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Capítulo 3 Mademoiselle CHANEL y el diamante
"He elegido el diamante porque representa
"el valor más grande en el volumen más pequeño."
En 1932, Gabrielle Chanel,
rompe con su predilección por la bisutería,
Y centra su atención en la piedra más preciada: el diamante.
Todavía con el recuerdo de la crisis de 1929,
los diamantistas prefieren a Mlle Chanel en lugar de a los joyeros de la plaza Vendôme
para devolver al diamante su brillo.
Así nace la historia de esta colección efímera
Gabrielle Chanel simplifica las monturas
volviendo obsoleto todo lo anterior.
Las piedras ya no son protagonistas
sino la línea y el diseño,
Ella monta sus diamantes,
como lo hacía con las joyas ofrecidas por el Duque de Westminster,
para crear distintos motivos
Hace de la fluidez un principio y de la libertad una virtud.
Y así, quita cierres, alarga collares,
lanza cometas sobre los hombros y lluvias de estrellas sobre los escotes.
"Quiero que las joyas se deslicen por los dedos como un lazo."
Chanel descuelga estrellas del cielo de París.
"Quise cubrir a las mujeres de constelaciones.
"Estrellas de todos los tamaños brillando en su cabello."
Elige 5 temas para su colección "Bijoux de Diamants".
Cinco, su número mágico,
Cinco temas simbólicos claves de su estilo:
La estrella, el sol El lazo,
Los flecos y las plumas,
Removiendo entre sus recuerdos de huérfana desdichada
Crea joyas de diamante que recuerdan
el suelo de baldosas de la abadía de Aubazine
que atravesaba todos los días para ir a misa.
Gabrielle Chanel no exhibe sus joyas en su tienda de la rue Cambon,
sino en su casa: 29, Faubourg Saint Honoré.
Ni estuches ni terciopelo ***.
Prefiere mostrarlas sobre maniquíes de cera,
de cabellos peinados y rostros maquillados.
Los joyeros parisinos, todos hombres, le exigen
desmontar las joyas tras la exposición.
Ella les responde :“Las cosas bellas deben circular”
La de 1932 será su primera y última colección de alta joyería.
Pero instaura un código de feminidad
Donde la creación prima sobre la ostentación, y la ligereza sobre la exageración.
El arte de la primera modista creadora de joyas
se extiende como la pólvora y despierta de su letargo a la joyería fina.
Las colecciones actuales se alimentan de las pasadas.
Reinterpretan estrellas, flecos y lazos,
integrando más elementos del universo Chanel:
la camelia, el león y la perla.
Hoy, un collar de diamantes sobre una camiseta
es la elegancia en si misma
Para Chanel, la belleza no era ni obligación ni convención,
sino una manera de ser, un estilo.
Estas son las mujeres que eligen los diamantes Chanel,
que se han convertido en símbolos de libertad.
Diamantes que, sobre una mujer
le confieren su brillo, su fuerza y su fuego.
Eternamente Mademoiselle CHANEL y el diamante