tener hambre si tengo que usar la azul y blanca.
Eso es muy fácil.
Algunas decisiones son más complicadas. Vamos a ver un ejemplo.
Imaginen que va a salir y van a comprar un traje.
De hecho, tuve que enfrentarme a esta decisión antes de casarme.
Mi prometida, ahora esposa, me dijo "Mirá, es nuestro casamiento,
quizás deberías considerar comprar un traje a medida.
Andá al sastre, conseguí algo que te quede perfecto.
Es nuestro casamiento". Y yo dije "Bueno, es mi casamiento, tengo que poner contenta a mi suegra.
Voy a hacerlo".
Entonces fui a este sastre sobre la Calle 57 en Nueva York.
Entré al local y tuve que enfrentarme a esta decisión.
En realidad era cinco veces peor de lo que ven porque había como quince estanterías
de muestras de trajes.
Y yo soy de los que usan jean y remera.
La única razón por la que hoy tengo una camisa es que mi madre está mirando
la transmisión y se enojaría si no estuviera bien vestido. Así que... esto es por mamá.
Entonces entro al local, yo no sé nada sobre trajes,
hablo con el sastre y me dice "bueno, vamos a fijarnos"
y comenzamos a ver todos estos trajes. Me dice "¿Te gusta gris? ¿Y azul?".
Yo le dije "No sé. Vamos a ver cómo queda con mi piel".
Yo tengo piel clara. No quería un color que quedara como lavado.
En el casamiento propio uno quiere resaltar en las fotos.
Bueno, nos fijamos eso y sólo era pasar de uno a otro
y mirar todas estas opciones. Yo me estaba cansando un poco,
y cuando finalmente coincidimos en algo que parece defendible... ¿entienden?
La persona con la que me voy a casar no va a odiarlo, ¿no?
Ese era el objetivo.
Y cuando dije "Genial. Terminamos" él dice "No terminamos.
Vas a tener que usar corbata. No podés usar un traje sin corbata.
Ahora bien. Yo he tenido corbatas, pero sólo porque me las regalaban.
Nunca he comprado una corbata. Hasta el día de hoy, nunca compré una corbata.
Pero este era el día en el que tenía que comprar una y empezamos a ver todas estas corbatas...
Yo estoy pasando por estas decisiones pensando: ¿Quiero ésta? ¿Quiero la otra?
¿Combina con el traje que elegí?
Y es como que, progresivamente, me voy consumiendo mentalmente.
Entonces empiezo a ver todo muy parecido.
Finalmente coincidimos en una corbata.
O en un grupo de corbatas, porque el sastre dijo "deberías considerar éstas".
Y entonces dije "Genial. Terminamos." y él dijo "No terminamos. Tenés que elegir un estilo".
¿Preferís un corte atlético? ¿Más cuadrado? ¿Moderno o clásico? Y así...
Le dije "¿Sabés qué? Mejor dejémoslo acá."
Me fui y caminé tres cuadras hasta Columbus Circle, en Manhattan.
Entré al centro comercial, agarré un traje de una estantería,
el vendedor me dijo "Sí, se ve bien.", lo compré y me casé sin corbata.
Hice mi vida más fácil.
Y esas son las decisiones que estudio.
¿Qué ocurre cuando tomamos decisiones sobre cosas
para las cuales todavía no tenemos definidas nuestras preferencias?
Y, más específicamente, ¿qué ocurre cuando tomamos
muchas de esas decisiones una atrás de la otra?
¿Qué es este sentimiento de agotamiento mental,
este agotamiento a la hora de decidir?
El modelo mental que estudio se asemeja al tanque de gasolina de un auto.
La idea es que uno tiene un grupo de recursos cognitivos
que pueden ser utilizados a la hora de tomar una decisión.
Y, a medida que uno toma decisiones,
y particularmente cuando son decisiones muy complejas,
uno va agotando esos recursos.
Entonces, el tanque de gasolina comienza a vaciarse.
Ahora bien, ¿qué ocurre a medida que se vacía? ¿Qué hace uno?
Yo igual iba a casarme.
No es que no iba a casarme por no poder elegir un traje.
Eso no iba a funcionar.
Yo estaba ahí y tenía que elegir.
Y nos enfrentamos a muchas de estas elecciones a diario. ¿Qué hacemos?
Buscamos maneras de simplificar la elección.
En mi caso, la simplificación fue salir de la tienda, ir a otra
y pedirle una recomendación a algún vendedor.
Este es el fenómeno que estudio.
Después de tomar muchas decisiones ¿cómo las personas las simplifican?
¿Cómo modifican sus estrategias a la hora de decidir?
Realizamos varios experimentos en este campo.
Hoy voy a hablarles de uno y les voy a presentar información del mismo.
Realizamos, por ejemplo, experimentos en compra de autos.
Con compradores de modelos base de sedans de lujo en Alemania.
Resulta que, en Alemania, uno no compra un auto del montón
como sí ocurre, por ejemplo, en los Estados Unidos.
Uno configura el auto.
Este auto tenía unos sesenta atributos para configurar.
Todo. Desde el color hasta el tipo de rueda, los espejos,
la radio... todo lo que uno quiera.
Lo que descubrimos es que, a medida que las personas atravesaban
este proceso algo difícil... ¿No? Hay mucho dinero en juego.
En este caso eran autos de aproximadamente €35.000.
Muy caro, ¿no? Es una decisión muy importante.
Las personas, a medida que atravesaban este proceso, tendían a ir
cada vez más con lo que el fabricante ofrecía por defecto para ese atributo.
En otras palabras, con 'por defecto' me refiero a que,
si no hago nada, si no elijo nada diferente,
el motor que voy a obtener va a ser uno de 1.6L.
Entonces, descubrimos que: las personas atravesaban este proceso,
y particularmente después de haber tomado decisiones muy complejas,
tendían a elegir cada vez más los atributos 'por defecto'.
Y eso es consistente con la idea de que estamos tomando muchas decisiones,
nos agotamos mentalmente. Necesitamos comprar un auto, ¿sí?
Debemos encontrar maneras de simplificar esas decisiones. Y entonces, ¿qué hacemos?
Elegimos lo que nos ofrecen ahí en el momento: los 'por defecto'.
Y ustedes pueden decirme: "¿Sabés qué?
No me importa tu casamiento, ni tu traje. Alemania queda lejos
y, la verdad, no me importan sus autos. Además, sólo hablas de dinero.
No es tan importante. Si comprás el auto equivocado, podés venderlo.
No es un gran problema."
Entonces, voy a hablar de una decisión que, creo, todos consideramos
muy importante. Es una decisión sobre la seguridad pública.
¿A qué criminales o ex criminales liberamos puntualmente?
Estudiamos una serie de decisiones de la Junta de Libertad Condicional
de una de las prisiones más grandes de Israel.
Teníamos a varios jueces en la muestra. Teníamos cincuenta días de decisiones.
Básicamente, lo que sucede es: hay un juez en su asiento,
un asistente social y un criminólogo que lo asesora de ser necesario.
Los prisioneros esperan en una sala que es,
básicamente, un corral.
Hay abogados que los hacen entrar por una puerta,
se discuten los detalles del caso, el juez toma una decisión,
"te quedás" o "te vas", y salen por otra puerta.
Y tenemos los archivos, el protocolo de las discusiones de la Junta.
Sabemos por qué fue presa esa persona. Hay todo tipo de criminales:
de brutales asesinos a rateros. Sabemos cuánto tiempo han estado presos,
cuántas veces lo estuvieron en el pasado,
qué ocurre cuando son liberados...
¿Existe un programa de rehabilitación que los ayude allá afuera?
¿Deben ser reintegrados a la sociedad?
Tenemos todos esos datos y también sabemos algo más:
conocemos el orden en que los prisioneros fueron presentados al juez.
Entonces yo sé que vos fuiste primero, vos segundo, vos tercero,
vos cuarto, vos quinto, vos sexto, vos séptimo,
vos octavo, vos noveno, vos décimo y así sigue.
En promedio, ven entre 22 y 25 prisioneros por día.
Ahora bien, ¿debería importar el orden? Por supuesto que no.
Estamos hablando de la ley.
Cuando pensamos en la ley pensamos que existen libros, pensamos en las tablas de piedra, ¿no?
Dice que si vos estás en prisión porque robaste un negocio
y vos estás en prisión porque robaste un negocio,
ambos deberían permanecer en prisión el mismo período de tiempo, ¿no?
El orden no debería importar.
Pero si piensan en la hipótesis de que las personas a medida que toman decisiones
se agotan mentalmente y buscan maneras de simplificar esas decisiones,
uno espera cierto patrón.
Y, tengan en cuenta que estamos buscando un patrón,
nos pusimos la vara muy alta
porque estas personas que deciden los fallos
son personas que tienen 25 años de experiencia como jueces.
Conocen la ley y son muy buenos a la hora de aplicarla. ¿Sí?
Entonces, uno esperaría que el orden no importe.
Esto fue lo que descubrimos: lo que ven en el eje Y
es la proporción de decisiones favorables para el prisionero;
o sea, una decisión para liberar al prisionero.
Sobre el eje X ven la posición ordinal.
Entonces sé como tengo mis 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, ¿no?
Sé que cada una de esas marcas representa 3 prisioneros,
entonces es 1, 2, marca 3, 4, 5, marca 6, 7, 8, marca 9.
Vean que comienza bastante arriba. La probabilidad de ser liberado
si uno está entre los primeros es realmente muy alta,
por lo que es muy probable que seas liberado. Bien por vos.
Podés ir a una charla TED.
La probabilidad de la persona que sigue es un poco menor, y así va disminuyendo.
A veces alcanza el cero.
La mayoría de las veces baja aproximadamente hasta un 20%.
Entonces, lo que ven en cada posición es la proporción promedio
de prisioneros que fueron liberados en esa posición. ¿Entienden?
En promedio, aproximadamente el 65% fue liberado en la primera posición
y ninguno fue liberado en la duodécima posición.
Pero eso sólo cubre la primera parte del día.
Dijimos que, en promedio, revisan entre 22 y 25 casos.
Continúan con los fallos, pero ahora vuelve a subir.
Nuevamente estamos por el 60%, ¿no? Vuelve a descender.
Todavía no terminó el día.
Luego sube nuevamente, y baja.
¿Cómo se explican esos saltos?
Resulta que los jueces, dos veces al día, se toman un receso para comer.
Alrededor de las 10 de la mañana, aunque suele variar un poco,
van a comer un sandwich.
Luego, a la tarde, hacen otra pausa para almorzar
y vuelven al trabajo.
Entonces, ¿qué ocurre? Creemos que ocurre lo siguiente:
uno se está agotando mentalmente entonces toma un receso,
repone sus recursos mentales y vuelve a tomar decisiones.
Como tu tanque de gasolina, como si fueras a la estación de servicio.
Ahora que nos recompusimos, el patrón aparece nuevamente:
uno se cansa, va a comer, y el patrón se repite.
Piénsenlo. Son verdaderos expertos y veraderos prisioneros.
Las decisiones que toman son extremadamente relevantes, ¿no?
¿Dejás que algunos criminales o ex criminales,
supuestamente reformados, sean liberados?
O, en cambio, ¿mantenés encerradas a personas que deberían ser liberadas?
Eso acarrea un enorme costo social y personal.
Pero un podría preguntarse "un momento, quizás esto ocurre
porque se ocupan de los casos más fáciles primero", ¿no?
Los carteristas primero y los asesinos para el final.
En ese caso, sería más probable que liberen a un carterista que a un asesino.
De hecho, eso no ocurre. El orden es, esencialmente, arbitrario.
Ahora, no sabemos a ciencia cierta si los recursos mentales se agotan.
Hasta no obtener evidencia neurológica o
imágenes por resonancia magnética funcional,
va a ser muy difícil poder afirmar eso.
Pero el patrón es consistente con la idea del tanque de gasolina.
Lo agotaste entonces vas a la estación de servicio, hacés una pausa,
quizás necesitás comer, quizás no. Volvés
y ahora estás lleno para lidiar con una nueva serie de cuestiones.
Entonces yo pensaba, bueno, qué debería decirle a una audiencia como ésta
sobre qué recomendación valiosa aporta este tipo de investigación,
más allá del hecho de que si se meten en problemas con la ley
deben presentarse después del almuerzo o a primera hora de la mañana.
Pero bueno, dejando eso de lado...
Cuando uno es académico, lo que hace es consultar la bibliografía
y, yo sé que muchos de ustedes piensan que, ya saben,
un profesor probablemente lee libros serios, sobre filosofía quizás, revistas serias...
De hecho, al igual que ustedes, leo las páginas deportivas
y encontré este artículo en ESPN,
que es uno de los canales más grandes de información deportiva online.
Y encontré este artículo sobre Barack Obama.
Quizás lo conocen, es el ex senador del estado de Illinois.
Recibió un ascenso.
Y resulta que descubrí en este artículo
que Barack Obama sabe de esta investigación.
Eso me sorprendió.
Resulta que Barack Obama se interesó por esta investigación
y pensó cómo se aplica a su día.
Entonces, lo que hace... Quiero decir, ya saben que él toma
muchas decisiones importantes sobre la economía, la sociedad,
la guerra contra el terrorismo... cuestiones realmente importantes.
Y entonces lo que él hace...
también toma decisiones sobre cuestiones de poca importancia,
entonces busca ahorrar su energía mental para esos temas importantes.
No se ocupa de los temas menores: sólo tiene trajes azules o grises.
Así no pierde tiempo pensando en qué color usar.
No sólo tiempo sino también energía mental.
Come siempre el mismo desayuno.
No pierde tiempo decidiendo qué quiere comer.
Y, después de todo, es una persona que tiene un chef personal,
por lo que podría comer lo que quisiera.
Creo que hay mucha sabiduría en lo que hace
y me gustaría compartir esta cita de él. Quiero que todos la leamos juntos,
dice lo siguiente:
"Tenés que concentrar tu energía para tomar decisiones, crearte una rutina.
No podés pasar el día distraído por trivialidades."
Hay mucha sabiduría en esta cita en relación con la idea del tanque de gasolina,
y es: no pierdan tiempo en decisiones que no son importantes.
No todo vale su esfuerzo.
Guarden su capacidad mental para aquellas decisiones que son
importantes para ustedes y sus seres queridos.
¿Esto significa que va a prevenir esta experienca de agotamiento a la hora de
tomar decisiones en tu vida diaria? No necesariamente.
Pero va a ayudar. Va a ayudar mucho.
A veces, sin embargo, van a enfrentarse a decisiones secuenciales complicadas
y van a llegar a ese momento en que van a comenzar a sentir un sudor mental.
Empezar a sentir que es demasiado.
En esas situaciones, no duden en tomarse un segundo,
hacer una pausa y comer un sandwich.
Muchas gracias.
(Aplausos)